Los Desafíos de Nuestro Tiempo


Inmigración


27 de marzo de 2025


Querido Amado,


Es Cuaresma, tiempo de arrepentimiento, ayuno y reflexión. Atendemos el llamado de Isaías, quien proclamó que el verdadero ayuno consiste en soltar las cadenas de la injusticia, romper todo yugo, alimentar al hambriento, dar techo al deambulante y vestir al desnudo. "Entonces tu luz despuntará como la aurora."


Es esa luz la que estamos llamados a ser en estos tiempos difíciles.



Hoy en Estados Unidos, todos presenciamos ataques sin precedentes contra inmigrantes, refugiados y personas de color mediante el flagrante incumplimiento del estado de derecho. Se han presentado acusaciones de actividades ilegales contra organizaciones protestantes, católicas y judías que, aquí y en el extranjero, viven su fe mediante obras de misericordia.


No nos sorprende. Sabemos muy bien que Jesús fue crucificado precisamente por las mismas cosas de las que se nos acusa hoy:


desafiar a los opresores,

proteger a los migrantes

e insistir en la dignidad e igualdad

de todas las personas como hijos de Dios.




El papa Francisco ha calificado estas políticas migratorias de "vergüenza".


Afortunadamente, las voces colectivas de las comunidades religiosas se están alzando en oposición y condenando estos actos de injusticia.







El costo es real:


miedo entre los inocentes,

familias destrozadas,

niños con miedo de ir a la escuela.


Esto está mal.


Los inmigrantes son un regalo, como lo fueron nuestros antepasados ​​antes que ellos.






¿Qué podemos hacer?


Hoy, las comunidades religiosas están orando;


alzando la voz;


siguiendo noticias religiosas que rara vez aparecen en los titulares (religionnews.com),


celebrando reuniones comunitarias, imprimiendo tarjetas rojas de "conoce tus derechos" para inmigrantes

(https://www.ilrc.org/red-cards-tarjetas-rojas),


llamando regularmente a senadores y representantes,

y ofreciendo voluntariado en bancos de alimentos,


albergues y centros de asistencia legal.






En la ECC estamos haciendo muchas de estas cosas.


Seguiremos siendo luz en la oscuridad.



En 1985, en el apogeo del brutal apartheid estatal, los teólogos sudafricanos volvieron a reclamar justicia. Concluimos con sus palabras:


«La Iglesia de Jesucristo no está llamada a ser un bastión de la cautela. Tiene un mensaje de la cruz que nos inspira a sacrificarnos por la justicia y la liberación. Oramos para que Dios nos ayude a traducir el desafío de nuestro tiempo en acción».[1]




Oramos para que sigamos escuchando al Espíritu mientras nos llama de la reflexión a la acción.


Paz y amor

Obispo Paul "Pablo" Burson, M.Div., L.P.C.

Obispo Presidente, ECC

BishopPaul@ecumenicalcatholics.net






[1] Documento Kairós 1985

No dudes en compartir nuestra declaración: https://conta.cc/4iKBfEg








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