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Nos enfrentamos a un sin fin de distracciones diseñadas para sacarnos del camino con propósito que Dios creó para nosotros. Necesitamos activar el poder de Dios en nuestro interior para que estas distracciones, construidas en lujuria y caprichos innecesarios, no se vuelvan trampas engañosas.
Nuestra relación con Dios trae un giro a nuestra vida a través de la revelación. La fuerza de esta relación hace que los deseos que Dios pone en nuestro corazón sean claros, por lo que l
a plenitud a largo plazo es el resultado del cumplimiento de nuestros buenos deseos.
Mientras mejor reconozcamos los
deseos que provienen de Dios, será mas fácil bloquear la tentación de las distracciones. Nuestra vida se debe enfocar en el plan de Dios, pues la única constante con la que debemos contar en la vida es Dios. Así, al habitar completamente en la casa de Dios, nuestros deseos serán cumplidos con bendiciones a largo plazo.
Randy Morrison
www.randymorrison.org
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Ser responsable de acuerdo al plan de Dios significa vivir una vida basada en los principios del Reino de Dios. Si tomamos este nivel de responsabilidad como nuestra forma de vivir, vamos a gozarnos sabiendo que nuestros deseos se alinean con las expectativas que Dios tiene para nosotros. Nuestro entendimiento de los deseos de Dios construye un muro protector contra las presiones de tomar soluciones temporales, fáciles y rápidas. Al estar firmes en el plan que Dios tiene para nuestra vida, estaremos en el camino hacia la prosperidad en cada área de nuestra vida.
Lee Jeremías 29:11. Consulta con Dios por qué es que esta escritura pone el cimiento de la responsabilidad en la vida. Piensa en cómo es que esto se ha manifestado en tu vida en este momento. Haz una nota mental de lo que debes hacer de manera diferente para asegurar que tu vida opere de acuerdo al plan de Dios en todo tiempo.
RECUERDA: Los malos deseos significan querer satisfacernos por sentir conmiseración por nosotros mismos, mientras que las necesidades son vacíos creados por la falta de fortuna o la falta de una buena administración. Un buen entendimiento de los deseos de Dios para nuestra vida debe ser la prioridad número uno para que el poder de la lujuria (malos deseos) y la necesidad no nos desvíen del propósito que Dios tiene para nuestra vida.
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Al no tener un buen entendimiento de las capacidades que Dios nos dio, y al no comprender el campo de posibilidades de nuestra vida, somos susceptibles a ser atrapados por la trampa de la decepción creada por los malos deseos y caprichos innecesarios. La lujuria y las necesidades se disfrazan de atractivos deseos, y se convierten en el alimento de la auto conmiseración; la lujuria responde a lo que queremos en cuanto a placer y la autosatisfacción inmediata, y las necesidades llenan vacíos creados por la mala administración, pero no hay satisfacción en estas dos. El deseo es lo que buscamos, es donde convergen los talentos que Dios nos dio y el plan que Él tiene para nuestra vida.
La historia del hijo pródigo en
Lucas 15:13 y 14
nos da un ejemplo de la mala administración de los recursos. Analiza cómo fue que el hijo pródigo demostró su mala administración, examina sus resultados y toma muy en cuenta las señales que la Biblia muestra como advertencias para que los malos deseo no se disfracen de lujuria y necesidad.
RECUERDA: El entendimiento del deseo de Dios para nuestra vida debe ser la prioridad número uno para que no seamos engañados por la lujuria (malos deseos) y la necesidad respecto al propósito de Dios para nuestra vida. La lujuria es el enemigo que contamina nuestros deseos. La lujuria y la necesidad son respuestas rápidas y a corto plazo pero no otorgan satisfacción.
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Elegimos hacia donde dirigirnos en términos del nivel en que involucramos a Dios en nuestra vida. Ya sea que le demos la espalda a las oportunidades o demos la cara a la realidad de una vida equipada con las promesas de Dios. Para poder reconocer y alcanzar los deseos de Dios, debemos darle la vuelta a nuestra fe para poder descubrir nuestro verdadero propósito de existencia. Al darle la cara a la perspectiva de Dios, nuestros deseos reflejarán los deseos de Dios para nosotros, y el resultado será seguridad a largo plazo para el futuro. La decisión está en nosotros.
Toma un tiempo para leer el Salmo 73:25-26. ¿Qué te dice esta escritura acerca de los deseos? Piensa en tu vida. ¿Crees que tu vida tiene un acuerdo entre tú y Dios? Si no es así, ¿qué puedes hacer para reestructurar esto de tal manera que tu vida refleje una perspectiva de Dios? Comprométete con Dios para tomar pasos que puedan reestructurar esta visión en tu vida desde ahora en adelante.
RECUERDA: La gente que dirige sus deseos hacia Dios está motivada a buscar las cosas que Él permite visualizarles y la forma en las que pueden alcanzarlas. Los deseos que vienen de parte de Dios nos proveen de mucha más motivación que cualquier necesidad que tengamos.
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