El fin de semana del 19-20 de octubre marcó la celebración del festival más alegre en el calendario litúrgico de los judíos: SHIMCHAT TORAH – literalmente “la alegría del Torá.”
Congregaciones terminaron la lectura anual del Torá en Deuteronomio y entonces comenzaron el ciclo de nuevo con la primera lectura de Génesis.
En SHIMCHAT TORAH, los rollos del Torá son quitados de sus lugares en la sinagoga, entonces son levantados altamente por los congregantes mientras bailan y cantan en todas partes del santuario. Finalmente los rollos son llevados en desfile en las calles públicas cercanas.
El Profesor John Holbert de la Perkins School of Theology describió el ser parte de SHIMCHAT TORAH un año en Tiberio, Israel. Dijo que jamás se olvidaría la alegría salvaje de la gente como bailaron por las calles a su santo cementerio donde descansan en paz los cuerpos de algunos de los antepasados más estimados del Judaísmo, incluso a Moisés Maimonides.
El Dr. Holbert dijo que después de ver ese desfile alegre con toda la gente alegre bailando, dijo que jamás permitiría que pensara del Torá como carga que aprieta la alegría de la vida.
El Torá, los Salmos, la Ley y los Profetas todos han sido dados por nuestra bendición.
En las sinagogas palestinas hace mucho tiempo, los rabinos les daban miel a sus estudiantes para que pudieran gustar y ver y recordar que el aprender es dulce.
Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores. Gustad y ved que es bueno Jehová.
(Salmos 34:4, 8)
En las luchas en nuestra denominación sobre la sexualidad, frecuentemente se usa la Biblia ampliamente — y parece no traer la dulzura y la luz sino la amargura y la pesadumbre. ¿Porqué querría juntarse un ajeno con los que usan su texto precioso para condenar y excluir? Comunicamos que la Biblia es una clava, un trozo de ladrillo, no una bendición. ¿Qué buscador honesto necesita eso?
Según David Buttrick, los rabinos primitivos dijeron que la mejor manera de pensar de la autoridad de la Biblia era un don. ¿Qué hacemos con un don o un regalo? Lo abrimos y jugamos con él y gozamos de él. Dones y regalos son dados no para nuestra condenación sino para nuestro deleite.
Claro, hemos de traer nuestra razón, nuestra tradición, y nuestra experiencia a nuestras interpretaciones de la Biblia – y también hemos de expandir nuestras imaginaciones, interpretaciones múltiples, y nuestra capacidad para el asombro.
El Rabino Alan Cooper ha dicho que el estudiar la Biblia "es como levantando un gema a la luz para ver muchas reflexiones y muchas refracciones . . . Los significados no son reemplazados por aumento. Las escrituras tienen setenta caras.”
Que nos soltemos y que nos relajemos en nuestro leer de la Biblia. Un encuentro honesto con las escrituras jamás refuerza la arrogancia ni la superioridad moral. En vez de eso nos encontraremos recogidos a un baile con otros que también buscan encontrar su camino por los días de sus vidas.
Estamos en esto juntos. Habrá deleite. Habrá alegría.