gráfico por
©Deposit Photos
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T25.9 [63] 1
El Espíritu Santo puede usar
todo
lo que le ofreces para tu salvación
2
.
2
Pero
no puede
usar lo que te niegas a darle
3
, ya que
no
puede quitártelo
sin
tu consentimiento.
3
Si lo hiciera, creerías que te lo arrebató
en contra
de tu voluntad.
4
Y así, no aprenderías que
es
realmente tu voluntad
4
la que quiere desprenderse de ello.
5
No es necesario que estés
completamente
dispuesto a entregárselo, pues si ese fuese el caso, no tendrías ninguna necesidad de Él.
6
Pero sí necesita que
prefieras
que Él lo tome a que tú te lo quedes para ti sólo, porque, de quedártelo, estarías reconociendo que lo que no causa pérdidas a nadie
5
no te interesa
.
7
Eso es lo único que falta para completar la idea de que nadie
tiene
que perder
6
para que tú ganes.
8
Eso y nada más.
UCSM TEXTO CH 25, IX
T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 274
Este día pertenece al Amor.
Hoy no tendré miedo.
|
L274.1 1
Padre, hoy quiero dejar que todas las cosas sean
1
tal como Tú Las creaste
2
y dar a Tu Hijo el honor que se merece por su impecabilidad
3
: el Amor de un hermano hacia su hermano y amigo.
2
Por medio de esto, me redimo
4
.
3
Y por medio de esto también, la Verdad ocupará el lugar donde estaban las ilusiones, la luz reemplazará toda oscuridad y Tu Hijo sabrá que es realmente Tal como Tú lo creaste.
L274.2 4
Hoy nos llega una bendición especial de Quien es nuestro Padre.
5
Dedícale este día, y hoy no habrá miedo, pues el día ha sido dedicado al Amor.
|
1
… el reflejo aquí de
2
Las
Cosas,
con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, son, aquí, las
cosas
que perciben nuestros sentidos. Ver
T8 .3 [14], T12.6 [50] 38-41, T12.7 [68] 72-74
3
La
Impecabilidad
, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula,
impecabilidad
es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver
T20.5 [32], T25.6 [37]
4
La
redención
es lo que pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios cuando, pensando con el Espíritu Santo, perdonamos
al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T12.3, M28
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
25
EL REMEDIO
T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
63-77
|
T25.9 [63] 1
El Espíritu Santo puede usar
todo
lo que le ofreces para tu salvación
2
.
2
Pero
no puede
usar lo que te niegas a darle
3
, ya que
no
puede quitártelo
sin
tu consentimiento.
3
Si lo hiciera, creerías que te lo arrebató
en contra
de tu voluntad.
4
Y así, no aprenderías que
es
realmente tu voluntad
4
la que quiere desprenderse de ello.
5
No es necesario que estés
completamente
dispuesto a entregárselo, pues si ese fuese el caso, no tendrías ninguna necesidad de Él.
6
Pero sí necesita que
prefieras
que Él lo tome a que tú te lo quedes para ti sólo, porque, de quedártelo, estarías reconociendo que lo que no causa pérdidas a nadie
5
no te interesa
.
7
Eso es lo único que falta para completar la idea de que nadie
tiene
que perder
6
para que tú ganes.
8
Eso y nada más.
|
|
1
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen —regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T11, T31, L96, L186, LTe.2 (-L231)
2
… por ejemplo, que le pongas cuidado a tus impulsos amorosos hacia otros, los tomes en cuenta y hagas algo al respecto, que incluye no juzgar y perdonar.
3
… la parte de tu vida que sigues manejando con tu ego. Nadie, ni siquiera Jesús de Nazareth, ha logrado "evaporarse" de esta vida aplicando alguna "espiritualidad" a la misma. Toca a cada uno, con su maestro interior, decidir cómo seguir viviendo en este mundo pero sin ser de él… Hay que sobrevivir de alguna manera que permita, por ejemplo, seguir pagando las cuentas…
4
Voluntad
, con mayúscula, es la Voluntad de Dios y también la de Su Hijo, ya que son Uno; en minúscula,
voluntad
es nuestra voluntad aquí según con quien pensamos: con el ego o con el Espíritu Santo.
5
… como por ejemplo la sinergia que sea posible en las distintas actividades de tu vida…
6
… necesariamente, a menos que no haya otra solución razonable, según el Espíritu Santo…
|
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T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
pár 64-65
|
|
T25.9 [64] 9
Éste es el
único
principio que la salvación necesita.
10
No es necesario que tu fe en él sea firme e inquebrantable, ni que esté libre del ataque de todas las creencias que se le oponen.
11
Tú, realmente, no
tienes
una lealtad fija
7
.
12
Pero recuerda que los que se han salvado
8
no necesitan la salvación.
13
No
se te está pidiendo que hagas algo que
le resultaría
imposible hacer a alguien que todavía está dividido contra sí mismo.
14
Ten un poco de fe en que no vas a
poder
encontrar sabiduría en semejante estado mental.
15
Pero, por otra parte, siéntete agradecido de que lo único que
se te pide
es tener un poco de fe
9
.
16
¿Qué otra cosa
sino
un poco de fe les puede quedar a los que todavía creen en el pecado
10
?
17
¿Qué
podrían
conocer del Cielo y de la justicia de los que se han salvado?
T25.9 [65] 18
Existe una clase de justicia en el proceso de la salvación de la que el mundo no tiene conocimiento.
19
Para el mundo, justicia y
venganza
son lo mismo, pues los pecadores ven la justicia
únicamente
como el castigo que merecen, por el que tal vez
otro
pague pero del que
no
es posible escapar.
20
Las leyes del pecado
exigen
una víctima.
21
Quién
ha de ser esa víctima es irrelevante.
22
Pero la muerte
tiene
necesariamente que ser el costo y
tiene
que pagarse.
23
Esto
11
no
es justicia, sino demencia
12
.
24
No obstante, ¿cómo podría
definirse
la justicia
sin
asociarla a la demencia, allí donde el amor significa odio, y la muerte se ve como victoria y triunfo sobre la Eternidad, la intemporalidad y la Vida?
|
|
7
… no has podido pensar TODO EL TIEMPO con el Espíritu Santo,
8
… los que han podido completar el sexto período del proceso de lograr aceptar la plena confianza en lo que enseña este Curso:
M4.2.F.1 57
Finalmente, llega "un período de logros".
58
Ahora es cuando se consolida su aprendizaje.
59
Lo que antes se consideraban simples sombras, se han convertido ahora en ganancias substanciales, con las que puede contar en cualquier "emergencia", así como también en los períodos de calma.
60
En efecto, el resultado de esas ganancias no es otro que la tranquilidad: el fruto de un aprendizaje sincero, un pensamiento sólido, y una transferencia plena.
61
Ésta es la fase de la verdadera paz, pues aquí se refleja plenamente el Estado celestial.
62
A partir de ahí, el camino al Cielo está libre y despejado y no presenta ninguna dificultad.
63
En realidad, ya está aquí.
64
¿Quién iba a querer "ir" a ninguna otra parte, si ya goza de absoluta paz?
65
¿Y quién querría cambiar su tranquilidad por algo más deseable?
66
¿Qué podría ser más deseable que esto?
9
… en que realmente NO ERES TU CUERPO: El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
10
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1
1
11
… de acuerdo con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo,
12
Demencia o locura
es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos.
|
|
T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
pár 66-69
|
|
T25.9 [66] 25
Tú, que no sabes de justicia, todavía estás a tiempo de preguntar lo que es, y así enterarte de la respuesta.
26
La justicia mira a todos por igual.
27
No
es justo que a alguien le falte lo que otro tiene.
28
Pues eso es venganza,
sea cual sea
la forma que adopte.
29
La justicia
no
exige ningún sacrificio, pues
todo
sacrificio se hace
a fin de preservar y conservar
el pecado
.
30
El sacrificio es el pago que se ofrece por el costo del pecado,
pero no por la totalidad del costo
.
31
El resto se le quita a otro para depositarlo al lado de tu
pequeño
pago, para así "redimir" todo lo que quieres conservar y
no
estás dispuesto a entregar.
32
De esta forma consideras que
en parte
eres víctima, pero con
otro
sufriendo en mayor medida.
33
Y en el costo
total
, cuanto más grande sea su parte, menor será la tuya.
34
Y la justicia, al ser ciega, queda satisfecha cuando recibe su pago, sin importarle quién paga.
35
¿Puede eso
considerarse
justicia?
36
Dios no sabe de eso.
37
Pero de justicia sí sabe, y muy bien.
38
Pues Él es totalmente justo con todo el mundo.
T25.9 [67] 39
La venganza es ajena a la Mente de Dios,
precisamente porque
Él sabe de justicia.
40
Ser justo es ser equitativo,
no
vengativo.
41
Es imposible que puedan coexistir equidad y venganza, pues cada una de ellas contradice a la otra y le niega su realidad.
42
No puedes
compartir
la justicia del Espíritu Santo mientras que de alguna manera tu mente conciba el especialismo.
43
Porque, ¿cómo podría Él ser justo si condenase a un pecador por crímenes que realmente no cometió, pero que
cree
que sí cometió?
44
¿Y adónde habría ido a parar la justicia si Él les exigiese a los que están obsesionados con la idea del castigo que —sin ninguna ayuda— la dejasen de lado y percibiesen que no es verdad?
45
A los que todavía creen que el pecado tiene significado les es extremadamente difícil comprender la justicia del Espíritu Santo.
T25.9 [68] 46
Necesariamente
, tienen
que creer que Él
comparte
la propia confusión de ellos y, por consiguiente,
no
pueden evadir la venganza que exige la propia creencia de ellos en lo que
tiene
que ser la justicia.
47
Y así, tienen miedo del Espíritu Santo y perciben en Él la "ira" de Dios.
48
Ciertamente son injustos con Él.
49
Y no pueden confiar en que
no
los vaya a aniquilar con rayos centellantes desprendidos de las ardientes "llamas" del Cielo por la Propia Mano iracunda de Dios.
50
Ciertamente
creen que el Cielo es el infierno y
tienen
miedo del Amor.
51
Y les invade una profunda sospecha y el escalofrío del miedo cuando se les dice que
nunca
han pecado.
52
Su mundo
depende
de la estabilidad del pecado.
53
Y perciben la "amenaza" de lo que Dios
entiende
como justicia como algo más destructivo para ellos mismos y para su mundo que la venganza, la cual comprenden y quieren.
T25.9 [69] 54
Y así, piensan que la
pérdida
del pecado sería una maldición.
55
Y huyen de las bendiciones del Espíritu Santo como si Él fuese un mensajero del infierno, enviado desde lo alto con ardides y engaños, para hacer caer sobre ellos la venganza de Dios, disfrazado de liberador y amigo.
56
¿Qué otra cosa
podría
ser Él para ellos, sino un demonio disfrazado de ángel y dispuesto a engañarlos?
57
¿Y qué otra escapatoria les puede ofrecer, sino una puerta que da al infierno, pero que se
parece
a la puerta que da al Cielo?
|
|
T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
pár 70-73
|
|
T25.9 [70] 58
No obstante, la justicia
13
no puede castigar a los que piden que se les castigue, pero tiene un Juez Que sabe que en verdad son plenamente inocentes.
59
En justicia, Él está
obligado
14
a liberarlos y a
darles
todo el honor que merecen y que se han negado a sí mismos, por
no
ser justos y
no poder
comprender que
son
realmente inocentes.
60
El Amor es
incomprensible
para los que pecan
porque
piensan que la justicia está
escindida
del Amor y representa otra cosa.
T25.9 [71] 61
Y así, se percibe el Amor como algo débil, y la venganza como muestra de fuerza.
62
Pues el Amor
perdió
la contienda cuando la justicia se separó de su lado, y ahora es demasiado débil como para
salvar
a nadie del castigo.
63
Pero además, la venganza —
sin
que medie el Amor— ha
cobrado más
fuerza al estar separada y alejada del Amor.
64
Y ahora, ¿qué
otra cosa sino
la venganza puede ayudar y salvar, mientras que el debilitado Amor está a un lado, de manos atadas, carente de justicia y vitalidad, e impotente para salvar
15
?
65
¿Qué puede pedirte el Amor a ti, que piensas que todo esto es verdad?
66
¿Acaso podría Él creer —con justicia
y
con Amor— que en tu confusión
tienes
algo que dar?
67
No
se te pide que Le tengas mucha confianza.
68
No puede ofrecerte más que lo que
ves
, y lo que reconoces que realmente no
podrías
darte a ti mismo.
T25.9 [72] 69
En la Propia justicia de Dios, el Espíritu Santo se da cuenta de todo lo que mereces, pero también comprende que
no
lo puedes aceptar para ti
16
.
70
Su función especial consiste en ofrecerte los presentes que los inocentes
merecen
.
71
Y cada presente que aceptas le trae alegría a Él y
también
a ti.
72
Él sabe que el Cielo se enriquece con cada presente que aceptas.
73
Y Dios Se alegra cuando Su Hijo recibe lo que la justicia amorosa
sabe
que le corresponde.
74
Pues el Amor y la justicia
no
son realmente diferentes.
75
Precisamente
porque son lo mismo, la misericordia está a la mano derecha de Dios, y
da
al Hijo de Dios el poder de perdonarse a sí mismo sus pecados.
T25.9 [73] 76
¿Cómo podría
privarse
de
algo
a aquel que lo merece
todo
?
77
Sería una injusticia, y ciertamente sería injusto para toda la santidad que
hay
en él, por mucho que él no la reconozca.
78
Dios
no
sabe de injusticias.
79
Él no permitiría que Su Hijo fuese juzgado
17
por los que quieren su muerte y no
podrían
ver su valía en absoluto.
80
¿Qué testigos fidedignos podrían
ellos
convocar para que
hablasen
en su defensa?
81
¿Y quién vendría a interceder en
su
favor, y no
atentar contra
su vida?
82
Tú no le harías justicia.
83
No obstante
18
, Dios se aseguró de que se
haría
justicia con el Hijo que Él ama
19
, y de que ésta lo protegería
20
de
cualquier
injusticia que tratases de cometer contra él, por creer que la venganza
es
su merecido.
|
|
13
… el pensamiento del Espíritu Santo reflejando aquí la Justicia de Dios,
14
… en su mente
15
… de los desmanes de este mundo…
16
… como cuerpo que eres en esta vida…
17
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T3.8, T4.5 [64]46-48, T8.8 [74], T11.8 [73], T15.6 [45], T29.10 [62]-[63], M10, M15
18
… al momento de la separación,
19
Por medio de la Voz que habla por Él en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo…
20
… en su mente
|
|
T25.9
EL PRINCIPIO DE LA SALVACIÓN
1
pár 74-77
|
|
T25.9 [74] 84
De la misma manera en que al especialismo no le importa quién paga el costo del pecado con tal de que
se
pague, el Espíritu Santo no toma en cuenta quién mira finalmente a la inocencia, con tal de que ésta
se
vea y
se
reconozca.
85
Pues
un
solo testigo es suficiente, siempre que vea de verdad.
86
La justicia —que es sencilla— no pide nada más.
87
El Espíritu Santo pregunta a cada uno si quiere ser ese testigo, de forma que la justicia pueda regresar al Amor y, ahí, quede satisfecha.
88
Cada función especial que Él asigna es sólo para esto: para que cada uno aprenda que el Amor y la justicia
no
están separados,
89
y que ambos salen fortalecidos al unirse la una con el otro.
90
Sin Amor, la justicia está prejuiciada y será débil.
91
Y el Amor
sin
justicia es imposible.
92
Pues el Amor es justo y no puede castigar sin causa.
T25.9 [75] 96
Tú puedes ser un testigo perfecto del poder del Amor
y
de la justicia, si comprendes que
21
es imposible que el Hijo de Dios
merezca
venganza.
97
No
hace falta que percibas que esto es verdad en toda circunstancia.
98
Tampoco necesitas corroborarlo con tu experiencia
en
el mundo, que no es otra cosa que la sombra de todo lo que
realmente
sucede en ti
22
.
99
El entendimiento que necesitas
no
proviene de ti, sino de un Yo
23
más grande, tan grande, excelso y santo que no
podría
dudar de Su propia inocencia.
100
Tu función especial es llamarlo, para que te sonría, a ti, cuya inocencia Él realmente comparte.
101
Su
entendimiento será el
tuyo
.
102
Y así, la función especial del Espíritu Santo se habrá realizado.
103
El Hijo de Dios ha encontrado un testigo de su inocencia y
no
de sus pecados.
104
¡Qué
poco
necesitas dar al Espíritu Santo, para que se
te
dé la justicia que es sencilla!
T25.9 [76] 105
Sin imparcialidad no puede
haber
justicia.
106
¿Cómo
podría
el especialismo ser justo?
107
No juzgues porque realmente no lo puedes hacer, pero tampoco porque eres un miserable pecador.
108
¿Cómo pueden los que se creen especiales
24
realmente
comprender
25
que la justicia es igual para todos?
109
Quitar a uno para dar a otro
constituye
una injusticia para ambos, pues los dos son iguales ante los ojos del Espíritu Santo.
110
Su Padre les dio a ambos la
misma
herencia
26
.
111
El que quiere tener más
o
tener menos, no es consciente de que realmente
27
lo tiene todo.
112
No puede ser juez de lo que le
corresponde
a otro porque piensa que a
él
lo han privado de algo.
113
Pues en tal caso,
tiene
necesariamente que sentir envidia y tratar de
apoderarse
de lo que pertenece al que juzga.
114
No
es imparcial
ni puede
ver de manera justa los derechos de otro,
porque
no tiene claros los suyos.
T25.9 [77] 115
Tú tienes
derecho
28
a todo el Universo
29
, a la Paz perfecta, a la completa liberación de
todos
los efectos del pecado, y a la Vida eterna, alegre y completa desde
todo
punto de vista, tal como Dios dispuso para Su santo Hijo.
116
Ésta es la
única
Justicia que el Cielo conoce y todo lo que el Espíritu Santo trae a la tierra
30
.
117
Tu función especial te muestra que
sólo
la justicia
31
perfecta
puede
prevalecer sobre ti.
118
Así,
estás
a salvo de
cualquier
forma de venganza.
119
El mundo engaña, pero
no
puede reemplazar la justicia de Dios con su propia versión.
120
Pues sólo el Amor
es
justo, y sólo Él
puede
percibir lo que la justicia tiene necesariamente que conceder al Hijo de Dios.
121
Deja que el Amor decida, y nunca temas que, por no ser justo, te vayas a privar a ti mismo de lo que la justicia
de Dios
ha acordado para ti.
|
|
21
… realmente en el eterno Presente de la Unicidad, Que es Donde realmente estamos todos como Almas Una en el Alma ´del único Hijo de Dios,
22
… en nuestro
espíritu…
Ver
T5.3 [12], T5.5 [33]
23
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
24
… porque creen, perciben y actúan de acuerdo con sus egos,
25
… con el Espíritu Santo
26
… ser Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad.
27
… en la Unicidad…
28
… aquí, a los reflejos de
29
Universo
, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios. En minúscula,
universo
puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver
T28.3 [16] 8, T29.7 [39]
30
… como reflejo de esa Justicia de Dios.
31
… en minúscula porque se trata del reflejo aquí de la Justicia eterna de Dios,
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