OCTUBRE 2020 CARTA MENSUAL

Muchos en el pasado han tratado de cambiar lo que Dios ha establecido, o lo que Él les ha mandado hacer.

Encontramos en la Biblia ejemplos de hombres que Dios llamó y ungió para servirle, pero algunos de ellos fallaron.

Veamos a Jeroboam como ejemplo.

En 1 Reyes capítulo 11, el profeta Ahías se encontró con Jeroboam en el camino y le hizo una declaración profética (la voluntad de Dios para Él).

1 Reyes 11:29-39
29 Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo.

30 Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos,

31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus;

32 y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel;

33 por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre.

34 Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos.

35 Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus.

36 Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre.

37 Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel.

38 Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel.

39 Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre.
Vemos las instrucciones claras que se le dieron a Jeroboam. Veamos si las siguió, tal como el Señor le dijo. 

Lea 1 Reyes 12: 25-33 y 1 Reyes 13: 1-9.

En lugar de confiar que el Señor establecerá su reinado como se lo prometió en 1 Rey 11: 38-39, Jeroboam tuvo miedo de perder al pueblo y recurrió a métodos de manipulación, pecaminosos. Estableció nuevos centros de adoración, ordenó su propio sacerdocio, inició nuevas festividades como una falsificación de lo que Dios ya había establecido. Hizo becerros de oro y puso uno en Betel y el otro en Dan, para que la gente tuviera lugares de culto y no regresara a Jerusalén.

Este hombre ignoró lo que el Señor le dijo en 1 Rey 11: 37-38.

Dios envió a un hombre con una palabra para Jeroboam. Sin embargo, Jeroboam se enojó con el hombre que Dios envió y ordenó arrestarlo. Cuando eso no funcionó, trató de sobornar al hombre de Dios. Jeroboam no se arrepintió; llevó al pueblo de Dios por mal camino. Podemos ver aquí que Jeroboam no hizo lo que Dios le ordenó.

Vemos que, en este tiempo, muchos de los que el Señor ha llamado han cambiado la visión que el Señor les ha dado. Algunos han reemplazado la visión con programas y todo tipo de actividades y se han ocupado a construir edificios y adquirir todo tipo de cosas materiales, en lugar de construir el Reino de Dios. Al mismo tiempo, han designado a sus propios profetas para que digan lo que ellos quieren que digan. Se han vuelto como Jeroboam, orgullosos y se han olvidado del Señor que los llamó y de hacer su voluntad.

El Señor, por Su misericordia y gracia, les ha enviado hombres y mujeres para preguntarles acerca de la visión que les dio una vez. Porque han reemplazado la visión de Dios por su propia visiones y deseos. Dios los está llamando a que se arrepientan de sus desobediencias y por desviar a su pueblo.

Jeremías 50:6 Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.

No le fue bien a Jeroboam; no le irá bien a nadie que haga caso omiso de la voluntad de Dios para ellos. Escuche lo que dice el Espíritu del Señor. "No hay tiempo que perder, sé humilde, haz la voluntad de Dios y solo Su voluntad".
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