Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros. Filipenses 1:3-4
Ser pastor, ser pastora va más allá de un domingo y de un sermón. Más bien es algo que viene, creo, formado desde el ADN de cada uno que es llamado y que sirve con tanto amor y compasión en situaciones de múltiples índoles, en diversos tiempos. En el mes de octubre se celebra la apreciación hacia los que sirven como pastores y pastoras. Esta celebración de apreciación se manifiesta a través de fiestas maravillosas, servicios de honra especiales, regalos, llamadas, textos, presencia en los medios sociales y mucho más. Hay una realidad, que me es aún más evidente después de conocer la obra de nuestros pastores y pastores en la Obra Hispana, y es que no hay palabras, ni celebraciones suficientes para agradecer todo lo que hacen por la grey de Dios. Sé que uno sirve porque es un llamado, por amor a Dios, por amor a las almas y mucho más, pero, aun así, el agradecimiento ayuda a que la carga sea más ligera, y el gozo sea más amplio.
El Apóstol Pablo animaba a los siervos y siervas en la iglesia de Filipos al recordarles que los pensaba frecuentemente y que los llevaba en oración. Hoy le animo pastor y pastora, que los pienso con frecuencia y siempre les estoy cubriendo en oración. Doy gracias por sus vidas que al diario sacrifican para la obra de Dios al acompañar, apoyar, pastorear y amar a cada persona que Dios ha puesto en su camino, desde él bebe más pequeño y hasta la más anciana. Eres un héroe y una heroína en la vida de tantas personas en el diario vivir que impacta a familias, comunidades y el mundo a nuestro alrededor. No vistes capa, ni traje de super poderes, pero por dentro de ti corre el poder más grande que existe que es la sangre de Cristo que transforma, purifica y perdona, y el Espíritu Santo. Por cada lagrima que has llorado, en cada momento de quebranto y desanimo, el poder de Dios se ha fortalecido en ti, por cuanto en tu debilidad el poder de Cristo se perfecciona (2 Corintios 12:9).
Que la paz de nuestro Señor continué sobre sus vidas, sus familias y sus ministerios al buscar servir y vivir cada día plenamente en el llamado divino que el Dios todopoderoso y bueno ha hecho sobre ti. ¡Somos Uno! Y por cuanto somos uno, no estamos solos. ¡GRACIAS!
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
habitar los hermanos juntos en armonía!
Salmo 133:1
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Words of Appreciation for Pastors
Rev. Lori Tapia
I thank my God every time I remember you.
In all my prayers for all of you,
I always pray with joy. Philippians 1:3-4
To be a pastor goes beyond a Sunday and a sermon, rather it is something, I believe, that is formed from the very DNA of each one who is called and serves with such love and compassion in so many varied situations and throughout diverse times. During the month of October, we celebrate our appreciation towards those who serve as pastors. This celebration manifests through amazing parties, special honor services, gifts, calls, texts, social media and more. There is a reality, which is even more evident for me after getting to know the pastors throughout the Obra Hispana and beyond, and that is that there are no words, no celebrations that are sufficient to express gratitude for all they do for the flock. Yes, you serve because of the call, out of love for God, for the love of people and souls, and so much more, but, even so, gratitude helps the load to be lighter and the joy to be greater.
The Apostle Paul motivated the servants of the Church in Philippi as he reminded them that he thought of them often and that he prayed for them. Today, I motivate you pastors, reminding you that I think of you often and I am always covering you in prayer. I give thanks for your lives that you sacrifice daily for the work of the Lord as you accompany, support, pastor and love each person that God has placed in your path, from the smallest baby to the eldest of members. You are a hero/shero in the daily lives of so many that impacts families, communities and the world around you. You don’t wear a cape, and might not have a super suit, but within you flows the greatest power to ever exist, the blood of Christ that transforms, purifies and forgives, and the Holy Spirit. For every tear you have cried and every moment of brokenness and discouragement, the power of God is strengthened in you, for in your weakness Christ’s power is perfected (2 Cor. 12:9).
May the peace of our Lord continue over your life, your family and your ministry as you seek to serve and live each day fully in the divine call that the all-powerful and good God has made over you. Somos Uno! And because we are one, we are not alone.
THANK YOU!
How good and pleasant it is when God’s people live together in unity!
Psalm 133:1
