Equity Forward
January 29, 2021 l Issue 005
Dear readers,

What a windwhirl of emotions this month has been!
As we begin our journey into 2021, we share with you Amanda Gorman’s poem “The Hill We Climb,” which she read at President Biden’s inauguration. This poem beautifully captures much of what we have seen and felt over the last few weeks. We are grateful for the hope and light we see, the ability to breathe a little easier now, and we can see how critical our work will continue to be.


“The Hill We Climb”

When day comes we ask ourselves
Where can we find light in this never-ending shade?
The loss we carry,
A sea we must wade.
We braved the belly of the beast;
We’ve learned that quiet isn’t always peace.
And the norms and notions of what just is
Isn’t always justice.

And yet the dawn is ours before we knew it.
Somehow we do it;
Somehow we’ve weathered and witnessed
A nation that isn’t broken but simply unfinished.
We, the successors of a country and a time
Where a skinny black girl descended from slaves
And raised by a single mother can dream of becoming president,
Only to find herself reciting for one.

And yes we are far from polished, far from pristine,
But that doesn’t mean we aren’t striving to form a union that is perfect.
We are striving to forge a union with purpose,
To compose a country committed to all cultures, colors, characters and conditions of man.

And so we lift our gaze not to what stands between us,
But what stands before us.
We close the divide, because we know to put our future first,
We must first put our differences aside.
We lay down our arms
So we can reach out our arms to one another.
We seek harm to none and harmony for all.
Let the globe, if nothing else, say this is true:
That even as we grieved, we grew,
That even as we hurt, we hoped,
That even as we tired, we tried,
That we’ll forever be tied together, victorious—
Not because we will never again know defeat
But because we will never again sow division.

Scripture tells us to envision
That everyone shall sit under their own vine and fig tree,
And no one shall make them afraid.
If we’re to live up to our own time,
then victory won’t lie in the blade but in all the bridges we’ve made.
That is the promised glade,
The hill we climb if only we dare it.
Because being American is more than a pride we inherit,
It’s the past we step into and how we repair it.

We’ve seen a force that would shatter our nation rather than share it,
Would destroy our country if it meant delaying democracy.
And this effort very nearly succeeded,
But while democracy can be periodically delayed
It can never be permanently defeated.

In this truth, in this faith we trust,
For while we have our eyes on the future, history has its eyes on us.
This is the era of just redemption.
We feared at its inception.
We did not feel prepared to be the heirs of such a terrifying hour,
But within it we found the power
To author a new chapter,
To offer hope and laughter,
To ourselves.
So, while once we asked:
How could we possibly prevail over catastrophe?
Now we assert: How could catastrophe possibly prevail over us?

We will not march back to what was,
But move to what shall be,
A country that is bruised but whole,
Benevolent but bold,
Fierce and free.
We will not be turned around or interrupted by intimidation
Because we know our inaction and inertia will be the inheritance of the next generation.
Our blunders become their burdens
But one thing is certain:
If we merge mercy with might and might with right,
Then love becomes our legacy
And change our children’s birthright.

So let us leave behind a country better than the one we were left.
With every breath of my bronze pounded chest,
We will raise this wounded world into a wondrous one.
We will rise from the golden hills of the West.
We will rise from the windswept Northeast where our forefathers first realized revolution.
We will rise from the lakeland cities of the Midwestern states.
We will rise from the sunbaked South.
We will rebuild, reconcile and recover
In every known nook of our nation,
In every corner called our country,
Our people, diverse and beautiful,
Will emerge battered and beautiful.
When day comes we step out of the shade,
Aflame and unafraid.
The new dawn blooms as we free it.
For there is always light if only we’re brave enough to see it,
If only we’re brave enough to be it.

Amanda Gorman
News from the Office of Equity
Equity Core Team

We are extremely grateful for the interest and support we received from over 70 employees, who submitted applications to join our Equity Core Team. In order to dedicate the necessary time to read applications and meet with each applicant, and their supervisors, we will be adapting our timeline as follows: 

  • Application Review and Consideration: January 11 - March 12, 2021
  • Core Team Members Announced: March 22, 2021

Thank you, equity ambassadors. We look forward to our work together!
Monthly Agreements
I am present
While racial equity conversations may be challenging, and distractions abundant, I commit to making a conscious effort to dedicate my full attention to actively listen and mindfully engage in the discussion.
What We’re Watching and Reading...
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Adelante con equidad
Enero 29, 2021 l Edición 005
Estimados lectores:

¡Qué torbellino de emociones ha sido este mes! 
Al comenzar nuestro camino en este 2021, compartimos con ustedes el poema de Amanda Gorman ‘The Hill We Climb’ (La colina que ascendemos), que ella leyó en la toma de posesión del presidente Biden. 
Este poema capta de manera hermosa mucho de lo que hemos visto y sentido en las últimas semanas. Estamos agradecidos por la esperanza y la luz que vemos, la habilidad que tenemos de poder respirar un poco más fácil ahora y la oportunidad de ver cuán crítico seguirá siendo nuestro trabajo. 

La colina que ascendemos
 
Cuando llega el día nos preguntamos,
¿Dónde podemos encontrar la luz en esta sombra interminable?
La pérdida que cargamos
un mar que debemos vadear.
 
Desafiamos las entrañas de la bestia;
Aprendimos que el silencio no siempre es paz;
y que las reglas y nociones de lo que es justo
no siempre es justicia.
 
Y, sin embargo, el amanecer es nuestro antes de saberlo.
De alguna manera lo hacemos;
hemos resistido y presenciado
una nación que no está quebrada sino simplemente inconclusa.
 
Nosotros, los sucesores de un país y de una época 
donde una joven delgada de raza negra, descendiente de esclavos,
criada por una madre soltera, puede soñar con ser presidente,
solo para encontrarse recitando para uno.  
 
Y sí, distamos de ser refinados, impecables, 
pero eso no quiere decir que no estamos luchando para formar una unión que sea perfecta.
Nos esforzamos para forjar una unión con propósito
para hacer un país comprometido con todas las culturas, colores, caracteres y condiciones de la humanidad.
 
Así que levantamos la mirada hacia, no a lo que nos divide,
sino a lo que está ante nosotros.
Cerramos la brecha porque sabemos que nuestro futuro es lo que más importa.
En primer lugar, debemos dejar a un lado nuestras diferencias.
Bajemos nuestras armas
para así poder extender nuestros brazos unos a otros.
No le deseamos daño a nadie y armonía para todos.
Que cuando menos el planeta declare que esto es cierto:
que aún cuando lloramos, crecimos,
que aún cuando nos doliera, teníamos esperanza,
que, aún estando cansados, lo intentamos,
que por siempre estaremos unidos juntos – triunfantes –
no porque nunca más conozcamos la derrota,
sino porque nunca más sembraremos división. 
 
Las Escrituras nos dicen que visualicemos
que cada uno se sentará bajo su propia viña e higuera  
y nadie les atemorizará.
Si vamos a vivir a la altura de nuestro tiempo,
entonces la victoria no yacerá en el filo del cuchillo sino en todos los puentes que hemos construido. 
  
Esa es la promesa de iluminar
la colina que ascendemos si solo nos atrevemos.
Porque ser estadounidense es más que un orgullo que heredamos,
es el pasado que abordamos y la manera en que lo reparamos. 
 
Hemos visto una fuerza que destrozaría nuestra nación en vez de compartirla,
destruiría a nuestro país si eso lograra demorar la democracia.
Este esfuerzo casi tuvo éxito, 
pero, aunque la democracia puede retrasarse de manera temporal  
nunca puede ser derrotada para siempre. 
 
Confiamos en esta verdad, en esta fe,
porque mientras tenemos los ojos fijados en el futuro, la historia tiene sus ojos puestos en nosotros.
Esta es la era de la justa redención
la cual temimos desde su inicio.  
 
No nos sentíamos preparados para heredar un momento tan aterrador, 
pero en él encontramos fuerza
para escribir un nuevo capítulo,
para ofrecer esperanza y risa,
para sembrar nosotros mismos. Mientras que una vez preguntamos: 
¿Cómo podríamos prevalecer sobre la catástrofe? 
Ahora declaramos: ¿Cómo podría la catástrofe prevalecer sobre nosotros?
 
No marcharemos atrás a lo que fue, sino a lo que será, 
un país lastimado pero íntegro, 
benévolo pero audaz,
feroz y libre.
No dejaremos que la intimidación nos desvíe o interrumpa
ya que sabemos que nuestra inacción e inercia serán la herencia de la próxima generación.
 
Nuestros errores se convertirán en sus cargas.
Pero una cosa está clara:
Si fusionamos la misericordia con el poder, y el poder con lo justo, 
entonces nuestro legado es el amor 
y el cambio el patrimonio de nuestros hijos.
  
Así es que dejemos el país mejor que el que nos dejaron.
Con cada aliento de mi golpeado pecho dorado, 
elevaremos este mundo herido a uno maravilloso. 
nos levantaremos de las colinas doradas del oeste.
Nos levantaremos del ventoso noreste donde nuestros antepasados emprendieron la primera revolución.
 
Nos levantaremos de la ciudades lacustres de los estados del medio oeste.
Nos levantaremos del sur asoleado.
Reconstruiremos, reconciliaremos y nos recuperaremos
en cada rincón y grieta de nuestra nación,
cada rincón de nuestro país.
Nuestro pueblo, diverso y hermoso,
emergerá golpeado y magnífico.
Cuando llega el día, salimos de la sombra,
enardecidos y sin miedo.
 
El nuevo amanecer florece mientras lo liberamos.
Porque siempre hay luz, si solo tenemos la suficiente valentía para verla,
si solo tenemos la valentía de serla.
 
Amanda Gorman
(Traducción de Julie Burns)
Noticias de la Oficina de Equidad
Equipo Central de Equidad

Estamos muy agradecidos por el interés y el apoyo que recibimos de más de 70 empleados que presentaron sus solicitudes para unirse a nuestro Equipo Central de Equidad. Para poder dedicar el tiempo necesario para leer las solicitudes y reunirnos con cada solicitante y sus supervisores, estaremos adaptando nuestro cronograma de la siguiente manera:

  • Revisión y consideración de solicitudes: 11 de enero a 12 de marzo del 2021
  • Anuncio de la selección de los miembros del Equipo Central: 22 de marzo del 2021

Gracias, embajadores de equidad. ¡Esperamos con interés trabajar juntos!
Acuerdos mensuales
Estoy presente
Aunque las conversaciones acerca de la equidad racial pueden ser desafiantes y abundan las distracciones, me comprometo a hacer un esfuerzo consciente de dedicarle mi atención plena a escuchar de manera activa y participar de lleno en la discusión.
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