Mensaje del Padre Asociado P. Renzo Rosales, S.J.
En este mes iniciamos el tiempo de Cuaresma. Esta palabra, que tiene su origen en la palabra Quadragésima, que en Latín quiere decir cuarenta, describe el periodo de 40 días desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Resurrección. Este tiempo de Cuaresma culmina con el punto máximo del año litúrgico: el Triduo Pascual, cuando, reviviendo los eventos de la pasión de Jesucristo, procederemos a anunciar la muerte y proclamar la resurrección de Nuestro Señor.
Durante la Cuaresma notaremos unos cambios en comparación con el tiempo ordinario. En las liturgias cuaresmales la iglesia, en lugar del verde, retoma el color de la penitencia -el morado- el mismo que adorna nuestros templos y ornamentos durante el tiempo de Adviento. En las misas no cantaremos el Gloria sino hasta la vigilia Pascual cuando, con gozo, celebremos la resurrección del Señor. Dentro de la liturgia de la palabra de nuestras misas, los pasajes de los evangelios que se leerán nos invitarán a reflexionar con más cuidado sobre los acontecimientos que rodearon las acusaciones, el enjuiciamiento y la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo.
Se espera que, durante este tiempo, además de escuchar con más atención la Palabra de Dios, reforcemos nuestra oración y, a través de diferentes formas de ayuno, avancemos en nuestro camino de conversión y preparemos nuestro encuentro con el Señor Resucitado. La Cuaresma ha de ser un tiempo privilegiado para hacer una pausa interior en medio de nuestras ocupaciones de siempre. Ha de servir para hacer un profundo examen de conciencia y revisar aquellas actitudes nuestras, tanto individuales como comunitarias, que dañan tanto a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Sin embargo, también este será un tiempo para reconocer que, así como Jesús venció la muerte, nosotros somos invitados a vencer aquellas negatividades que ocultan la presencia de Dios en nuestros corazones y acciones.
Durante la Cuaresma nuestra parroquia ofrecerá diferentes tiempos y espacios para la reflexión, la oración e invitación a la solidaridad: Via Crucis, retiros, charlas y algunas otras actividades que se irán anunciando en su debido momento.
Abramos nuestros oídos para escuchar la voz del Señor en este tiempo de Cuaresma y vivamos con profundidad cada etapa de esta temporada para que nos ayude a reiniciar nuestro caminar por la vida con esperanza y alegría gracias a nuestra fe en que nuestro Señor ha vencido la muerte.
|