“Repent and Rebel"
December 9, 2018 — Second Sunday of Advent
Baruch 5:1-9; Malachi 3:1-4; Luke 1:68-79; Philippians 1:3-11; Luke 3:1-6
By Bill Steward whsteward@mediacombb.net
In our gospels, we are not allowed to warm up to the manger child until we‘ve first gone down to the river and been blistered and baptised by John the Baptist.

Luke‘s story of John the Baptist‘s public ministry begins with a list of the powerful and well-placed: Roman Emporer Tiberius; Roman Procurator Pontius Pilate; Governors Herod and Lysanias; High Priests Annas and Caiaphas.

These were the power-brokers, the dominant players in John‘s time.They controlled the world.  They had everything---except the one most important thing.

Except “ The word of God (which) came to John, son of Zechariah, in the wilderness.“ (Luke 3: 2)

Wilderness is the essential Biblical setting for the birth of a prophetic critique of our economy and  culture. In E. L. Doctorow‘s novel  The Lives of the Poets  “The Leather Man“ is an itinerant who wanders around New England a hundred years ago always dressed in layers of coats and shawls and pants. The narrator says: “He makes the world foreign. He distances it. He is estranged. Our perceptions are sharpest when we‘re estranged.“

When we listen to poets, prophets, the poor (and John the Baptist) we estrange ourselves from our culture and become open to the chastening word of God. Estrangement is essential for faithful living.

The word of God is a word of justice, mercy and love. The word comes to those in prisons, bread lines, refugee camps, to the poor not the rich, to the victims not their oppressors, to the war-torn not the warlords.

So the word of God came to John in the wilderness and not the intelligensia in Jerusalem.  Immediately he went public “...into all the region around the Jordan, proclaiming a baptism of repentance for the forgiveness of sins...“ (Luke 3:3)

“Repent“ is a blunt instrument of a word which John used like an axe at the root of a tree. (Luke 3:9) It is a straightforward word that demands radical change, forsaking old ways and going in new directions. Repentance can save our lives.

When the country music star Roy Clark was on the Tonight show he told Johnny Carson how he grew up in a tiny, dusty, little Texas town. He said: “When I found out where I was, I left.“ That‘s repentance.

Preacher David Buttrick has said that there‘s only one story in the Bible:                                      
If you‘re in Egypt, leave.
If you‘re a slave or slaveholder in the Roman Empire or any empire, leave.
If you‘re bound by the power of greed or fear and death, leave.
This, too, is repentance.

And this, too, is the good news according to John for us:                                                                       God is our Liberator.
We are dependent on God and so independent of all that is not God.
God's reign is at hand.
Repent and rebel.
“¡Arrepiéntanse y Rebelen!"
9 diciembre, 2018 — Segundo domingo de Adviento
Baruc 5:1-9; Malaquías 3:1-4; Lucas 1:68-79; Filipenses 1:3-11; Lucas 3:1-6
Por Bill Steward whsteward@mediacombb.net
En nuestros evangelios, no nos permiten acercarnos al niño en el pesebre hasta que nos hemos bajado al río primero y que hemos sido ampollados y bautizados por Juan el Bautista.
 
La historia de Lucas sobre el ministerio público de Juan el Bautista comienza con una lista de los poderosos y bien situados: el Emperador Romano Tiberio; el Procurador Poncio Pilato; Gobernadores Herodes y Lysanias; Sumos Sacerdotes Anas y Caifás.
 
Estas eran las personas poderosas e influyentes, los jugadores dominantes en la época de Juan. Controlaron el mundo. Tenían todo – menos la cosa más importante.
 
Menos  “La palabra de Dios (que) a Juan hijo de Zacarías, en el desierto.” (Lucas 3:2)
 
El desierto es el esencial escenario bíblico por el nacimiento de una crítica profética de nuestra economía y cultura. En la novela de E. L. Doctorow  Las Vidas de los Poetas “El Hombre de Cuero” [ The Lives of the Poets “The Leather Man”] es una persona itinerante quien vagabundea por Nueva Inglaterra hace cien años siempre vestido en abrigo sobre abrigo con chales y pantalones. El narrador dice: “Hace al mundo extranjero. Se distancia de él. Es separado. Nuestras percepciones son más agudas cuando somos separados.”
 
Cuando escuchamos a poetas, profetas, los pobres (y Juan el Bautista) nos separamos de nuestra cultura y nos abrimos a la palabra de Dios que nos disciplina. La separación es esencial para vivir fielmente.
 
La palabra de Dios es una palabra de justicia, misericordia, y amor. La palabra viene a los que están en prisiones, en colas de pan, en campos de refugiados, a los pobres no a los ricos, a las víctimas no a los opresores, a los devastados por la guerra no a los señores de la guerra.
 
Así que la palabra de Dios vino a Juan en el desierto y no a los intelectualistas en Jerusalén. Inmediatamente se hizo público “. . . Y él fue por toda la región contigua al Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados . . .” (Lucas 3:3)
 
“Arrepentirse” es un instrumento directo de una palabra que Juan usó como hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. (Lucas 3:9) Es una palabra directa que demanda cambio radical, abandonando las maneras antiguas y yendo en direcciones nuevas. El arrepentimiento puede salvar nuestras vidas.
 
Cuando la estrella de la música country Roy Clark estaba en la Tonight Show le dijo a Johnny Carson cómo creció en un pueblo pequeño y polvoriento en Texas. Dijo: “Cuando descubrí donde estaba yo, salí.” Eso es el arrepentimiento.  
 
El predicador David Buttrick ha dicho que hay solamente una historia en la Biblia:
Si estás en Egipto, sal.
Si eres esclavo/a o dueño/a de esclavos en el Imperio Romano o en cualquier imperio, sal.
Si eres atado/a por el poder de gula o de temor y muerte, sal.
Esto, también, es el arrepentimiento.
 
Y esto, también, es la buena nueva para nosotros según Juan.
Dios es nuestro libertador.
Dependemos de Dios y somos independientes de todos que no es Dios.
El reino de Dios ya se acerca.
Arrepiéntanse y rebelen.