Y, así las cosas, resulta entonces, que cuando uno se queja, se manifiesta o critica, aunque sea de forma constructiva, eres sin duda el que padece la peste, ya sea para los criticados o para los curiosos pasivos que prefieren el anonimato, el silencio y la conformidad con el estado de cosas. ¡Vaya cosa!
So pena de ser de los apestados, aquí sigue “al buen entendedor”…para mis escasos ocho lectores declarando de cuando en cuando, lo que de los políticos nos afecta, para estar al corriente como decía el viejo Apolonio de Rodas.
Y es en tal virtud, que si bien aplaudimos todos o una buena parte de la población y la comunidad empresarial el actuar de nuestra Gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, como gran líder, impulsora, dinámica, emprendedora, visionaria y comprometida, al mismo tiempo atestiguamos sin duda el abandono por las ciudades y sus servicios que ha caracterizado a los munícipes, quienes en medio del discurso triunfalista y montados en la ola del éxito indudable de la Gobernadora, se han olvidado de la tarea de mantener a las ciudades en óptimas condiciones para ciudadanos y visitantes; para mejor ejemplo la ciudad de Cancún, en donde calles y avenidas padecen de baches, ausencia de luminarias, lamentable recolección de basura, rezago en innumerables colonias, inseguridad, corrupción en la regulación de vendedores ambulantes, burocracia excesiva y un sinfín de etcéteras, mientras los munícipes viven en la fantasía, acompañando a la gobernadora en giras, eventos y viajes sin entender que su tarea, que está sin efectuarse, es otra.
Genial sería que los munícipes entendieran que su responsabilidad es brindar la mejor calidad de vida posible a los ciudadanos, y no el quedar bien con la Gobernadora o los políticos en turno.
Genial sería que, en lugar de viajar a Ferias Turísticas, lo cual no constituye parte de su trabajo y responsabilidad, se quedaran en casa, a tratar de entender como diseñar, en conjunto con la ciudadanía, los mejores planes de desarrollo urbano con verdadera visión de largo plazo, y mientras se logran, esforzarse por enmendar algunos de los errores del pasado, los que a su alcance estén.
Por hoy, eso no sucede, pero aquí seguiremos para recordarlo de cuando en cuando.
Al Buen Entendedor…
sgrubiera@acticonsultores.com
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