Nos sentimos profundamente conmovidos cuando meditamos sobre la injusta y dolorosa pasión y muerte de Jesús en la cruz. Esas horas de intenso sufrimiento físico y espiritual, sintiéndose abandonado por todos, incluso por su Padre, que recordamos cada año en Semana Santa, nos hacen reflexionar sobre el bien y el mal, el amor y el odio en nuestras propias vidas, en nuestras comunidades y en el mundo. En el caso de Jesús, lo que llama la atención es que se sometió voluntariamente a esta aflicción por amor a su Padre y a todos nosotros. En solidaridad con los seres humanos, Jesús dio su vida por la salvación de toda la creación. Y nos dejó el testimonio más sublime del amor humano. Y el amor prevaleció sobre el odio, la vida sobre la muerte. El amor tiene la última palabra porque Dios es amor. Este es el mensaje de esperanza que nos da Jesucristo resucitado, y que nos permite hacer frente a nuestras tribulaciones en esta vida...Leer más |