PASCUA es un tiempo de alegría para todos los creyentes. PASCUA es y significa victoria. PASCUA es la gran victoria del amor sobre la muerte. PASCUA es el regalo de la fe.
En el evangelio de esta semana, una cosa está clara, Jesús, en su aparición, les enseña a los discípulos las marcas de su amor. En este Segundo Domingo de Pascua, escuchamos que los discípulos estaban reunidos. A pesar de que ellos sabían que Jesús había resucitado, Juan escribe que “habían cerrado la puerta de la habitación por temor a los judíos”. ¡Estaban terriblemente asustados ! En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les falta Jesús.
Jesús se apareció en medio de ellos. El se dirigió a los discípulos con las sencillas palabras: “La paz sea con ustedes”. La paz trae confianza y alegría. Cuando los discípulos escucharon el saludo de Jesús, comenzó la paz a llenar sus corazones, comenzaron a comprender la realidad de que Jesús estaba con ellos una vez más, ¡Qué maravilloso regalo! Jesús viene a tu vida y trae la paz, quiere llenarte de Él y que vivás en Él Pudieramos hoy recordar momentos de nuestra vida en el que estabamos temerosos y tristes y nos sentíamos perdidos y solos. Tal vez experimentamos una pérdida o cambio significativo en nuestra vida o estabamos luchando con una situación dolorosa. En ese momento, sería un gran regalo si Jesús se te hubiera aparecido de repente y te hubiera dicho: “La paz sea contigo”. Recordemos los primeros discípulos habían puesto cerrojos a sus puertas. Y Cristo las rompió. Cada domingo el Señor quiere romper el cerrojo de nuestros corazónes, de nuestros miedos, de esa situación imposible en la que vives…
Jesús está siempre con nosotros, dándonos gracia; sin embargo, es posible que no experimentemos tangiblemente a Jesús con nosotros. Jesús camina con nosotros todos los días. ¿Creemos y confiamos en esa realidad? Incluso si tenemos un sentido de la presencia de Jesús, es posible que queramos una prueba de que Jesús está con nosotros, tal como lo hizo Tomás. Si hoy sentimos que Jesús está cerca de nosotros y con nosotros, confiemos y creamos que Jesús también se nos ha aparecido. Que tengamos mentes abiertas y corazones abiertos. ¡Jesús vendrá a nosotros hoy!
Cristo resucitado abre las puertas de la iglesia sin necesidad de llaves y la llena con su propia vida y el Espíritu Santo. Sin su presencia la iglesia es un espacio vacío que nadie puede llenar.
Feliz Pascua de Resurrección. Aleluya. Aleluya.
P. Rafael Garcia
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