Edición Especial 
Invierno 2018
Volumen 7|Número 1

 
En este edición especial

-Reportajes-
 
 



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Edición Especial sobre la Temporada de Huracanes de 2017

GOES-16 imagen de huracanes Irma y Jose


Seguimos pensando en nuestros colegas, amigos y los millones de personas que aún se están recuperando de los impactos de la temporada de huracanes en el Atlántico del 2017. Este es un boletín informativo especial enfocado en los esfuerzos de NOAA y nuestros socios relacionados a la preparación para los huracanes, la respuesta ante los impactos y la reconstrucción. 

Erica Nuñez, Presidenta
Equipo Ejecutivo y el  Comité Timón de la  NOAA en el Caribe
Stories Reportajes
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La Vida en Puerto Rico: La Nueva Normalidad

Georges y María fueron dos huracanes que azotaron cuando estaba fuera de la isla. Para el primero, estaba cursando mis estudios universitarios. Recuerdo estar en un seminario en Yale, y solo podía pensar "Hay un huracán pasando sobre mi isla y no tengo manera de contactar a mi familia". Esto fue antes de que los teléfonos celulares gozaran de tanta presencia, y solo contábamos con las líneas terrestres y las llamadas por cargos revertidos (collect calls) para poder hablar con alguien. Estuve varios días sin poder hablar con mis seres queridos y la carga emocional fue extrema, especialmente para una adolescente de 18 años estudiando su segundo año universitario. Al momento, pensé que nunca viviría algo así otra vez. Y entonces, 20 años más tarde, pasó por segunda vez. Tenía unas vacaciones planificadas y me fui de la isla en uno de los últimos vuelos que salían de Puerto Rico antes del impacto del Huracán María. Ya comenzábamos a sentir las ráfagas que pronto cubrirían la isla entera. Esta vez, contaba con un teléfono inteligente que me permitió estar en contacto con mi familia durante la tormenta, a la vez que también les informaba sobre el estado del huracán, ya que el radar Doppler fue destruido y la información que apenas les llegaba no era precisa.

Después de Huracán Maria en Palmas del Mar, Puerto Rico. Foto por Ernesto Diaz, DRNA.

Entonces comenzaron a salir fotos de los estragos. Puerto Rico, la isla en la que nací y crecí, era irreconocible. Muchos de mis compatriotas boricuas lo perdieron todo. Hubo preocupación por la escasez de alimentos. No había agua potable disponible, y todos dependían de agua embotellada, lo que rápido se hizo algo muy valioso. Moverse en la isla era un asunto dificultoso, dado que la gasolina era un lujo solamente disponible para el personal de emergencias, y luego fue racionada a $25 por día. Y para colmo, había escombros en todas partes. Si te atrevías a salir de noche, bajo el manto de oscuridad que cubría la isla, corrías el riesgo de chocar con un árbol, con cables o con postes que yacían en la carretera. Me dijeron que de noche se veían las estrellas en San Juan, algo muy raro ya que la contaminación lumínica de la ciudad capital rara vez lo permite.

Se me exhortó a teletrabajar hasta que las cosas mejoraran en Puerto Rico, algo que agradezco profundamente, al igual que las muestras de apoyo recibidas de parte de mis colegas de NOAA. Gestos como esos fueron los que me dieron fuerzas para resistir la experiencia de vivir como refugiada del cambio climático y no poder regresar con mi familia, mis perros y la comodidad de mi hogar. La carga emocional fue otra vez la peor parte de la experiencia, el querer ayudar, pero el estar impotente para hacerlo.



Después de Hurricane Maria en Humacao, Puerto Rico. Foto de Ernesto Diaz, DNER.
 
Regresé a Puerto Rico dos meses luego del huracán. Las cosas ya habían mejorado bastante. Regresé a un hogar sin electricidad, con hongo por todas partes, con racionamiento de agua potable, teniendo que subir ocho pisos para poder llegar a mi hogar, cocinando con una estufa de gas de campamento y durmiendo con un abanico de baterías durante una temporada mucho más húmeda y cálida de lo normal. Pero después de unas vacaciones de dos semanas que se convirtieron en dos meses fuera de mi casa, había regresado. Estaba donde pertenecía, cerca de la playa viendo las palmeras en vez de los hermosos árboles en sus colores estacionales de Pensilvania. Excepto que este sitio que llamo mi hogar, ya no lo era. Lo que alguna vez fue normal, era ahora una memoria distante, incluso un privilegio para algunos. Árboles masivos, nuestros ancestros del mundo vegetativo, yacían de lado en el suelo, con sus raíces al aire. Las palmeras parecían personajes de caricaturas cuyos cabellos se erizan ante un susto y permanecen de punta, con todas las palmas apuntando en una sola dirección. Conducir es algo totalmente distinto sin los semáforos o las luces que iluminen las carreteras de noche. Nuestro estilo que conducir, que muchos consideran algo salvaje, ¡ahora está a otro nivel! Comprar alimentos es toda una aventura ahora. Muchos pasillos de las tiendas aún están vacíos. Hemos tenido que variar nuestra dieta, ya que hay que comerse lo que haya disponible y no lo que uno quisiera. Ah, y trabajar con la lavandería, lavando mayormente sábanas y toallas. Estamos de vuelta a los viejos tiempos, lavando la ropa a mano con la esperanza de que se seque a pesar de la humedad que nos embarga. Vivir en San Juan tiene sus beneficios, y pude encontrar lavanderías que ofrecían servicios de lavadoras y secadoras, liberándome de esa experiencia. Pero ese no es el caso para muchos otros. A esto se le suma nuestra adicción y dependencia de los teléfonos móviles para la comunicación y la vida social. Hacer una llamada en la que no se entiende la mitad de lo que se dice por problemas de la recepción es lo usual ahora. Han aumentado las conversaciones y las interacciones cara a cara, algo que me alegra mucho. Y finalmente, la calidad del aire. Todos estamos con alergias y congestión. Además de las nubes de polvo del Sahara, también tenemos que manejar la inmensa cantidad de hongo por todas partes, además de las emisiones de los generadores. Aparte del agua potable, las plantas eléctricas y las baterías D fueron los artículos más solicitados de los pasados meses.

Entonces, ¿cuál es la nueva normalidad? Todavía la estoy descubriendo. Les puedo decir que la apreciación de las cosas más básicas y pequeñas es una gran parte de ella, al igual que el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos. De cierta forma, gracias, huracán María, por reunirnos y recordarnos lo que de verdad importa.

Escrito por Antares Ramos Álvarez, Oficina de Gestión Costera de NOAA (antares.ramos@noaa.gov)
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Operación: Rescate de Coral
Los buzos de Force Blue levantan cabezas de coral en Operación Rescate de Coral.

El equipo: grupo de veteranos de Operaciones Especiales y científicos de corales.

La misión: Restaurar miles de corales dañados por los huracanes recientes.

Podría parecer una misión imposible, pero la NOAA encontró el equipo correcto para el trabajo.

Los científicos de la NOAA se han asociado con varias organizaciones para rápidamente evaluar los daños sufridos por los arrecifes de coral de Florida y Puerto Rico luego de la temporada de huracanes tan activa de este año. Uno de estos socios es Force Blue, un grupo sin fines de lucro que les ofrece oportunidades a buzos militares retirados para que utilicen sus destrezas para ayudar en la conservación de los arrecifes de coral.

Desde octubre, siete miembros del equipo de enlace externo que representaban todas las ramas de la milicia norteamericana y el Cuerpo de Infantería Real británica han estado trabajando con expertos de corales para identificar y restaurar los arrecifes de coral dañados.

Este trabajo bajo el agua puede ser difícil. Pero es trabajo para el cual estos veteranos ya han dominado durante su tiempo en la milicia: mover objetos pesados - en este caso, pedazos de arrecife y equipo que pesa miles de libras - y trabajar en condiciones oscuras y turbias lejos de lo ideal. (Vídeo: VEA como los miembros de Force Blue trabajan para restaurar los corales dañados luego del paso del Huracán Irma en Florida.)

El personal de Force Blue también han entrenado a los veteranos para identifiquen los diferentes tipos de corales y peces, observen los patrones y comportamientos de la vida marina, y tomen fotografías bajo el agua que puedan documentar de manera clara el estado de corales individuales y la salud general del arrecife.

"Cuando uno ve el poder asombroso y destructivo de un huracán o la escala de los retos ambientales que enfrentamos, puede ser intimidante," dice Nathan Quinn, buzo de Force Blue, médico y veterano del Ejército Estadounidense. "El entrenamiento te hace ignorar los obstáculos y continuar tu trabajo. Entonces ves al equipo juntarse y a la gente asombrosa de la NOAA dar todo lo que tienen. Entonces, todo parece posible. Podemos lograrlo."

"Sabemos que simplemente calcular el alcance del daño al coral luego de los huracanes sería un Proyecto enorme y buscamos socios que nos ayudaran," comenta Jennifer Koss, directora del Programa de Conservación de Arrecifes de Coral de NOAA. "Como miembro de una familia militar, estoy orgullosa de poder contar con Force Blue, y les doy la bienvenida a la comunidad de conservación de arrecifes de coral de la NOAA."

Además de la conservación, Force Blue les ofrece oportunidades a los especialistas entrenados que muchas veces sufren de estrés postraumático y se adaptan a un mundo civil que es muy diferente de su rol y ambiente militar anterior.

"Nuestro trabajo con este Proyecto con la NOAA nos ha mostrado que nuestra misión de restaurar vidas y restaurar el planeta es alcanzable y que, con el apoyo adecuado, podríamos ser un multiplicador de fuerzas en la batalla para preservar los recursos marinos del mundo," indica Jim Ritterhoff, co-fundador y director ejecutivo de Force Blue.

Este esfuerzo de evaluación y restauración de coral rápida es solo el primer paso a tomar para la reparación y la restauración de los arrecifes dañados por los huracanes. Los arrecifes de coral son parte importante del ecosistema oceánico y apoyan la industria turística, proveen empleos y protegen la vida y la infraestructura costera - estos recursos marinos valiosos generan millones de dólares para las economías costeras.

Este esfuerzo fue apoyado en parte por la Fundación Nacional de Pesca y Vida Silvestre y otros socios.

Para más información, contacte a Kate Brogan (katherine.brogan@noaa.gov) o Keeley Belva (keeley.belva@noaa.gov)
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Las actividades de OCM para la preparación y respuesta ante los huracanes

El personal de la Oficina de Manejo Costero (OCM, por sus siglas en inglés) estuvo involucrado en la preparación y en la respuesta a los huracanes Irma y María en varias maneras.

En las horas antes del azote, los residentes de las Islas Vírgenes Estadounidenses y de Puerto Rico pudieron visualizar las áreas de las costas que podrían ser afectadas por las marejadas ciclónicas asociadas a los huracanes Irma y María utilizando la Herramienta de Cartografía de Exposición a Inundaciones Costeras (Coastal Flood Exposure Mapper) de OCM, y ver si serían afectados.

Durante y después de la tormenta, el personal de OCM se comunicó directamente con el personal de sus socios en Manejo de Zona Costera (CZM, por sus siglas en inglés), el Programa de Conservación de Corales, y la Reserva Nacional de Investigación Estuarina (NERR, por sus siglas en inglés) a diario por vías telefónicas, de mensajes de texto o por correos electrónicos con tal de determinar el estatus del personal y las facilidades y las necesidades sufridas que se podían transmitir a las agencias pertinentes. En el caso de Puerto Rico, el personal de OCM a menudo funcionaba como nódulos para conectar información entre un conjunto de socios a otro antes de que se reestablecieran las conexiones de telefonía.

Antes, durante y por un tiempo luego de las tormentas, OCM le ofrecía actualizaciones a los socios en la región por medio de correos electrónicos y mensajes de texto. Estas actualizaciones incluían información sobre el estatus del personal y las facilidades de los socios, los pronósticos diarios del Servicio Nacional de Meteorología, enlaces a imágenes y misiones diarias de NOAA, información de actividades realizadas por la Oficina de Medición Costera (Office of Coastal Survey) y la Oficina de Respuesta y Restauración en la región, detalles que se desprendían llamadas operacionales de la NOAA, enlaces a ERMA y otros recursos y sitios web relacionados a tormentas de la NOAA, además de enlaces a fuentes confiables de otras agencias federales u organizaciones sin fines de lucro (NGOs, por sus siglas en inglés).

Luego de las tormentas, OCM realizaba llamadas bisemanales de coordinación de huracanes con nuestros socios de CZM, NERR y Corales, además de otras agencias de la NOAA, incluyendo a Sea Grant y el Programa de Escombros Marinos de la Oficina de Respuesta y Restauración, para identificar las necesidades específicas sufridas por nuestros socios.

Finalmente, OCM trabajó con la Oficina de Subvenciones de la NOAA para proveerle a los beneficiarios una mayor flexibilidad en cuanto a las fechas de someter reportes, acciones realizadas con las subvenciones, y ajustes a los planes de gastos de subvenciones y acuerdos cooperativos basados en las circunstancias luego de la tormenta y/o las prioridades que hayan sido redefinidas.
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Fondos para respuesta a emergencias del Programa NOAA Coral en Puerto Rico 
Comenzando a mitad de octubre, el personal de RC en conjunto con los socios del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) y nuestro contratista de apoyo (Sea Ventures Inc.) comenzaron un esfuerzo para evaluar sitios de arrecifes valiosos en Puerto Rico para ver los daños sufridos. Los sondeos realizados hasta el momento han visitado 30 sitios de arrecifes en Puerto Rico, de los cuales 20 se han identificado como que han sufrido impactos entre moderados a mayores y que necesitan restauración de emergencia. Los daños van desde grandes pedazos de coral tumbados o tirados sobre la arena (muchos de cientos de años) hasta rompimientos o enterramientos. El rompimiento de arrecifes de corales de cuerno de alce y de cuerno de ciervo, ambos incluidos en la lista de Especies en Peligro de Extinción, ha sido particularmente notable, dado la morfología de ramificación y distribución en aguas llanas de estos corales. Casi 3,500 fragmentos de Acropora palmata, el coral de cuerno de alce, han sido recuperados y los esfuerzos de recuperar fragmentos continuará hasta el fin del año o más.

Elkhorn Coral, Acorpora palmata. Credito de la foto: NOAA Restoration Center.

Aunque los rompimientos causados por tormentas son procesos naturales para algunas especies, el gran alcance de este evento al igual que los golpes seguidos uno tras el otro significaría gran mortandad antes de que se logre cualquier recuperación natural, lo que estaría contribuyendo a la degradación de estas poblaciones. Se ha demostrado durante esfuerzos anteriores que el triaje y la estabilización rápida de fragmentos generados por tormentas incrementaría significativamente la cantidad que se recuperaría exitosamente ya que muchos fragmentos caen en la arena o en alguna posición inestable que evitaría su reconexión natural (ver fotos). Estabilizar fragmentos de esta manera representa una técnica de restauración extremadamente costo-eficiente cuando se compara con el rescate de corales de eventos de varamientos o criar corales en viveros para entonces ir a plantarlos en el fondo marino.

Para más información, contacte a Alicia Clark (alicia.clark@noaa.gov)
Luego del paso del huracán Irma, más de 3,000 embarcaciones fueron desplazados a través del estado de Florida. Muchas de estas embarcaciones terminaron en hábitats sensitivos, como en praderas de hierbas marinas o arrecifes de corales, o se enredaron en los manglares. Algunas embarcaciones también descargaban aceite o contenían materiales contaminantes.

Como parte de la Función de Apoyo de Emergencia 10 (ESF 10 por sus siglas en inglés). La Guardia Costera de los Estados Unidos (USCG, según sus siglas en inglés) fueron asignados por FEMA para mitigar las amenazas de contaminación en potencia por medio de la remoción de estas embarcaciones. Charles Grisalfi y Sarah Latshaw, los Coordinadores Regionales del Programa de Escombros Marinos de las regiones de Florida y el Caribe, y del Sudeste de Estados Unidos, respectivamente, apoyaron a sus colegas de NOAA, el USCG, la Agencia de Protección Ambiental y el estado de Florida al ayudar en la Unidad Ambiental en el Lugar de Comandancia de Incidente (ICP, por sus siglas en inglés) en Miami. Desde el 31 de septiembre hasta el 24 de diciembre, cumplieron con el rol de Consejero de Recursos Naturales (NRA, por sus siglas en inglés) durante cuatro rotaciones separadas.

El rol de Coordinador de NRA surgió luego de que el estado de Florida, con apoyo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, emitiera una Orden de Emergencia a nivel estatal que eximía el permiso usualmente requerido para las operaciones de remoción de navíos y permitió una respuesta rápida a estas amenazas de contaminación. Trabajando estrechamente con la Unidad de Operaciones del ICP, el Coordinador de NRA revisó todas las operaciones de remoción de embarcaciones planificadas por USCG a través del estado para poder identificar cualquier impacto en potencia que podría ocurrir como resultado de estas operaciones. Si se anticipaban impactos potenciales a recursos naturales o culturales, Charles y Sarah coordinaban con más de 20 especialistas en sus campos locales para asegurar que se siguieran las prácticas de mejor manejo, se documentara cualquier impacto, y se reportara cualquier asunto al Centro de Incidencia de USCG.

Las operaciones de evaluación y remoción de embarcaciones continúan en el estado de Florida, y el rol de Coordinado de NAR está siendo actualmente ocupado por el personal de la Oficina de Santuarios Marinos Nacionales de NOAA.

Para más información, contacte a Charles Grisafi, charles.grisafi@noaa.gov
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NOAA y la Guardia Costera salvan a corales amenazados por embarcaciones sumergidas después del huracán María

A comienzos de octubre, mientras varios trabajadores de emergencia respondían a los daños causados por el huracán en tierra, el Servicio Nacional de Pesquerías de la NOAA y nuestros socios respondieron a los daños dentro del agua. En este caso en particular, las poderosas olas y vientos del huracán María enviaron a tres veleros en una ruta de colisión con Long Reef, un arrecife que es hogar de corales protegidos como el  Acropora palmata, Orbicella annularis y Orbicella faveolata, a lo largo de la costa de Sta. Cruz en las Islas Vírgenes Estadounidenses.

Aunque la Guardia Costera de los Estados Unidos a menudo trabaja con embarcaciones derrelictas despues de las emergencias, estos tres veleros dañarían unas especies de coral que la NOAA protege, conserva y restaura. Para asistir a la Guardia Costera, los expertos de las Oficinas de Conservación de Hábitat y de Respuesta y Restauración acudieron a ofrecer ayuda.


La aplicación de gestión de respuesta ambiental de NOAA apoyó la eliminación coordinada de embarcaciones y la restauración de corales.

Los esfuerzos coordinados por la NOAA incluyen la evaluación de impactos y  proveen consejos confiables y científicos sobre las mejores maneras de remover las embarcaciones a la vez que se protegen los corales dañados. Inicialmente, el equipo evaluó al arrecife y notó que los botes habían raspado coral vivo del arrecife y que, con la actividad del oleaje y las mareas, el daño continuaba. Dos de las embarcaciones estaban tan destruidas que había  escombros por todo el arrecife, incluyendo fibra de vidrio, baterías y contenedores de petróleo. Esto causó preocupaciones adicionales por la salud de los corales protegidos.

Corales vivos que se habían partido del arrecife a causa del impacto inicial fueron removidos a áreas cercanas en lo que se podían adherir a sus hogares originales. Además, una vez se establecieron planes para remover las embarcaciones, otros corales que estaban en el sustrato se movieron a áreas de almacenamiento temporero para evitar daños adicionales cuando se removieran los botes.
Una vez se removieron los botes, los corales en las áreas de almacenamiento fueron devueltos a su área original antes de la tormenta. El equipo de la NOAA adhirió los corales pedazo a pedazo utilizando una mezcla de cemento especial, pegándolos firmemente al arrecife dañado.

Un trabajo de restauración de los corales amenazados y protegidos como el descrito es un trabajo muy complejo y retador. El equipo de NOAA tuvo que tomar decisiones fuertes pero esenciales sobre los riesgos y beneficios de una acción sobre otra. En todos nuestros trabajos se utiliza la ciencia y los datos sobre estos  corales amenazados, sus hábitats, y el hábitat que estos proveen a su vez al ecosistema arrecifal. Un ejemplo de utilizar datos para la respuesta y la restauración se puede ver en la herramienta de cartografía de respuesta de emergencia, parte de la Aplicación de Manejo de Respuesta de Emergencia, lo que ayudó a lograr una coordinación estrecha entre NOAA y la Guardia Costera de Estados Unidos, conllevando al éxito de la operación.

La colaboración entre la NOAA, las agencias federales, estatales y locales, y otras entidades es de crítica importancia. Esto asegura que los expertos adecuados se unan para formar equipos que puedan ayudar a restaurar las especies protegidas, lo que culminará en la construcción de ecosistemas y pesquerías sustentables que contribuyan a comunidades y economías saludables.

Lidar
La Evaluación Costera concluye la respuesta al huracán María en Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses (USVI)

El buque de NOAA Thomas Jefferson estuvo tres semanas en Puerto Rico y USVI evaluando los puertos y las bahías en respuesta al huracán María. Durante un período de 3 semanas, el equipo evaluó 13 áreas y no menos de 18 facilidades portuarias individuales, al igual que llevaron a cabo reparaciones de emergencia a tres estaciones de mareas y clima. El PS Doug Wood, de la División de Sondeos Hidrográficos de la Oficina de Medición Costera, y el Comandante Chris van Westendorp, oficial a cargo del buque de NOAA Thomas Jefferson, recopilaron las áreas evaluadas en un afiche. 
Upcoming Próximos Eventos
Seminar
Serie de Seminarios de Ciencia de OneNOAA: Observaciones de satélite de calidad del agua costera en Puerto Rico después de eventos extremos de huracán [en i nglés ]

Cuando: Martes, 3 de abril, 12:00 - 13:00
Dónde: Silver Spring, MD - SSMC4 - 8150
Presentador: William J. Hernandez, Universidad de La Ciudad de Nueva York (CUNY), NOAA, Nueva York, NY

Este seminario web será en inglés.  Acceso a seminario web:  1-877-708-1667  Codigo: 7028688# 

Para mas informacion, contace a Tracy Gill (t racy.gill@noaa.gov)
El Boletín de la NOAA en el Caribe

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El Boletín de la NOAA en el Caribe es producido por el Comité Timón de la NOAA en el Caribe, incluyendo el apoyo de la Oficina de la NOAA para Asuntos Internacionales, el Equipo de Colaboración Regional del Sudeste y del Caribe, la Oficina para el Manejo Costero, la Oficina Regional del Sudeste del Servicio Nacional de Pesquerías Marinas, La Oficina de Asuntos Legislativos e Internacionales, y los Centros Nacionales para la Ciencia Oceánica y Costera.