JULIO 2021 CARTA MENSUAL
La promesa del Padre es el derramamiento del Espíritu sobre toda carne.
Esto fue profetizado por primera vez por el profeta Joel, en Joel 2: 28-29.
28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Todo lo que nuestro Padre nos ha dado es bueno y lo da en abundancia. Por eso usa la palabra derramar (como lluvia en abundancia sobre la tierra). No hay discriminación, derrama sobre toda carne, mujeres, hombres y niños.
Lucas 24:49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Jesús les dijo a los discípulos que esperaran hasta que fueran investidos con poder de lo alto. Este poder era un poder sobrenatural para cumplir su misión. Asimismo, se nos ha dado este poder para hacer lo mismo. No somos diferentes a los primeros discípulos. Debes despertar el poder que hay en ti y cumplir la voluntad de Dios.
Juan el Bautista profetizó en Lucas 3:16: Juan respondió, diciendo a todos: “Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, cuya correa de sandalia no soy digno de desatar. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.
En el día de Pentecostés, cuando los discípulos esperaban la promesa del Padre, aparecieron lenguas divididas como de fuego. Vemos aquí el cumplimiento de la profecía de Juan el Bautista acerca de que Jesús bautizó a la gente con fuego.
Hechos 1:4-5, 8
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Está muy claro, la promesa del Padre es el bautismo con el Espíritu Santo, que dotó a los creyentes de poder para ser testigos del Evangelio con poder sobrenatural. Si ha sido bautizado en el Espíritu, el poder ya está en usted. No necesita esperar para sentir el poder, debe despertar el poder que está en usted por la fe.
Hechos 2:1-4
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Ciento veinte personas comenzaron a hablar en otras lenguas cuando fueron llenas del Espíritu Santo. Hablaron en un idioma que no habían aprendido antes, esto fue hecho por el poder sobrenatural del Espíritu Santo. Cuando la gente los escuchó, se quedaron estupefactos, preguntándose dónde aprendían estas personas este idioma. No trates de comprender cosas sobrenaturales con tu mente natural.
Pedro explicó Pentecostés con la profecía de Joel en…
Hechos 2:14-21
14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hechos 2:39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
El bautismo del Espíritu Santo es para todos los creyentes, no para unos pocos. ¡Que no te engañen!
Debemos prestar atención al mandato del Señor de ir y salvar a las personas, bautizarlas con el Espíritu Santo y prepararlas para que estén listas para el servicio. ¡Esta es la voluntad del Padre!