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LA MISERICORDIA 

 

La misericordia nuestra y de Dios.

 

LA MISERICORDIA DOS 

 

   
 
 

Es necesario dar el perd�n para recibir el perd�n, nos dice Jes�s en el pasaje del Evangelio de hoy. Necesitamos mirar honestamente a las �reas en las que falta el perd�n y que todav�a nos estamos aferrando, para que podamos dejarlas y abrirnos completamente a la misericordia de Dios.

�Piensas que Dios no puede o que no perdonar� un pecado en particular que has cometido? �Confiesas repetidas veces el mismo pecado en el Sacramento de Reconciliaci�n, aunque no hayas cometido de nuevo el pecado? Si ese es el caso, Entonces tienes un rencor contigo mismo y te est�s cerrando a la misericordia que Dios ya te est� dando.

�Te odias a ti mismo por tu maldad y tus fracasos? �Est�s celoso de los que parecen m�s santos o mejores que t�? Entonces no est�s siendo misericordioso contigo mismo, y la misericordia de Dios no te puede tocar, aunque la est�s anhelando mucho.

�Piensas que Dios no perdona los pecados que m�s te han lastimado? �Te quejas muy f�cilmente de los dem�s? �Interviene tu enojo con mantener una vida alegre y santa? Entonces tienes rencor. El coraje justo se enfoca en las injusticias del pecado y espera el arrepentimiento del pecador; el coraje pecador se enfoca en la venganza y la represalia y desea la desaparici�n del pecador.

El perd�n no significa condenar un pecado, ni tampoco significa permitir que el pecado continu�. Escoger perdonar (es una decisi�n, no un sentimiento) es un descorchar espiritual de nuestros corazones para que la falta de perd�n no bloquee m�s el amor que Dios est� tratando de derramar en nosotros. O estamos atrancados con envidia y temor o estamos abiertos a dar y recibir amor.

Dar amor a los que NO nos est�n dando amor, nos libera para recibir el amor perfecto de Dios, que es infinitamente m�s grande. Like us on Facebook

San Pedro Cris�logo dijo: "Si quieres recibir, da. Si pides para ti lo que le niegas a los dem�s, tu petici�n es una burla.... no ser� permitido mantener lo que le has negado a los dem�s".

Si queremos la misericordia de Dios despu�s de que hemos pecado, entonces nosotros tenemos que dar misericordia. Follow us on Twitter Si nos negamos a dar la misericordia a los dem�s - si nos quejamos en vez de acercarnos con amor, si buscamos la venganza en vez de ofrecer ayuda -entonces no estamos abiertos a la misericordia de Dios.

Dios nunca nos niega su amor; �l se preocupa todo el tiempo, �no importa qu�! Pero para nosotros recibir la misericordia, tenemos que ser una botella con un hoyo en ambos lados - la misericordia de Dios fluye fuera de nosotros a los dem�s, y al mismo tiempo, m�s misericordia llega a nosotros.

Juan Pablo II el Grande ofreci� esta oraci�n para ti durante su papado: "Que los seguidores de Cristo... abunden en obras de misericordia; que sean compasivos hacia todos, que ellos mismos puedan obtener paciencia y perd�n de Ti" ("La Misericordia de Dios"). Like us on Facebook  Follow us on Twitter

Reflexi�n de Las Buenas Nuevas
Martes de la Tercera Semana de Cuaresma
13 de marzo, 2012

Esta reflexi�n fue copiada con permiso de la autora, Terry Modica, y es utilizada bajo la responsabilidad de grupo cat�lico Reflexiones para el Alma de Miami Fl. Fue publicada por Ministerios de La Buena Nueva, http://gnm.org , registrada en el registro de propiedad literaria (c) 2012. Para obtener permiso para re enviar este o imprimirlo o copiarlo, vaya a Derechos de autor

� 2012 por Terry A. Modica

 
 
Sincerely,    

 

Reflexiones para el Alma

 

Reflexiones para el Alma  Efesios 6, 11 - 13 

11.

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo.

12.

Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los esp�ritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

13.

Por eso p�nganse la armadura de Dios, para que en el d�a malo puedan resistir y mantenerse en la fila vali�ndose de todas sus armas.

  


Lecturas del d�a:
 
Daniel 3:25, 34-43
Salmo 25:4-5, 6-7, 8-9
Mateo 18:21-35

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