Perd�n Radical y Manifestaci�n Radical- Espa�a

  24 de enero 2011
El mensaje es lo importante,
no el canal por donde llega

 
Hola

Traducci�n del pen�ltimo bolet�n de Colin

 
 

No me esperaba tal ovaci�n y me sorprendi� que durase tantos minutos al finalizar un taller de dos horas que hasta aquel momento yo consideraba un fracaso. 

 

El taller estaba incluido  en el programa del Congreso Internacional Hellinger, en Bavaria, Alemania.  Bert Hellinger, el fundador de la terapia Constelaciones Familiares me hab�a escuchado dar una conferencia en  Munich en octubre y me pidi� hablar en la suya en Diciembre ante 500 personas.

 

Constelar es un trabajo muy poderoso y para m� era un privilegio haber ser invitado por el venerable maestro de 85 a�os para presentar el Perd�n Radical en el marco de un evento dedicado a su propio trabajo. Era obvio que el Perd�n Radical le parec�a relevante para el trabajo de constelar. Por eso me sent�a mal tal como se estaba desarrollando el taller pensando que parec�a abocado al fracaso.

 

Me parec�a que hab�a cometido un gran error al elegir, entre todos los procesos posibles, la ceremonia de Perd�n Radical. Me hab�a arriesgado a pesar de que mi presentaci�n ten�a que ser traducida en siete lenguas y con asistentes sentados en butacas fijas.

 

Normalmente, la ceremonia se hace con todos los participantes de pie, dispuestos en c�rculo en un lugar espacioso. Respondiendo a una serie de preguntas que les recuerdan su(s) historia(s) de victima cruzan el c�rculo, se encuentran en el centro, conectan con otro en el plano no verbal sino energ�tico, comparten el dolor y a continuaci�n completan su viaje terminando de cruzar el c�rculo. Luego nos juntamos, digo unas palabras a fin de prepararles para transformar la energ�a. Volvemos a ponernos en c�rculo pero esa vez, lo que comparten con el otro es su voluntad de ver la perfecci�n en lo que sea que les ocurri�. Esta es la fase de replantear la historia del Perd�n Radical. El resultado es una extraordinaria transformaci�n de la energ�a. Los participantes se sienten en paz y alegres, habiendo perdonado a s� mismos y a muchos otros en dos horas.

 

Como nunca hab�a probado la ceremonia con personas sentadas en asientos fijos, sab�a que corr�a cierto riesgo. Para hacer la demostraci�n ped� a una docena de personas que subieran al escenario para que todos vieran c�mo solemos proceder habitualmente. A continuaci�n indiqu� a los asistentes sentados que si se identificaban con una de las preguntas que se pusieran en pie y mirasen alrededor en busca de un compa�ero, hicieran el intercambio de energ�a con �l/ella y luego volviesen a su asiento. Tambi�n acortamos el n�mero de preguntas de 17 a 9. Todo parec�a funcionar. 

 

Pero no me hab�a dado cuenta del camino tortuoso que la informaci�n ten�a que recorrer. Las instrucciones y las preguntas ten�an que ser traducidas. Yo dec�a algunas palabras y luego esperaba a que terminase la ronda de traducci�n correspondiente. Primero del ingl�s al alem�n y luego a trav�s de los auriculares a otros seis idiomas. El proceso me parec�a eterno y a medida que avanz�bamos me embargaba un sentimiento de zozobra. Pensaba que pronto todos se cansar�an y aburrir�an y por lo tanto perder�an la concentraci�n y se marchar�an. Pero no lo hicieron y a pesar de los inconvenientes les encant�, tal como demostr� su larga ovaci�n en pie.

 

Esto demuestra que por dif�ciles que sean las circunstancias y las dificultades, el mensaje del Perd�n Radical cobra un enorme sentido para las personas cuando se entrega en forma de experiencia. Tambi�n es una prueba del poder de la ceremonia de Perd�n Radical para transformar la consciencia de v�ctima sea como sea.

 

Aunque nunca antes la hab�a facilitado para 500 personas en asientos fijos y con siete traductores, ya tengo experiencia en circunstancias no siempre perfectas. En Alice Springs, Australia, acabamos haci�ndola en la calle en medio de la ciudad, de noche y con mucho frio. En Dallas, Texas, participaron en ella 250 personas en un aparcamiento y formando 5 c�rculos distintos. En Polonia fue con 200 personas en un local para 150 y formando dos c�rculos.  En Alemania, lo hice en un c�rculo de piedras bastante parecido a Stonehenge. 

 

Funciona de todas maneras. Por lo visto soy quien m�s necesita recordarlo.


Bendiciones,

Colin Tipping

 
 

Traducido por Dolores Lucia (Lola)
 

PD.
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