El pecado es un bloqueo...
que se interpone en el
camino de la paz.
gráfico por ©Deposit Photos
|
|
T22.4 [31] 19 La Razón de por sí no es la salvación, pero despeja el camino a la paz y te lleva a un estado mental en el que se te puede dar la salvación. 20 El pecado es un bloque que se alza como un portón formidable —cerrado con candado y sin la llave para abrirlo— que se interpone en el camino hacia la paz. 21 Nadie que lo mire de frente sin la ayuda de la Razón, osaría traspasarlo. 22 Los ojos del cuerpo lo ven como si fuese de granito sólido y de un espesor tal que sería una locura intentar traspasarlo. 23 No obstante, la Razón ve fácilmente a través de él, justamente porque es un error11. 24 La forma que éste adopte no podrá ocultar su vacuidad de los ojos de la Razón12.
|
UCSM TEXTO
CH 22 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 1-5
|
|
LTe.3 (-L241).1 1 El mundo es una falsa percepción. 2 Nació del error1 y no ha abandonado su fuente. 3 No perdurará más que el aprecio que tengamos al pensamiento que le dio vida. 4 Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido2 por uno de verdadero perdón3, el mundo4 se verá de una manera completamente diferente5: una manera que conduce a la Verdad6, en la Que el mundo tendrá necesariamente que desaparecer7 junto con todos sus errores. 5 Y, entonces, su fuente habrá desaparecido, al igual que sus efectos.
|
|
1 … en tu mente, que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. 38 A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…Ver T27.9 [82]
2 … en tu mente…
3 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
4 … en tu espíritu: En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
5 … con la La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
6 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
7 … en tu mente, al dejar cada vez más de pensar con tu ego y más con el Espíritu Santo, más con el perdonar y el extender milagros en mente…
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 2-3
|
|
LTe.3 (-L241).2 6 El mundo fue hecho como un acto de agresión contra Dios8. 7 Es el símbolo del miedo9. 8 Pero, ¿qué es el miedo sino la ausencia de Amor10? 9 Por consiguiente, el mundo fue concebido para que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 10 Aquí nació la percepción, pues el Conocimiento11 no podría haber causado pensamientos tan dementes. 11 Pero los ojos engañan, y los oídos oyen equivocadamente. 12 Ahora, cometer errores se vuelve muy posible, porque ya no hay certeza.
LTe.3 (-L241).3 13 En efecto, los mecanismos de la ilusión12 han nacido en lugar del Conocimiento. 14 Y ahora van en pos de lo que se les encomendó buscar. 15 Su objetivo es servir el propósito para el que se hizo el mundo, de modo que diese testimonio de ese propósito y lo hiciese real. 16 Esos mecanismos ven en las ilusiones del mundo todo menos una sólida base donde exista la Verdad y donde Ésta se mantenga separada de las mentiras. 17 No obstante, todo lo que reportan no son sino ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la Verdad.
|
|
8 … cuando por medio de tu ego primario, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente. Y, como no te lo dio, entonces ese ego primario tuyo — que no sabemos qué forma adoptó pero que, en todo caso, fue una poderosa que, entre otras cosas, hizo el tiempo y el espacio y todo lo que estos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente contra ellos. Ver: T27.9 [82]
9 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
10 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
11 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
12 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 4
|
|
LTe.3 (-L241).4 18 Así como la vista13 fue hecha para alejar de la Verdad, igualmente puede ser reorientada14. 19 Entonces, los sonidos se convertirán en llamamientos de Dios15. 20 Y a toda percepción16 le puede ser dado un nuevo propósito17 por Aquel a Quien Dios designó Salvador del mundo18. 21 Sigue Su luz19 y verás el mundo tal como Él lo ve. 22 Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla 23 y permítele que te dé paz y certeza, las cuales tú habías desechado pero que el Cielo conservó para ti en Él.
|
|
13 … del cuerpo
14 … en el fuero interno de tu espíritu, al tú querer ver con la visión de Cristo en vez de con la visión habitual de tu cuerpo que, de paso, forma parte de ese ataque contra Dios que inició tu ego primario…
15 El Llamamiento de Dios es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
16 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
17 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro;, 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas y eternas —que realmente somos— están unificadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
18 … el Espíritu Santo
19 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 5
|
|
LTe.3 (-L241).5 24 No descansemos ni nos consideremos satisfechos hasta que20 el mundo se haya unido a nuestra cambiada percepción. 25 No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 26 Y no tratemos de cambiar nuestra función. 27 Tenemos que salvar al mundo. 28 Pues nosotros, que fuimos sus hacedores, tenemos que verlo a través de los ojos de Cristo21, de modo que aquello que se hizo mortal pueda ser restituido a la Vida eterna.
|
|
20 … en nuestra mente, en su parte que el Curso llama "espíritu"…
21 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 248
Lo que sufre no forma
parte realmente de mí.
|
|
L248.1 1 He renegado de la Verdad1. 2 Ahora déjame ser igualmente creyente, pero para renegar de la falsedad2. 3 Lo que sea que sufre, no forma parte realmente de mí. 4 Lo que siente pesar no soy yo. 5 Lo que experimenta dolor no es sino una ilusión de mi mente. 6 Lo que muere nunca vivió en la Realidad, y sólo se burlaba de la Verdad sobre mí. 7 Ahora, reniego de mis propios conceptos, engaños y mentiras sobre el santo Hijo de Dios. 8 Ahora, estoy preparado para aceptarlo nuevamente Tal como Dios Lo creó, Tal como realmente es.
L248.2 9 Padre, mi viejo Amor por Ti retorna, y también me deja amar nuevamente a Tu Hijo. 10 Padre, soy Tal como Tú Me creaste. 11 Ahora recuerdo Tu Amor y el Mío. 12 Ahora comprendo que Ambos son uno.
|
|
1 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
2 La indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide es: 1) Concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y, que cuando los extiendes a otros en actos altruistas —que el Curso llama milagros— aportan a tu vida un significado que no te es usual. 2) Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. 2a) Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. 2b) En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 2b1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2b2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 2b3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 22
LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA pár 29-37
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
|
|
T22.4 [29] 1 La introducción de la Razón1 en el sistema de pensamiento del ego es el comienzo de su deshacer, pues Razón y ego se contradicen. 2 Tampoco es posible que los dos coexistan en tu concienciación, 3 ya que la meta de la Razón es clarificar y, por consiguiente, hacer que todo sea obvio. 4 A la Razón la puedes ver2. 5 Esto no es simplemente un juego de palabras, pues aquí es donde comienza la visión que tiene significado3. 6 La visión4 — literalmente hablando— es lo que tiene sentido5. 7 Si ella no es lo que el cuerpo ve, entonces, necesariamente hay que comprenderla6. 8 Pues es clara, y lo que es obvio no es ambiguo, 9 se puede comprender. 10 Y aquí Razón y ego se separan, para seguir cada uno sus respectivos caminos diferentes.
|
|
1 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
2 Los impulsos naturales (del Alma) o amorosos emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía…Impulsos que constituyen la única realidad de este mundo. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
3 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
4 … en el fuero interno de tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
5 … mis impulsos naturales ciertamente no me vienen de las leyes de la evolución (todo se come a todo) ni de la escasez (las cosas buenas ni abundan niduran) y, cuando les pongo cuidado, perdono a otra persona y le extiendo el o los milagros que me sugiere el Espíritu Santo, experimento una paz y una alegría que ciertamente, tampoco son de mi ego, y que le dan sentido a la vida que quiero vivir…
6 … pero no con el razonamiento, lógica y sentido común del sistema de pensamiento del ego, sino con la Razón del sistema de pensamiento del Espíritu Santo.
|
|
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA
pár 30-31
|
|
T22.4 [30] 11 Toda la permanencia del ego depende de su creencia de que eres incapaz de aprender este Curso. 12 Comparte con él esa creencia y la Razón será incapaz7 de ver tus errores y despejar el camino para su corrección. 13 Pues la Razón ve a través de los errores y te dice que lo que pensabas que era real, no lo es. 14 La Razón puede ver la diferencia que hay entre pecado8 y los errores, porque quiere corregir. 15 Por lo tanto, te dice que lo que pensabas que era incorregible puede corregirse y, por consiguiente, que tuvo que haber sido un error. 16 La oposición del ego a la corrección conduce a la creencia en el pecado9 que tienes fijada en ti y a desentenderse de los errores10. 17 El ego no mira a nada que pueda ser corregido. 18 Así condena el ego y, así, salva la Razón.
T22.4 [31] 19 La Razón de por sí no es la salvación, pero despeja el camino a la paz y te lleva a un estado mental en el que se te puede dar la salvación. 20 El pecado es un bloque que se alza como un portón formidable —cerrado con candado y sin la llave para abrirlo— que se interpone en el camino hacia la paz. 21 Nadie que lo mire de frente sin la ayuda de la Razón, osaría traspasarlo. 22 Los ojos del cuerpo lo ven como si fuese de granito sólido y de un espesor tal que sería una locura intentar traspasarlo. 23 No obstante, la Razón ve fácilmente a través de él, justamente porque es un error11. 24 La forma que éste adopte no podrá ocultar su vacuidad de los ojos de la Razón12.
|
|
7 … en tu mente
8 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
9 … pues, cuando sucede, mis sentidos lo pueden percibir, pueden "tocar madera"…
10 … que son los mismos pecados pero vistos internamente con la La visión de Cristo que es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
11 … el error de todos los errores fue la separación del Hijo de Dios…
12 … el Espíritu Santo que ve nuestras Almas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único que realmente somos todos y cada uno, en la Unicidad, que, con mayúscula, es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
|
|
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA
pár 32
|
|
T22.4 [32] 25 La forma del error es lo único que atrae al ego13. 26 Lo que tiene significado no lo reconoce y, por consiguiente, no sabe si está ahí o no. 27 Todo lo que los ojos del cuerpo14 ven constituye una equivocación, un error de percepción, un fragmento distorsionado del todo, sin el significado que el todo le daría. 28 Y no obstante, los errores —sea cual sea su forma— pueden ser corregidos. 29 El pecado no es sino un error expresado en una forma especial que el ego venera. 30 Éste quisiera conservar todos los errores, y hacer de ellos pecados. 31 Pues aquí encuentra su propia estabilidad, la pesada ancla que echó sobre el mundo cambiante del que fue hacedor, la roca sobre la que su iglesia está construida y donde sus seguidores están atados a sus cuerpos, creyendo que la libertad del cuerpo es la de ellos.
|
|
13 … por medio de su especialismo, que es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad, el ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
14 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
|
|
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA
pár 33-35
|
|
T22.4 [33] 32 La Razón te dirá que no es la forma que adopta el error lo que lo convierte en una equivocación. 33 Si lo que la forma oculta es una equivocación, la forma no puede impedir su corrección. 34 Los ojos del cuerpo ven únicamente formas. 35 No pueden ver más allá de aquello para lo que fueron hechos para ver. 36 Y fueron hechos para fijarse en los errores y no ver más allá de ellos. 37 Su percepción es ciertamente extraña, pues solamente pueden ver ilusiones15, incapaces de mirar más allá del bloque de granito del pecado y de detenerse ante la forma externa de la nada. 38 Para esta forma distorsionada de ver, el exterior de todas las cosas, es decir, el muro que se interpone entre tú y la Verdad, es absolutamente verdadero16. 39 No obstante, ¿cómo una forma de mirar que se para ante la nada, como si se tratara de un muro sólido, podría ver verdaderamente? 40 Está impedida por la forma, porque ha sido hecha para garantizar que nada que no sea forma se pueda percibir.
T22.4 [34] 41 Esos ojos, hechos para no ver17, jamás verán. 42 Pues la idea que representan no abandonó a su hacedor18, y es su hacedor el que ve a través de ellos. 43 ¿Qué otra meta tenía su hacedor, salvo la de no ver? 44 Pues para eso, los ojos del cuerpo son los medios perfectos, pero no para ver. 45 Mira cómo los ojos del cuerpo se posan sobre lo externo, sin poder ir más allá de ellas. 46 Fíjate cómo se detienen ante la nada, incapaces de ir más allá de la forma hasta lo que tiene significado. 47 Nada ciega tanto como la percepción de la forma. 48 Pues ver la forma quiere decir que el entendimiento19 ha sido obnubilado.
T22.4 [35] 49 Sólo los errores varían de forma, y por eso pueden engañar. 50 Tú puedes20 cambiar la forma porque no es verdadera. 51 Y no podría ser Realidad precisamente porque puede cambiar. 52 La Razón te dirá que si la forma no es la Realidad, entonces tiene que ser una ilusión y que no está ahí para que la veas. 53 Y si la ves, debes de estar equivocado, pues estarías viendo lo que realmente no puede ser real por más que parezca serlo. 54 Lo que no puede verse más allá de lo que realmente no existe21 tiene que ser una percepción distorsionada y, necesariamente, tiene que percibir a las ilusiones como si fuesen la Verdad. 55 ¿Podría, entonces, reconocer la Verdad22?
|
|
15 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
16 … palpable por los sentidos y explicado por el razonamiento, la lógica y el sentido común del ego…
17 … aquí, el reflejo de la Realidad,
18 El yo primario de mi ego empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento —el yo de mi ego primario— se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos. Ver: T27.9 [82]
19 … del sistema de pensamiento del Espíritu Santo,
20 … en tu mente
21 … porque Dios no lo creó
22 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29 y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
|
|
T22.4 LA RAZÓN Y LA
RELACIÓN SANTA
pár 36-37
|
|
T22.4 [36] 56 No dejes que la forma de sus errores te mantenga alejado de él, cuya santidad es la tuya también. 57 No dejes que la visión de su santidad —la vista de la cual te mostraría que has sido perdonado— quede oculta tras lo que los ojos del cuerpo pueden ver. 58 Deja que la concienciación que tienes de tu hermano no sea bloqueada por tu percepción de sus pecados, ni por la de su cuerpo. 59 ¿Qué hay en él que quieras atacar, que no sea lo que asocias con su cuerpo, el cual crees que puede pecar? 60 Más allá de sus errores se encuentra su santidad23 y tu salvación24. 61 Tú no le diste su santidad, sino que trataste de ver tus pecados en él para salvarte tú. 62 Y, no obstante, en su santidad reside tu perdón. 63 ¿Cómo vas a poder salvarte si haces pecador a aquel cuya santidad es tu salvación?
T22.4 [37] 64 Una relación santa25, por muy recién nacida que sea, tiene que valorar la santidad por encima de todo lo demás. 65 Los valores no santos producirán confusión y lo harán en la concienciación. 66 En una relación no santa, cada uno es valorado porque parece justificar el pecado del otro. 67 Cada uno ve en el otro lo que le incita a pecar en contra de su26 voluntad. 68 Y de esta manera, cada uno endosa sus pecados al otro y se siente atraído por él para perpetuar sus pecados. 69 Y así, tiene que volverse imposible que cada uno se vea a sí mismo como causante del pecado debido a su deseo de que éste sea real. 70 En cambio, la Razón ve una relación santa como lo que realmente es: un estado mental común, donde los dos entregan gustosamente sus errores a la corrección, de manera que ambos puedan ser felizmente curados27 como uno.
|
|
23 Santidad, con mayúscula, es el Estado de perfecto Amor o Espíritu Santo que —como Alma, unificada con TODAS las demás Almas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios— vivimos con Dios en perfectas Paz y Alegría, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, santidad es la experiencia en mi fuero interno del reflejo aquí de ese Estado. Ver T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
24 La salvación: 1) es haber aprendido a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego y, así, haber liberado la fuerza de Dios en nosotros que está reverberando en todo lo que pensamos o hacemos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— haber reconocido en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es haber aprendido lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es haber buscado y hallado en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es haber aprendido a dar paz y haber obtenido paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T8.4 [22], T9.6, T11.1, T15.4 [33], T17.3 [9], L71.2, LTe.2 (-L231)
25 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
26 … verdadera
27 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
|
|
Un Curso sobre Milagros – Preliminares
COMPRAR:
or COMPRAR aquí en la tienda CIMS:
|
|
COURSE IN MIRACLES SOCIETY
(Sin ánimo de lucro)
Donar
|
En la actualidad, todos los proyectos CIMS están respaldados por donaciones de tiempo libre, talento y dinero. Si desea apoyar alguna de las actividades de la Sociedad de alguna manera, no dude en ponerse en contacto.
Debido al carácter internacional de CIMS, Internet es nuestro principal medio de comunicación y colaboración.
Para hacer una donación deducible de impuestos en apoyo de las lecciones diarias, haga clic aquí.
Además, por medio de su testamento u otro plan de sucesión, puede nombrar "Curso en la Sociedad de Milagros" como el beneficiario de una parte de su sucesión, o de activos particulares en su sucesión. De esta manera, está honrando a sus seres queridos y al mismo tiempo brinda un apoyo crítico a la extensión de LOVE.
|
|
SHARE THE BLESSING of UCSM!
|
|
|
|
|
|
|