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T21.3 [14] 6 Lo que sigue más abajo es lo único que tienes que hacer para que se te dé la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape completo del pecado5. 7 Di sólo eso, pero si lo dices, dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación:
T21.3 [15] 8 Soy responsable de lo que veo. 9 Escogí los sentimientos que experimento, y decidí cuál es la meta6 que quiero alcanzar. 10 Y todo lo que parece sucederme, yo mismo lo pedí, y se me dio tal como lo había pedido.
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UCSM TEXTO
CH 21 LA IMAGEN INTERIOR
T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es LA SALVACIÓN? 1-5
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LTe.2 (-L231).1 1 La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás tu camino hasta Él1. 2 Y no puede dejar de cumplirla. 3 Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que nacieron en él. 4 La Palabra de Dios2 es dada a cada mente que piensa que sostiene pensamientos de separación y, reemplazará estos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz3.
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1 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
2 La Palabra de Dios es sinónimo de la "Voz que habla por Dios" y de la "Voz de Dios", Que es el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo, que sólo sabe de Amor, se expresa —cuando he logrado acallar al casi permanente diálogo de mi "yo" egoísta y egóico conmigo mismo en mi fuero interior— por medio de los impulsos amorosos que emergen desde lo más profundo de mi subconsciente,
3 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
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P A R T E 2
¿Qué es LA SALVACIÓN?
pár 2
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LTe.2 (-L231).2 5 El Pensamiento de la Paz fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente pensó en guerrear4. 6 Antes de eso, no había necesidad de Él, pues la Paz había sido dada sin opuestos y sencillamente era. 7 No obstante, cuando la mente está escindida, necesita curarse5. 8 Y así, el Pensamiento que tiene el poder de curar la escisión, pasó a formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo realmente Una6, mente7 que no consiguió reconocer Su Unicidad. 9 Entonces, el fragmento de la mente no se conocía a sí mismo y pensó que había perdido su propia Identidad8.
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4 … cuando por medio de tu ego primordial, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
5 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
6 … en el eterno Presente de la Unicidad
7 … separada: En esta realidad, el ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
8 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
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P A R T E 2
¿Qué es LA SALVACIÓN?
pár 3
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LTe.2 (-L231).3 10 La salvación es un deshacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de los sueños y de la malicia. 11 De esta manera, deja que las ilusiones desaparezcan9. 12 Al no apoyarlas, sencillamente las deja convertirse tranquilamente en polvo. 13 Y lo que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios, donde a partir de ahora se escribe Su Palabra, con los presentes10 de tu perdonar11 depositados ante él y, no mucho más atrás, la Memoria de Dios12.
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9 … en tu mente…
10 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
11 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
12 … nuestros impulsos amorosos que son aquí, el reflejo del Amor de Dios en el eterno Presente de la Unicidad, Donde realmente están todas nuestras Almas, sin excepción, Una en el Alma única del Hijo único de Dios, con Quien es Uno…
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P A R T E 2
¿Qué es LA SALVACIÓN?
pár 4-5
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LTe.2 (-L231).4 14 Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos unos momentos juntos13. 15 Aquí compartimos nuestro sueño final. 16 Es éste un sueño en el que no hay pesar, pues contiene un indicio de toda la Gloria Que Dios Nos dio. 17 En él, la hierba brota, los árboles florecen y los pájaros viene a construir nidos en su ramaje. 18 La tierra nace de nuevo, pero con una nueva percepción. 19 La noche se acabó, y ahora nos hemos reunido en la luz14.
LTe.2 (-L231).5 20 Desde aquí, extendemos15 la salvación al mundo, pues aquí fue donde la recibimos. 21 El cantar de nuestro regocijo proclama al mundo entero que la libertad16 ha regresado, que al tiempo casi le ha llegado su fin, y que el Hijo de Dios tan sólo tiene que esperar un instante más para que recuerde a Su Padre, los sueños se desvanezcan, la Eternidad eclipse al mundo con Su Luz y, ahora, que el Cielo sea Lo único existe.
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13 … unos instantes santos en nuestro espíritu aquietado, habiendo acallado el interminable diálogo interno de mi "yo", "yo", "yo" con mi ego… El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos Almas se unen en la experiencia de Cristo en el mundo real, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
14 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
15 … en nuestra mente
16 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 236
Gobierno mi mente, a la cual
sólo yo debo gobernar.
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L236.1 1 Tengo un reino que debo gobernar. 2 Sin embargo, a veces no parece que sea su rey en absoluto. 3 Más bien parece que se impone sobre mí y me dice cómo debo pensar, actuar y lo que debo sentir. 4 Y sin embargo, me ha sido entregado para que sirva cualquier propósito que perciba en él. 5 Mi mente sólo puede servir1. 6 Hoy2 la pongo al servicio del Espíritu Santo3 para que la use como mejor Le parezca. 7 Por consiguiente dirijo mi mente, la cual sólo yo puedo gobernar. 8 Y así, la dejo en libertad para que haga la Voluntad de Dios.
L236.2 9 Padre, hoy mi mente está abierta a Tus Pensamientos y cerrada a todo pensamiento que no sea Tuyo. 10 Gobierno mi mente y Te la ofrezco. 11 Acepta mi presente, es Tu don para mí.
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1 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
2 … pensando con mi espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
3 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios Que nos creó como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo; 2) al producirse la separación, es el ente que comenzó a estar presente como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir; 3) es, en tu mente acertada, el pensar de Cristo que se manifiesta —entre otras experiencias desinteresadas e inclusivas— por impulsos compasivos, caritativos, altruistas, de compartir, que de vez en cuando emergen del subconsciente y que podemos concienciar en instantes santos y decidir qué hacer con ellos. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 21
LA IMAGEN INTERIOR
T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS 13-28
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T21.3 [13] 1 Hemos repetido cuán poco se te pide para que aprendas este Curso. 2 Es la misma pequeña disposición de buena voluntad que necesitas para que toda la relación de ustedes se transforme en alegría; el pequeño presente que ofreces al Espíritu Santo1 a cambio del cual Él les da todo; lo poco sobre lo que se basa la salvación2; el pequeño cambio de forma de pensar por el que la crucifixión se transforma en resurrección3. 3 Y como lo poco que se te pide es verdad, es tan sencillo que es imposible que no se entienda completamente. 4 Puede ser rechazado, pero no es ambiguo. 5 Y si ahora decides oponerte a eso, no será porque es incomprensible, sino más bien porque ese pequeño costo —a tu juicio— parece ser un precio demasiado alto a pagar por la paz4.
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1 Tu pequeña disposición de buena voluntad de querer unir las partes en un todo tiene que venir de ti, para que —en el instante santo— tu fuero interno se abra al mensaje de Completitud del Espíritu Santo, y así, dejes que Él aporte Su Propia Voluntad completada, haciendo que la tuya se complete por igual.
2 La salvación: 1) es haber aprendido a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego y, así, haber liberado la fuerza de Dios en nosotros que está reverberando en todo lo que pensamos o hacemos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— haber reconocido en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es haber aprendido lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es haber buscado y hallado en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es haber aprendido a dar paz y haber obtenido paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T8.4 [22], T9.6, T11.1, T15.4 [33], T17.3 [9], L71.2, LTe.2 (-L231)
3 Ver T20, M28
4 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
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T21.3SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 14-16
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T21.3 [14] 6 Lo que sigue más abajo es lo único que tienes que hacer para que se te dé la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape completo del pecado5. 7 Di sólo eso, pero si lo dices, dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación:
T21.3 [15] 8 Soy responsable de lo que veo. 9 Escogí los sentimientos que experimento, y decidí cuál es la meta6 que quiero alcanzar. 10 Y todo lo que parece sucederme, yo mismo lo pedí, y se me dio tal como lo había pedido.
T21.3 [16] 11 No te engañes por más tiempo a ti mismo pensando que eres impotente ante lo que se te hace7. 12 Reconoce únicamente que estabas equivocado8, y todos los efectos de tus errores desaparecerán9.
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5 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
6 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
7 … a tu cuerpo, al cuerpo que todavía crees que eres
8 No soy un cuerpo, Estoy libre. Soy tal como Dios me creó. L221
9 … de tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo.
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 17
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T21.3 [17] 13 Es imposible que el Hijo de Dios10 pueda ser simplemente llevado11 por sucesos externos a Él12. 14 Es imposible que las cosas que le suceden no hubiesen sido decididas por él. 15 Su poder de decisión13 es lo que determina cada situación en la que parece encontrarse, ya sea por casualidad o accidentalmente. 16 Ni accidentes ni casualidades son posibles en el Universo tal como Dios Lo creó, fuera del Cual no existe nada14. 17 Si sufres, es porque decidiste que el pecado era tu meta. 18 Si eres feliz, es porque entregaste tu poder de decisión a Aquel Que tiene necesariamente que decidir a favor de Dios por ti15. 19 Éste es el pequeño presente que ofreces al Espíritu Santo y, aun esto, Él te lo dio para que te lo dieras a ti mismo. 20 Pues mediante este presente, se te da el poder de liberar a tu salvador16 para que él, a su vez, pueda salvarte.
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10 … en la eterna Unicidad que es donde realmente estamos todos, pero como las Almas perfectas y eternas Uno en Cristo que somos. Ahora bien, hay que recalcar que ¡esto es algo que nunca podrán entender ni aceptar nuestros razonamientos, lógica y sentido común de nuestro ego!
11 … en su mente
12 … que afecten directa o indirectamente su cuerpo.
13 … sea con su mente equivocada de ego, La mente acertada o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; por tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo hacemos pensando o procesando con nuestra mente acertada o espíritu. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2
14 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
15 … el Espíritu Santo
16 Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 18-19
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T21.3 [18] 21 Así, pues, no escatimes esta pequeña ofrenda, 22 pues, si te la guardas, seguirás viendo el mundo tal como ahora lo ves17. 23 Pero si la das18, todo lo que ves19 desaparecerá20 junto con él. 24 Nunca se ha dado tanto a cambio de tan poco. 25 Es en el instante santo21 donde este intercambio se efectúa y se mantiene. 26 Ahí, el mundo que no quieres es llevado ante el que sí quieres. 27 Y ahí, el mundo que quieres te es dado justamente porque lo quieres para ti. 28 Pero, para que esto se dé, primero debes reconocer el poder22 de lo que quieres. 29 Tienes que aceptar su fuerza, no su debilidad. 30 Debes percibir que lo que es suficientemente poderoso como para hacer un mundo, también lo puede abandonar y, además —si está dispuesto a reconocer que estaba equivocado— es capaz de aceptar que se le corrija.
T21.3 [19] 31 El mundo que ves no es sino el testigo inútil de que estabas en lo cierto. 32 Este testigo está demente. 33 Tú le enseñaste cómo atestiguar23 y, cuando te lo repitió, lo escuchaste y te convenciste de que lo que él vio era verdad24. 34 Tú te has causado todo esto a ti mismo. 35 Ve sólo esto, y verás también cuán circular es el razonamiento en el que se basa tu "visión". 36 Eso no fue algo que te haya sido dado. 37 Ése fue el regalo25 que te hiciste a ti mismo y que hiciste a tu hermano. 38 Accede, entonces, a que se le quite y sea reemplazado por el presente de la Verdad26. 39 Y, a medida que observes el cambio en él, te será dado verlo en ti mismo.
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17 … en el tiempo y el espacio, regido por las leyes de la evolución y escasez
18 … al decidir firme y sostenidamente pensar con el el sistema de pensamiento del Espíritu Santo
19 … ahora con los ojos del cuerpo
20 … en tu mente
21 El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos Almas se unen en la experiencia de Cristo en el mundo real, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
22 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
23 … con tu razón, lógica y sentido común,
24 … tocando madera…
25 … del ego
26 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 20-22
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T21.3 [20] 40 Tal vez tú no veas la necesidad de dar esta pequeña ofrenda. 41 Si ése es el caso, entonces, examina más detenidamente lo que esta ofrenda realmente representa. 42 Y, en forma muy sencilla, ve en ella el completo intercambio de la separación por la salvación. 43 El ego27 no es otra cosa que la idea de que es posible que sucedan cosas al Hijo de Dios sin su voluntad y, así, sin la Voluntad de su Creador28, Cuya Voluntad no puede estar separada de la suya.
T21.3 [21] 44 Esta idea reemplaza la voluntad del Hijo de Dios, en lo que constituye una rebelión demente contra lo que necesariamente tiene que ser eterno. 45 Es la declaración de que tiene el poder de privar a Dios del Suyo, quedándoselo para sí, aunque privándose de lo que Dios ha querido para él. 46 Esta es la alocada idea que ustedes han entronado en sus altares y a la que rinden culto29. 47 Y todo lo que supone una amenaza para ella parece atacar la fe de ustedes, pues es en ella donde la depositaron. 48 No piensen que les falta fe, pues su creencia y confianza en esta idea son ciertamente firmes.
T21.3 [22] 49 El Espíritu Santo les puede dar fe en la santidad y la visión para que la vean con bastante facilidad. 50 Pero no han dejado libre ni despejado el altar donde a estos presentes les corresponde estar. 51 Y donde ellos debieran estar, ustedes han colocado sus ídolos y los han consagrado a otra cosa. 52 A esa otra "voluntad" que parece decirles lo que ha de ocurrir, le confirieron realidad. 53 Y lo que quisiera demostrarles lo contrario tiene necesariamente que parecerles irreal. 54 Lo único que se les pide es que hagan sitio a la Verdad. 55 No se les pide que hagan o que ejecuten lo que está más allá de su entendimiento. 56 Lo único que se les pide es que dejen entrar a la Verdad, que cesen de interferir en lo que ha de acontecer de por sí30, y que simplemente vuelvan a reconocer la presencia de lo que pensaron que habían desechado.
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27 El ego es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
28 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
29 … idea en tu mente, que empezó cuando se adentró En la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
30 … los impulsos naturales o milagrosos o amorosos que emergen del residuo bendito que es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 23-24
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T21.3 [23] 57 Accedan, aunque sólo sea por un instante31, a despejar sus altares de lo que habían depositado sobre ellos, y no podrán dejar de ver lo que realmente se encuentra allí. 58 El instante santo no es un instante de creación, sino de reconocimiento. 59 Pues el reconocer les viene de la visión32 y de la suspensión de todo juicio. 60 Sólo entonces es posible mirar dentro de uno mismo y ver lo que necesariamente tiene que estar allí, claramente a la vista, y completamente independiente de inferencias o juicios. 61 Deshacer no es tarea de ustedes, pero sí depende de ustedes darle la bienvenida o no. 62 La fe33 y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea.
T21.3 [24] 63 Ya hemos dicho que hacerse ilusiones34 es la manera en que el ego lidia con lo que quiere, de manera que se vuelva eso mismo. 64 No hay mejor demostración del poder del deseo y, por consiguiente, de la fe, para hacer que sus metas parezcan reales y posibles. 65 La fe en lo irreal conduce a hacer ajustes a la realidad35 para amoldarla a la meta de la locura. 66 La meta del pecado induce a la percepción de un mundo temible para justificar su propósito. 67 Verás aquello que desees ver. 68 Y si su realidad es falsa, lo defenderás sin darte cuenta de todos los ajustes que introdujiste para que así fuese.
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31 … en sus mentes finalmente aquietadas,
32 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando accedo al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
33 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327)
34 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
35 … al reflejo aquí de la Realidad
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 25-27
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T21.3 [25] 69 Cuando se niega la visión, la confusión entre causa y efecto36 se vuelve inevitable. 70 Ahora, el propósito va a ser el de mantener en la oscuridad la causa del efecto y hacer que el efecto parezca ser la causa. 71 Esta aparente independencia del efecto permite que se le considere como independiente, y capaz de servir de causa a los sucesos y sentimientos que el hacedor del efecto piensa que éste causa. 72 Hace tiempo, hablamos de tu deseo de crear tu propio Creador, y de ser padre y no hijo de Él37. 73 Éste es el mismo deseo. 74 El Hijo es el efecto que quiere negar a su Causa. 75 Y así, él parece ser la causa y producir efectos reales. 76 No hay efectos sin causa, y confundir lo uno con lo otro es simplemente no comprender ninguno de los dos.
T21.3 [26] 77 Es tan esencial que reconozcas que hiciste el mundo que ves, como que reconozcas que no te creaste a ti mismo. 78 Pues se trata del mismo error. 79 Nada que Tu Creador no haya creado tiene ninguna influencia sobre ti. 80 Y si crees que lo que tú has hecho puede dictarte lo que ves y sientes y, tienes fe en su facultad de hacerlo, estás negando a tu Creador y creyendo que te hiciste a ti mismo. 81 Pues si crees que el mundo que hiciste tiene el poder de hacer de ti lo que se le antoje, estás confundiendo Hijo y Padre, efecto y Fuente.
T21.3 [27] 82 Las creaciones del Hijo son semejantes a Las de su Padre. 83 Pero, al crearlas, el Hijo no se engaña a sí mismo pensando que él es independiente de su Fuente. 84 Su unión con Ella es la Fuente de su crear38. 85 Separado de Ella, carece de poder para crear, y lo que hace no significa nada. 86 En efecto, no altera nada en la Creación39, depende enteramente de la locura de su hacedor y no sirve para justificarla. 87 Tu hermano cree que hizo el mundo contigo. 88 De este modo, niega la Creación. 89 Cree, al igual que tú, que el mundo que hizo, lo hizo a él. 90 De este modo, niega haberlo hecho.
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36 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos y tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
37 … la diminuta idea alocada…
38 Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y producimos creaciones, son un reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T3.7 [52], T4.2 [18]
39 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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T21.3 SOMOS RESPONSABLES
DE LO QUE VEMOS
pár 28
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T21.3 [28] 91 Pero la Verdad es que los dos fueron creados por un Padre amoroso, Que Los creó juntos y como Uno. 92 Si ves40 lo que "prueba" lo contrario41, estarás negando toda Tu Realidad42. 93 En cambio, si aceptas43 que todo lo que parece interponerse entre ustedes dos, que los mantiene separados uno del otro y del Padre de ustedes, lo hiciste tú en secreto44, el instante de liberación45 les habrá llegado. 94 Todos sus efectos habrán desaparecido porque su fuente ha sido puesta al descubierto. 95 La aparente autonomía de ésta es lo que te mantenía prisionero. 96 Ésa es la misma ilusión que te hace pensar que eres independiente de la Fuente por la Cual fuiste creado y, que nunca has abandonado.
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40 … con el sistema de pensamiento, percepción y razonamiento del ego
41 … es decir, que en la realidad del ego nuestros cuerpos no están unidos como uno, sino todo lo contrario, como individualidades separadas unas de otras y de Dios
42 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
43 … mediante un acto de fe,
44 … ya que tu Dios Que sólo sabe de Amor, no lo pudo haber hecho,
45 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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