La ofrenda de la viuda llega justo a tiempo para la campaña de compromiso anual. Jesús alabará a la pobre viuda porque dio aún con su pobreza, mientras los ricos sólo dan de su abundancia. Ésta la manera predecible de predicar esta lectura. Pues, los ricos pueden dar, pero esta pobre viuda no tiene nada si echa su última moneda en la trompeta. Y ella recibe elogio alto de Jesús.
Algunas veces la ofrenda de la viuda se convierte en una pregunta de por qué unos son ricos y otros son pobres. Es posible que esto nos lleva a decir que no se puede amar a Dios si se enamora con el dinero e ignora a los pobres. Todo esto es verdad y predecible para la persona sentada en el banco.
Lo de los ricos/pobres es un poco saturado. Conozco a personas ricas que cuidan a los pobres. Bill y Melinda Gates pasan todos sus días usando su dinero para terminar la pobreza y la enfermedad entre los pobres en países subdesarrollados. Que su tribu aumente.
Mi colega Bill Poland dio un sermón recientemente en que habló de amor como
generosidad
— nuestra capacidad de estar en los zapatos de otra persona y compartir.
Ese sermón sí despertó a las personas un poco — me gustó. Pero todavía había este sentimiento irritante que hay más para encontrar en la lectura de esta pobre viuda
.
El próximo día aprendí que alguien de un pueblo en Iowa ganó la mitad de la lotería Powerball. De repente esa persona tiene más dinero que Dios. Algunas veces pienso en ganar todo eso dinero, y una vez o dos compré uno de esos números. (Favor de reportarlo a la obispa).
¿Qué haría cono todo el dinero — cuánto cambiaría mi vida? Quizás visitarían mis parientes más — y tendría más amigos que podría manejar. Podría aumentar mi compromiso financiero. Pero entonces el dinero se hace el factor que controla mi vida — ¿es que contrato con un guardaespaldas, cambio mi nombre, huyo? El dinero me ha hecho prisionero. Y mire esto: Como me imagino cómo podría gastarlo —
de repente me doy cuenta de que podría hacer aún más si lo hubiera ganado todo. El compartir no parece justo. Soy capturado por las riquezas.
Me pregunto si la pobre viuda, cuando echó aquella última y única moneda en la cofre, sintió una libertad nueva, algún alivio, tal vez chocó los tacones y vio a la vida como el baile. Pues, siguió a uno que se hizo pobre para que nosotros que lo seguimos podamos ser ricos — eso es, en espíritu.
Pues, algunos de Uds. que predican y son más inteligentes que yo tendrán que tomarlo de aquí. Entretanto, he aprendido mi lección sobre el comprar uno de esos números. El dinero nunca debe controlar nuestras vidas. Pero cuando el premio se hace enorme, todavía tengo la tentación de recaer un poco — “¡Que el Señor tenga compasión!”
Oración
Querido Dios, hemos recibido don sobre don, y el don más grande de todo es tu don de la vida. Líbranos de buscar más que rechazará la felicidad y la libertad. Oramos en el nombre de Jesús, quien se hizo pobre para que pudiéramos ganar la libertad para vivir y para amar — te damos la gloria. Amén.
Pensamientos adicionales: El 11 de noviembre es el Día de los Veteranos de Guerra. Como veterano de la Guerra Coreana, nombrada “una acción policial,” recuerdo a aquellos 38,000 que murieron en ese conflicto. La mejor manera de honrar a nuestros veteranos es elegir a líderes que comprenden el precio de la guerra y que están dispuestos a terminar la locura de la amenaza de la guerra como una solución para la paz.