Carta de Emilio Palacio a los ecuatorianos que creen en la verdad, la libertad y la solidaridad
Miami, 28 de agosto del 2011.
El mi�rcoles abandon�, obligado, mi pa�s.
Los �ltimos d�as la dictadura redobl� de tal modo su persecuci�n en mi contra que deb� concluir que mi seguridad corre peligro.
La lista de descarados abusos m�s recientes me alertaron que deb�a tomar la decisi�n de hacerlo.
Me quisieron imponer como juez al amigo m�s �ntimo del abogado del dictador. Me iniciaron un nuevo juicio penal por calificar de fascistas a los insultadores a sueldo de Rafael Correa. Un ministro cuyo nombre no recuerdo, amenaz� con demandarme por "perjurio". La prensa gobiernista de derecha e izquierda redobl� sus insultos.
Y por �ltimo, la amenaza del Fiscal de Correa, Galo Chiriboga, de forzarme a que diga el nombre del polic�a an�nimo que me entreg� el video acusador que difund� hace poco, sabiendo dicho funcionario que jam�s se lo dir� porque estoy obligado a proteger a mi fuente.
Habr�a que ser ciego para no comprender que me quieren tras las rejas antes de la audiencia de segunda instancia para quebrarme, doblegar mi moral e imponerme que pida perd�n.
No descarto que en la audiencia de segunda instancia me reduzcan "magn�nimamente" la sentencia, pero solo para luego someterme a dos o tres juicios m�s y encadenarme a las mazmorras corre�stas. Eso, si es que Chiriboga no ordena mi prisi�n antes.
En el futuro, las pr�ximas generaciones nos preguntar�n si alguien le opuso resistencia al delirante tirano que a principios del nuevo siglo quiso aplastar con su bota e insultos a Ecuador. Que nuestros hijos contesten orgullosos que s�, que Correa finalmente no triunf� porque hubo gente que se aferr� a las libertades con u�as y dientes, aunque eso nos haya costado a algunos la c�rcel o el destierro.
No es la primera vez que emigro. Joven, abandon� el pa�s para volver diez a�os despu�s. Ahora tengo canas. Mi pronunciaci�n y mi o�do para el ingl�s son deficientes. Pero saldr� adelante porque tengo una familia que depende de m�.
Desde esta tierra amiga donde he buscado refugio, continuar� la lucha contra el tirano, utilizando como siempre el arma a la que m�s teme, la verdad de la palabra escrita.
�Recuerdan La sociedad de los poetas muertos, con Robin Williams? Sentimientos como los que hoy me atraviesan habr�n inspirado a Horacio cuando escribi� su memorable Carpe diem (Aprovecha el d�a):
No pretendas saber, pues no est� permitido,
el fin que a m� y a ti, Leuc�noe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los n�meros babil�nicos.
Mejor ser� aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que J�piter
te conceda, o sea �ste el �ltimo,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos cantiles.
No seas loca, filtra tus vinos
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el d�a de hoy. Capt�ralo.
No f�es del incierto ma�ana.
Saludos,
Emilio Palacio
Mi nuevo hogar, por el momento.
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