El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4
Nuestras vidas y todo lo que hacemos debe ser establecido en la Palabra de Dios.
Cuando nuestras vidas están establecidas en la Palabra de Dios, respondemos a las tentaciones y necesidades con Su Palabra.
Deuteronomio 8:3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Lo que el Señor está diciendo es que sí, te he alimentado con maná, pero lo que realmente te va a sostener es mi palabra. Presta atención y obedecedla, será mejor para ti que el pan natural. Jesús citó este texto en Mateo 4: 4. (Usamos este versículo al principio de esta carta). Cuando vienen las tentaciones y las dificultades, debemos ir a la palabra de Dios. Jesús lo hizo y Él es nuestro ejemplo. (Ver Mateo 4: 7, 10; Lucas 4: 4,8,12.)
Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
v.48 Yo soy el pan de vida.
v.51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Jesús declaró "Yo soy el pan de vida" tres veces. Él es el verdadero pan celestial, el verdadero poder sustentador de vida.
Alimentaos de Jesús, la palabra viva, del pan de vida. ¿Cómo hacemos esto? Estando en comunión cotidiana con la palabra de Dios. El fruto de esto será Jesús glorificado en nuestras vidas. Que la vida de Cristo, el poder de Cristo y la personalidad de su Espíritu estén en nosotros, de tal manera que no podemos dudar de la palabra de Dios.
Si amas a Jesús, amas Su palabra. Él es la palabra viviente Juan 1: 1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. La palabra viviente vino a esta tierra para manifestar lo que ya estaba establecido en el cielo.
1 Pedro 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
No hay crecimiento espiritual sin la palabra de Dios. Tenga hambre de la palabra de Dios, aplíquela a su vida diariamente para que crezca.
Isaías 40:8 Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Todo pasa, el tiempo pasa y las estaciones cambian, pero la palabra de Dios permanece para siempre.
Isaías 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Jesús como su Padre tenía confianza en su palabra, nosotros también debemos confiar en su palabra. Si nos alimentamos de ella y la creemos, y la declaramos, nuestro padre celestial cumplirá su propósito.
Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Recibe con beneplácito la palabra de Dios y deja que entre profundamente en tu corazón con su poder. Deja que te escudriñe, deja que te enseñe.
Santiago 1:21-25 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
La palabra de Dios aquí es como un espejo. Veamos 2 Corintios 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Vemos a Jesús, que la palabra nos muestra la semejanza de Cristo, que es la Palabra viva, la palabra nos dice quiénes somos verdaderamente, que la palabra de Dios se arraigue en ustedes y se establezca en sus corazones.
La transformación verdadera sucede cuando nos humillamos y abrazamos la verdad de la palabra de Dios, y nos hacemos hacedores no meramente oidores de Su palabra.
Enamórate de Su palabra, porque esa es la forma en que te enamoras de Él.
Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Salmos 1:2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.