�D�nde est�s? Con regularidad, deber�amos hacer un alto en nuestra vida y cuestionarnos esa pregunta para ubicar nuestro nivel de madurez. Nuestro nivel de madurez se mide por nuestra voluntad de aceptar la responsabilidad personal. Algunos de nosotros no hemos avanzado desde nuestra infancia, porque estamos encerrados por nuestras inseguridades.

Tenemos que seguir los pasos de Pablo a la madurez y la libertad: "Cuando yo era ni�o, hablaba como ni�o, pensaba como ni�o, juzgaba como ni�o, mas cuando ya fui hombre, dej� lo que era de ni�o". 1 Corintios 13: 11

La mayor�a de las inseguridades y miedos que nos enfrentamos hoy en d�a se remontan a nuestra infancia. Gracias a Dios, que su Palabra nos arroja de nuestras inseguridades y nos hace libres para cumplir con nuestro potencial en Cristo.

Podemos hacer nuestra parte para cambiar el mundo si primero cambiamos nosotros. Esto requiere la iluminaci�n completa de nuestros corazones y mentes con la luz de la Palabra de Dios. Dios usa a la ministraci�n de su Palabra, para llevarnos a la madurez, es decir, para convertimos en los hombres y mujeres que Dios nos ha dise�ado para ser. Esta es una referencia al proceso de crecimiento. Cuando crecemos en nuestro potencial espiritual, nuestros miedos e inseguridades se desvanecer�n. Confiando en que Dios nos ama incondicionalmente, �l nos ayudar� a sanar toda nuestra inseguridad 
que ha mantenido cautivos a muchos de nosotros desde la infancia.
 
Tu amigo,

Randy Morrison    
www.randymorrison.org  
1. El ataque de inseguridad 
 

Nuestra falta de autoestima es el caldo de cultivo para inseguridad. Como resultado, podemos llegar a paralizarnos por el miedo a lo desconocido, la incertidumbre y el rechazo. La inseguridad puede desdibujar nuestra visi�n de la vida hasta que ya no reconozcamos nuestro verdadero yo. El Se�or le pregunt� a Ad�n en el jard�n, "�D�nde est�s?" Tenemos que hacernos la misma pregunta.

 

Recuerda: Dios nunca hace preguntas para obtener informaci�n; �l m�s bien plantea preguntas para estimular nuestros pensamientos y acciones. La respuesta de Ad�n a la pregunta de Dios revel� su inseguridad: As� que �l dijo: "O� tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escond�". Y �l dijo: "�Qui�n te ha dicho que estabas desnudo? �Has comido del �rbol de que te mand� que no comieras?" Entonces el hombre dijo: "La mujer que me diste para estar conmigo, ella me dio del �rbol, y yo com�". En lugar de asumir la responsabilidad de su acci�n, le ech� la culpa a Dios y la mujer. En otras palabras, �l culp� a todo el mundo excepto a s� mismo. El "juego de la culpa" es un patr�n de comportamiento caracter�stico de los inseguros. Podemos seguir este rastro hasta Ad�n.

 

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G�nesis 3:8-13
2. El estado emocional de la mente
 
La inseguridad es la falta de confianza, dudas de uno mismo y un sentimiento de vulnerabilidad. La mayor�a de las causas profundas de la inseguridad de hoy se remontan a un trauma emocional en la infancia. La inseguridad que experimentamos hoy es desencadenada por eventos con carga emocional no resueltos o curados previamente. Aquellos que han alcanzado la madurez son capaces de asumir la responsabilidad del estado emocional de su mente a trav�s del manejo de sus emociones. El ap�stol Pablo dijo que �l se convirti� en un hombre sobre la base de la madurez de sus pensamientos. No podemos paso a la plena madurez en la vida cuando todav�a estamos viviendo con un estado infantil mental y emocional .

Recuerda: La inseguridad se aloja en nuestras mentes y emociones a una edad temprana. Los que son inseguros no se sienten c�modos alrededor de otros. Control, los celos, el aislamiento, y la tendencia a ser egoc�ntricos, todos son comportamientos superficiales. Cuando desentierres la ra�z encontrar�s la inseguridad. La madurez comienza cuando estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de las �reas no desarrolladas de nuestra vida y las decisiones que tomamos para corregirlos.

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3. Superando las tendencias 

Cuando llevamos inseguridades a nuestras relaciones con los dem�s, la profundidad de nuestro v�nculo con esos individuos nunca ser� a largo plazo. Siempre vamos a situarnos en el centro de nuestras relaciones con otros. Esto nos impide experimentar relaciones significativas. Las personas inseguras est�n atrapadas en comportamientos que siempre ser�n obst�culos en el camino a las relaciones fuertes.

Cuando somos inseguros, nos esforzamos por ser algo que no somos, porque la realidad es que no nos gusta quienes somos. Nunca admitimos si nos equivocamos cuando somos inseguros. Podemos estar envenenados por los celos y siempre esquivar nuestra culpa cuando se nos desaf�a sobre nuestro comportamiento. La inseguridad siempre debilitar� nuestras relaciones. Para superar plenamente nuestras inseguridades en la vida, tenemos que madurar mentalmente y emocionalmente. Se necesita una gran voluntad, concentraci�n y esfuerzo para crecer mucho m�s all� de los pensamientos de nuestra infancia.

Recuerda: Para dejar atr�s los caminos infantiles de la inseguridad, tenemos que desarrollar nuevas im�genes mentales para que podamos entender y ver las cosas desde el punto de vista de Dios. Las personas maduras tienen la capacidad de identificar la causa de un problema y hacer los cambios necesarios para iniciar una soluci�n.
 
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