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SALVOS POR GRACIAS

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ABRIL 2024 CARTA MENSUAL

por: Vimarie Montaño


¡La salvación es restauración! A través de Jesús recibimos esta restauración y salvación. Debido al amor de Dios por la humanidad, tuvo que encontrar una manera de restaurar la comunión de la humanidad con Él, debido a la desobediencia (pecado) de Adán y Eva en el jardín. Su desobediencia separó a la humanidad de la comunión con Dios. Por lo tanto, el Señor tuvo que abrir un camino para traernos nuevamente a la relación con Él.


Debido a la obediencia de Jesús al Padre, Él fue a la cruz para traernos salvación a muchos. ¡Cualquiera que reconozca a Jesús como Señor y Salvador, puede ser salvo!


Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Dios mostró su amor a través de Jesús; ésta es la única manera de tener comunión con Dios. Jesús es el camino, no hay otro camino.


Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.


Para poder participar de esta comunión con el Padre y Su amor por nosotros, debemos nacer de nuevo. ¿Qué quiere decir esto? Significa que una persona debe reconocer que Jesús es el hijo de Dios, que murió y resucitó al tercer día, al mismo tiempo que reconoce que ha vivido una vida pecaminosa separada de Él. Esto posiciona al individuo para confesar sus pecados y puede ser salvo, estando en buena posición ante Dios. A partir de ahí, él/ella puede tener comunión con el Padre: ¡es a través de Jesús! ¡Esta es una decisión personal, el individuo debe creer en su corazón para poder recibir esta verdad y ser salvo!


Es nuestra responsabilidad como ministros llevar este mensaje de salvación. No es sólo responsabilidad del pastor, evangelista, predicador, etc., es responsabilidad de cada creyente compartir el evangelio de salvación. Hay muchas almas a nuestro alrededor que necesitan ser salvadas. La voluntad de Dios es que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9


No importa cómo responden las personas al compartir el mensaje de salvación, nuestra responsabilidad es presentarlo, a ellos les corresponde recibirlo. Una vez que compartes el evangelio con alguien, el individuo debe decidir. Permitir que el Espíritu Santo ponga convicción en el corazón de la persona de que debe ser salva.


Hay mucho más después de la salvación. ¡El Señor requiere que vivamos para Él!


Después de que el individuo nace de nuevo, puedes llevarlo a pedirle al Señor que lo guíe a un lugar donde pueda ser discipulado en las cosas del reino, para continuar en su camino hacia el crecimiento espiritual y aprender a vivir su nueva vida, cumpliendo el llamado que el Señor tiene para ellos. Todos estamos llamados a hacer algo por el Señor, ¡Dios tiene un llamado divino y específico para cada uno de nosotros!


No pierdas ninguna oportunidad de compartir el evangelio de la salvación a quienes el Señor pone en tu camino. Recuerda, tu vida ya no es tuya. Perteneces a Aquel que te salvó para hacer Su voluntad aquí en esta tierra. ¡No te lo pierdas!


Nosotros, los que somos salvos, no podemos tomar nuestra salvación a la ligera. Quizás hayas nacido de nuevo y haya sucedido algo en tu vida que te haya separado de tu fe. No importa lo que haya pasado o lo que te hayan hecho. Dios te está llamando a regresar a Él. Dios es personal y Él te está llamando. Permite que el Señor ministre tu corazón allí mismo donde estás. Nunca es demasiado tarde. Él puede restaurarte justo donde estás. Todo lo que Él requiere es que reconozcas que te has alejado de Él. Él te recibirá con los brazos abiertos.


Esta es una gran oportunidad para que llevemos salvación a aquellos que no lo conocen. Si miras a tu alrededor con los ojos del Señor lo sabrás. No pierdas esta gran oportunidad de compartir las buenas nuevas en la vida de alguien, o traer de vuelta a alguien que ha perdido el camino.


Hoy es tu día de salvación. ¡La palabra de Dios dice que cualquiera que reconozca y confiese a Jesús como Señor y Salvador será salvo! ¡Este es tu día, arrepiéntete y sé salvo!


Diga esta oración… Jesus, reconozco que soy un pecador, y que tu eres el hijo de Dios, que viniste a pagar por mis pecados. Fuiste a la cruz y resucitastes al tercer día, ven a mi corazón, sed mi Señor y Salvador. Si tú confesaste esta oración y creíste en tu corazón, eres salvo. 

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