April 4, 2021
A Holy Hope: An Easter Message from Bishop-elect Clark
 “For I know the plans I have for you,” declares the Lord, “plans to prosper you and not to harm you, plans to give you hope and a future.” (Jeremiah 29:11)
Dear Members and Friends of the Diocese of Chicago:

Last year I told one of my priest friends, “Make sure you give your congregation hope in your Easter message. Surely we won’t be in this lockdown next Easter!” Well, COVID restrictions have eased somewhat, yet we still find ourselves this Easter in the grips of the pandemic. In fact, we are now experiencing an uptick in cases and hospitalizations. Planning for weddings, funerals, graduations, and, dare I say, a bishop’s consecration are hampered by strict guidelines regulating the number of people who can gather, mandates against congregational singing, and the protocols of interpersonal connections. This Easter many of us are Zoomed-out, stressed out, or just plain tired. We have been living under COVID restrictions for over a year now, and we are ready to see our friends in person, hug our relatives, and go wherever our hearts desire.

Nevertheless, this Easter I still have a “Holy Hope.”

The diocesan clergy gathered this week to talk about “A Holy Hope.” Holy Hope is a God-given expectancy and energy, grounded and powered by God’s love for us, and our love for God. It is not wishful thinking or optimism, but an understanding that no matter our circumstances, God is present to support, guide and love us. Holy hope is grounded in the inspiration found in Jeremiah 29:11, “For I know the plans I have for you,” declares the Lord, “plans to prosper you and not to harm you, plans to give you hope and a future.”

Moreover, I have holy hope because these challenging times have often brought out the best in us, and we have seen glimpses of God in how we have come together as worshipping communities, cared and prayed for one another, and taken leadership in ways we never thought possible. While Zoom and Facebook Live can be challenging, they have kept us connected, and brought into our worshipping communities some who would not have been able to be with us in person. We have been creative about how we serve people in our surrounding communities and found that there is more—much more—to our church than its buildings.
Finally, the Easter story is all about holy hope. As Archbishop Desmond Tutu says, “Nothing could have been more hopeless than Good Friday – but then Easter happened, and forever we have to become prisoners of hope.”* God calls us not to be prisoners of our circumstances, but prisoners of a holy hope, for Jesus our Savior has overcome death, and promises abundant life in Him, no matter what.

Have a blessed and hope-filled Eastertide,

The Rev. Paula E. Clark
Bishop-elect of Chicago


*“Prisoner of Hope,” by the editors, Sojourners, February, 1985.
4 de abril de 2021
Una Esperanza Santa: Mensaje Pascual de la Obispa Electa Paula Clark
"Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. (Jeremías 29:11) 
Estimados Miembros y Amigos de la Diócesis de Chicago:
 
El año pasado le dije a un presbítero amigo, “¡Asegúrese de darle a su congregación esperanza en su mensaje Pascual. Seguramente no estaremos en cuarentena en la próxima Pascua!” Bueno, las restricciones de COVID han disminuido un poco, pero todavía nos encontramos esta Pascua en medio de la pandemia. De hecho, estamos experimentando un aumento en casos y hospitalizaciones. La planificación para bodas, funerales, graduaciones, y me atrevo a decir, una consagración de obispo, se ve obstaculizada por pautas estrictas que regulan el número de personas que pueden reunirse, mandatos contra el canto congregacional, y los protocolos de conexiones interpersonales. Esta Pascua, muchos de nosotros estamos fatigados de Zoom, estresados o simplemente cansados. Hemos estado viviendo bajo las restricciones de COVID por más de un año, y estamos listos para ver a nuestros amigos en persona, abrazar a nuestros familiares, y salir a donde nuestras corazones deseen.
 
Sin embargo, en esta Pascua todavía tengo una “Esperanza Santa”.
 
El clero diocesano se reunió esta semana para hablar de “Una Esperanza Santa”. Esperanza Santa es una expectativa y energía que Dios nos ha otorgado, basada en y propulsada por el amor de Dios para nosotros, y nuestro amor por Dios. No es una ilusión u optimismo, pero un entendimiento en la inspiración encontrada en Jeremías 29:11, “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
 
Además, tengo esperanza santa porque estos tiempos difíciles a menudo han traido lo mejor en nosotros, y hemos visto vistas de Dios en cómo nos hemos unido como comunidades de adoración, cuidado y rezado uno por otro, y asumido liderazgo en formas nunca imaginadas. Aunque Zoom y Facebook Live pueden ser difíciles, nos han mantenido conectados, y han traido a nuestras comunidades de adoración a algunos que no hubieran podido estar con nosotros en persona. Hemos sido creativos sobre cómo servimos a las personas en nuestras comunidades circundantes y hemos encontrado que hay más—mucho más—en nuestra iglesia que sus edificios.   
 
Por último, la historia de Pascua se trata de esperanza santa. Como el Arzobispo Desmond Tutu dice, “Nada podría haber sido más desesperado que el Viernes Santo – pero ocurrió la Pascua, y por siempre tenemos que ser prisioneros de la esperanza”.* Dios nos llama a no ser prisioneros de nuestras circunstancias, pero prisioneros de una esperanza santa, porque nuestro Salvador Jesucristo ha vencido a la muerte, y promete vida abundante en él, pase lo que pase.
 
Que tenga una Pascua bendita y llena de esperanza,

La Rda. Paula E. Clark
Obispa-electa de Chicago


*“Prisoner of Hope,” por los editores, Sojourners, febrero, 1985.