Hola amigos;
Espero verles esta semana, compartir nuestras experiencias, apoyo y esperanza!
Gracias Blanca por compartir este ensayo/poema.
La adicción es muchas cosas, pero en esencia, es un escape de pensamientos, sentimientos o sensaciones incómodos, o incluso insoportables, en nuestro cuerpo y nuestro ser.
Es un escape de la VIDA.
Es una búsqueda del AMOR. En todos los lugares 'equivocados'...
Es la incapacidad de estar con nuestro propio dolor.
Es tratar de estar seguros, usar y hacer cosas que en realidad no son seguras en lo absoluto.
Es un intento de salir del momento presente y entrar en uno diferente.
Es un intento de salir de este cuerpo y entrar en otra versión de él.
O más bien, es un intento de cambiar nuestro estado de ánimo, nuestros sentimientos, nuestra experiencia, usando algo externo, confiando en algo fuera de nosotros.
Una sustancia. Una persona. Una idea. No importa.
Cualquier cosa para no sentir lo que sentimos, cualquier cosa para no enfrentar lo que sabemos que debemos enfrentar.
(Y estamos obsesionados por lo que sabemos que eventualmente debemos enfrentar. Sí, la adicción es la experiencia de ser perseguido, acosado, cazado...)
No hay juicio aquí. Es importante el no juzgarnos a nosotros mismos. Todos hacemos esto.
Todos escapamos. Todos buscamos. Todos corremos.
Todos somos adictos a algo...
Algunos usan alcohol, drogas, comida. Otros utilizan el trabajo.
Algunos usan la rabia, el control, la manipulación. Eso los hace sentir mejor.
Algunos de nosotros nos volvemos adictos a otras personas. A su amor, su aprobación, su atención.
Algunos de nosotros nos volvemos adictos a creencias, dogmas, religiones, gurús, figuras de autoridad. Que quizás nos salven de nosotros mismos.
Algunos de nosotros nos volvemos adictos a nuestro propio pensamiento. A las fantasías. A futuros.
O a limpiar la casa. Lavarnos las manos. Organizar los muebles. verificar las cerraduras.
O a asegurarse de que todo sea... perfecto.
Cualquier cosa para hacernos sentir más seguros. Cualquier cosa para tratar de controlar nuestra ansiedad.
Cualquier cosa para no estar aquí. Ahora. Como esto.
La adicción adopta muchas formas, pero en su esencia es un rechazo del momento presente, una huida del Ahora, una profunda falta de amor propio y de autoaceptación.
No podemos acabar con la adicción solo con la fuerza de voluntad. Nuestros objetos de adicción se moverán, cambiarán de forma. Pasaremos de una adicción al tabaco a una adicción al juego. De una adicción a la comida a una adicción a las experiencias espirituales. De una adicción a un amante a una adicción a un gurú. De una adicción al trabajo a una adicción al gimnasio.
Para curarnos de la adicción, tendremos que enfrentarnos a lo que hay dentro.
No correr más. No alejarse más.
Tendremos que enfrentar la rabia, el dolor, la soledad, el miedo.
El vacío interior. Deja de intentar de llenarlo.
El vacío. Deja de intentar de enmascararlo.
Y tal vez, tal vez, lleguemos al centro.
Y enfrentemos lo que hemos estado escondiendo toda nuestra vida.
Y nos sumergiremos en la desolación y la oscuridad y en fin encontraremos la luz.
Perderemos interés en evitar el momento y ganaremos interés en estar en el momento.
Nos volveremos adictos a... estar Presente.
Nos enamoraremos de las criaturas maravillosas, desordenadas, raras, torpes, poderosas, impotentes, vulnerables y sensibles que somos.
Dejaremos de pasar por alto nuestra humanidad.
Dejaremos de enmascarar nuestra autenticidad para ganar el amor de quien no puede darlo.
Perderemos el interés en ser lo que los demás quieren que seamos.
Hablaremos nuestra cruda verdad y diremos que no, cuando queremos decir que no.
Saldremos de nuestro escondite y diremos:
AQUÍ MUNDO, AQUÍ ESTOY.
EN TODO MI LÍO. EN MI PODER, MI RAREZA,
MIS SOMBRAS Y MI LUZ.
AQUÍ ESTOY.
-Jeff Foster
Espero que nos puedan acompañar este miercoles para nuestra reunión semanal.
Muchas Bendiciones,
Magda