Un Curso Sobre Milagros
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Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 1
L E C C I Ó N 2
He dado a todo lo que veo
en esta habitación
[en esta calle,
desde esta ventana,
en este lugar]
todo el significado
que tiene para mí1.
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L2.1 1 Los ejercicios que se van a hacer con esta idea son iguales a los de la primera lección. 2 Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquiera sobre la que se pose tu mirada. 3 Luego, extiende tu campo visual más allá. 4 Gira la cabeza de un lado a otro, para incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. 5 Si te es posible, da la vuelta y aplica la idea a lo que estaba detrás de ti. 6 Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, ni trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso podría causar tensión. 7 Simplemente, echa una mirada rápida e indiscriminada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillo, color, material, o de la relativa importancia que tengan para ti.
L2.2 8 Tómalos simplemente tal como los ves. 9 Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que al suelo, a un brazo que a una manzana. 10 El único criterio a seguir para aplicar la idea a una cosa es sencillamente que tus ojos se hayan posado sobre ella. 11 No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate también de no excluir nada deliberadamente.
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1 … según piense con el ego o con el Espíritu Santo.
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Un Curso Sobre Milagros
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Texto
Capítulo 1
LOS MILAGROS
T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS 1 pár 1-24
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T1.1.1 [1] 1 Lo primero que hay que recordar en relación a los milagros2 es que entre ellos no hay grados de dificultad. 2 No hay ninguno que sea más "difícil" o "grande" que otro. 3 Todos son iguales, 4 porque todas las expresiones del Amor3 son máximas4.
T1.1.2 [2] 1 Los milagros de por sí no importan. 2 Lo único que importa es su Fuente5, la Cual está más allá de cualquier evaluación humana.
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1 La mayoría de estos principios, especialmente los últimos, estaban originalmente mezclados con otros materiales, algunos relacionados con los principios y otros no. Originalmente eran 46. Posteriormente en 1973, fueron expandidos a 53 en la versión denominada HLC, que es sobre la cual esta Versión Original está basada.
2 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y unes tu Alma a La de él en una unión de Amor, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en: LTe.13 (-L341)
3 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
4 … puesto que son el reflejo aquí del perfecto Amor de Dios.
5 … Dios en Su Unicidad: Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 3-5
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T1.1.3 [3] 1 Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de Amor. 2 El verdadero milagro es el Amor6 que los inspira. 3 En este sentido, todo lo que proviene del Amor7 es un milagro8.
T1.1.4 [4] 1 Todos los milagros significan vida 9, y Dios es el Dador de la Vida. 2 La Voz que habla por Él te guiará en forma muy concreta10. 3 Conocerás todo lo que necesites conocer11.
T1.1.5 [5] 1 Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. 2 No deben controlarse conscientemente. 3 Los milagros seleccionados conscientemente usualmente son desorientadores, y eso inutilizará el talento12.
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6 … que se experimenta al unirse con el otro como uno en Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
7 … del sistema de pensamiento del Espíritu Santo: Sólo hay dos sistemas de pensamiento: el del ego, de acuerdo a las leyes de la evolución y escasez que manejamos por medio de nuestra percepción, razonamiento, lógica, y sentido común; y el del Espíritu Santo, reflejo aquí del Espíritu o Pensar de Dios, Que es Amor, que se nos manifiesta principalmente a través de los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente. Ver T1.2 [102], T3.9 [72], T4.2 [8] y [11], T4.7 [85], T18.10
8 … porque se ha dejado de lado al sistema de pensamiento del ego.
9 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
10 El UrText T1B4b sigue así: "Programar con anticipación es un buen consejo en este mundo, donde deberías, y tienes que, controlar y dirigir aquello para lo cual aceptaste responsabilidad. Pero el Plan Universal está en manos más apropiadas".
11 Y el UrText T1B4b añade: "No trates de programar con anticipación respecto a esto". (Tomado de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson)
12 … natural de querer extender milagros de acuerdo y con el Espíritu Santo.
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 6-11
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T1.1.6 [6] 1 Los milagros son naturales13. 2 Cuando no ocurren, algo anda mal.
T1.1.7 [7] 1 Todo el mundo tiene derecho a extender milagros, pero antes es necesario purificarse14.
T1.1.8 [8] 1 Los milagros son una forma de curar porque cubren una carencia, en el sentido de que los extienden aquellos que temporalmente tienen más para aquéllos que temporalmente tienen menos.
T1.1.9 [9] 1 Los milagros son una especie de intercambio. 2 Como todas las expresiones de Amor15 —que siempre son milagrosas en el verdadero sentido de la palabra— este intercambio invierte las leyes físicas: 3 Aportan más Amor a los dos, tanto al que da como al que recibe.
T1.1.10 [10] 1 Utilizar los milagros como espectáculos para inducir a creer está mal: mejor dicho, es no haber comprendido su propósito. 2 Los que los utilizan realmente son los creyentes para los creyentes.
T1.1.11 [11] 1 La oración es el entorno donde nacen los milagros. 2 La oración es la comunicación natural entre Los que han sido creados y el Creador16. 3 Por medio de la oración se recibe Amor, y por medio de los milagros se expresa Amor.
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13 Lo natural, en la eterna Unicidad o Cielo, es la perpetua armonía reinante y también la perpetua concordia alegre del Amor Que eternamente se profesan el Padre y Su Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas están unificadas como Una y, en Ello, la Creación se extiende. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo natural es ser reflejo de Lo que somos en la eterna Unicidad, es decir, miramos a todo y a todos con la visión de Cristo, como uno con nosotros, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Cuando pensamos con el ego, lo natural es lo que percibimos aquí con nuestros sentidos y que están regidos por las leyes de este mundo. Ver T27.6 [44], L161.2
14 … de las creencias del ego…
15 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
16 La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 12-13
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T1.1.12 [12] 1 Los milagros son pensamientos que crean17. 2 Los pensamientos pueden representar el nivel inferior o el nivel superior18 de la realidad19. 3 Esta es la distinción básica que existe entre intelectualizar y pensar. 4 Lo primero hace lo físico y lo segundo crea lo espiritual, y creemos en lo que hacemos o creamos20.
T1.1.13 [13] 1 Un milagro es, a la vez, un comienzo y un final. 2 De esta manera, altera el orden temporal. 3 Siempre constituye una afirmación de renacimiento, que parece retroceder, pero que de hecho va hacia adelante. 4 Deshace el pasado al situarse en el presente21, y así libera el futuro.
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17 Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y producimos creaciones, son un reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T3.7 [52], T4.2 [18]
18 … Niveles. El Curso distingue dos grandes ámbitos o niveles: DIOS y la SEPARACIÓN. Al Nivel de DIOS, el Curso lo llama: Realidad, Cielo, Unicidad, Reino de los Cielos, etc., es el eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Quien es Uno con Su Padre. El Nivel de la Separación es el del tiempo y el espacio y todo lo que estos contienen. En él encontramos dos subniveles: el de la realidad del pensar del ego, donde rigen las leyes de la evolución y la escasez, y el de la realidad del espíritu, en la que se piensa con el Espíritu Santo y en cuya percepción, no se ve nada que no justifique perdonar, extender milagros y unirse al otro (a los otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver T1.1.53 [98], T2.3 [65], T2.4 [73]
19 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
20 Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Aquí, cuando pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y hacemos creaciones, somos el reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo único, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Ver T7.12 [109], T8.4 [18], T20.7 [50]
21 El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma de otra persona a la que estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando por medio de una pequeña disposición de buena voluntad, paras el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo" e invitas al Espíritu Santo a pensar contigo. Durante ese lapso de silencio —al estar transitoriamente liberado de la memoria de la culpa en tu pasado y de los pensamientos de miedo que trae la inseguridad del futuro de tu cuerpo según las leyes de la evolución y escasez— puedes concentrarte en querer perdonar a esa otra persona, hasta llegar a su Alma, y darte cuenta de que no tienes nada que perdonarle porque nada pudo haber hecho a La tuya. Luego, vas a entrar en el mundo real en la experiencia de Cristo, en la que tu Alma es Una con el Alma de la persona que lograste perdonar, y también Una con todas las demás Almas, ya que son igualmente perfectas y eternas. Es la experiencia de la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, Quien realmente somos cada uno y, a la vez, todos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos naturales o amorosos o milagrosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 14
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T1.1.14 [14] 1 Los milagros dan testimonio de la Verdad22. 2 Son convincentes porque provienen de la convicción. 3 Sin convicción degeneran en magia23, que es insensata y, por lo tanto, destructiva; o más bien, representa el uso no creador de la mente24.
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22 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
23 La magia, según el Curso y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestra razón, lógica y sentido común. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el Curso añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que, lo que vivimos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real al experimentar a Cristo en el otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
24 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 15-17
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T1.1.15 [15] 1 Cada día debería consagrarse a los milagros. 2 El propósito del tiempo25 es hacer posible que el hombre aprenda a usarlo creativamente y que se convenza a sí mismo de su facultad de crear. 3 Por lo tanto, el tiempo es un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. 4 El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje.
T1.1.16 [16] 1 Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar bendice más que recibir. 2 Aumentan la reserva de fuerza26 del que da y, al mismo tiempo, dan fuerza al que recibe. 3 Sean muy cautelosos a la hora de interpretar esto27.
T1.1.17 [17] 1 Los milagros son la ausencia del cuerpo28. 2 Son cambios súbitos al dominio de lo invisible, que se alejan de un sentido de realidad inferior. 3 Por eso curan29.
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25 … según el Espíritu Santo
26 Fuerza, con mayúscula, significa la Fuerza de Dios para crear o amar en el Cielo, una Fuerza que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, fuerza —si estás pensando con el ego—significa la fuerza física o psicológica del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Fuerza de Dios y de Su Hijo de crear y amar. Ver T7.11, T29.9 [53], T31.8 [86], L42, L47,
27 Y el UrText TB16a-b sigue: "El propósito de este Curso es integración. Les dije que no serán capaces de usarlo con propiedad hasta tanto no lo hayan tomado. Mientras vacilen en cuanto a la identificación de ustedes se refiere, no podrán aceptar el don que les pertenece. Todavía están oscilando entre reconocer el don o tirarlo a la basura. Uno considera que es demasiado débil para aceptarlo. El otro todavía no tiene idea de su poder de curación. Después que hayan aprobado el Curso, lo aceptarán, conservarán, y aplicarán. Ése será el examen final, que no tendrán dificultad en aprobarlo. Calificaciones de mitad de curso no se anotan en el registro permanente". (Tomado de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson)
28 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
29 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 18-21
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T1.1.18 [18] 1 El milagro es un servicio. 2 Es el máximo servicio que un Alma30 puede prestar a otra. 3 Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo. 4 El que lo obra reconoce simultáneamente la propia e inestimable valía de él mismo y la de su prójimo. 5 Por eso, no se debe preservar ninguna área de odio. 6 Si lo haces, tu propia valía dejaría de ser inestimable porque la estarías valorando por un cierto monto o por el infinito menos ese monto31.
T1.1.19 [19] 1 Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo. 2 Ellas dependen de la cooperación porque la Filiación es la suma de todas las Almas que Dios creó. 3 Por consiguiente, los milagros se rigen por la ley y el ordenamiento de la Eternidad, y no por los del tiempo32.
T1.1.20 [20] 1 El milagro vuelve a despertar la concienciación de que el altar de la Verdad es el espíritu33, y no el cuerpo. 2 Reconocer esto es lo que conduce al poder curativo del milagro.
T1.1.21 [21] 1 Los milagros son expresiones naturales del perdón total34. 2 Por medio de los milagros el hombre acepta el perdón de Dios35 al extendérselo a otros36.
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30 Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma (o Espíritu) es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todos— se unifican como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma (o Espíritu) desde el ego, ni nada del Alma (o Espíritu) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma (o Espíritu) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
31 Esta frase fue reinsertada del UrText T1B18b, Tomado de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson
32..Este principio (que originalmente era el # 20) fue desafortunadamente desarticulado cuando se editó. En el UrText T1B20 incluyendo las correcciones hechas por el propio Jesús, originalmente se leía: "20 Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo. Los milagros constituyen una necesidad corporativa, refiriéndonos al cuerpo de Cristo que es una manera de referirnos a la Iglesia. Pero la Iglesia de Dios es solamente la suma de las Almas que Él creó, que constituye el cuerpo corporativo de Cristo. La industria depende de la cooperación, y la cooperación (o el no singular) depende de los milagros". Y a esto, Jesús añadió estas palabras para Helen: "Y no pierdas de vista el énfasis en la cooperación, es decir, en lo NO SINGULAR." (Tomado de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson)
33 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
34 El proceso de perdonar consta de varias etapas o escalones, siendo el último darse cuenta de que realmente no hay nada que perdonar en el otro, porque ahora lo veo como el Alma del perfecto Hijo de Dios y, al ser mi Alma idéntica a la suya, se vuelve natural para mí extenderle los milagros que me sean sugeridos por el Espíritu Santo.
35 … que no hay nada que perdonar puesto que la separación realmente no sucedió.
36 En el UrText, T1B22, Jesús sigue: "El segundo paso es inherente al primero, porque la luz no puede tolerar una completa oscuridad. La luz disipa automáticamente la oscuridad, por definición." (Tomado de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson)
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T1.1 PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS
pár 22-24
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T1.1.22 [22] 1 Los milagros se asocian con el miedo37 únicamente por la engañosa creencia de que la oscuridad puede ocultar cosas. 2 El hombre cree que lo que no ve con los ojos del cuerpo no existe, pero sus ojos físicos no pueden ver en la oscuridad. 3 Esta constatación es muy primitiva, y le lleva a negar la existencia del ojo espiritual38, el cual depende siempre de la luz39. 4 Escapar de la oscuridad comprende dos etapas:
T1.1.22 [23] A 5 La primera, reconocer que la oscuridad realmente no puede ocultar nada. 6 Este paso generalmente produce temor.
T1.1.22 [24] B 7 La segunda, reconocer que no quieres ocultar nada, aun si pudieses hacerlo. 8 Este paso te libera del miedo.
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37 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
38 El término "ojo espiritual" es remplazado más adelante por el Espíritu Santo, y el "ojo físico" se convierte en ego. No obstante, el énfasis en las dos maneras de ver se mantiene a todo lo largo (del Curso). [Nota: esta nota al pie de página escrita por los Escribas está contenida en el manuscrito original de 1972. Ed,] Ver T1.1.22 [22]
39 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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