Entre mentes amorosas
no hay separación
Y cada pensamiento de una
trae alegría a la otra
porque sus
pensamientos son iguales.
gráfico por ©Deposit Photos
|
|
T22.7 [64] 112 Ésa es la función de su relación santa. 113 Pues lo que uno piense, el otro lo experimentará con él. 114 ¿Qué quiere decir esto, excepto que sus mentes son realmente Una38? 115 No miren con miedo este hecho feliz, ni piensen que les impone una carga pesada. 116 Pues cuando lo hayan aceptado con alegría, se darán cuenta de que su relación es un reflejo aquí de la Unión que existe entre el Creador y Su Hijo. 117 Entre mentes amorosas no hay separación. 118 Y cada pensamiento de una trae alegría a la otra porque sus pensamientos son iguales. 119 La alegría es ilimitada porque cada pensamiento que irradia Amor extiende su existencia, creando así más de sí mismo. 120 No hay diferencia alguna en la mente de ustedes que es una39, pues cada pensamiento es como el mismo Amor.
|
UCSM TEXTO
CH 22 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO? pár 1-5
|
|
LTe.4 (-L251).1 1 Pecar es estar demente1. 2 Es el medio que hace que la mente2 pierda su cordura3 y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad4. 3 Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está5. 4 El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado6? 5 ¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto? 6 ¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar? 7 ¿Qué van a querer percibir por los sentidos? 8 Percibir por los sentidos es no conocer. 9 Y la Verdad no puede contener sino el conocimiento7 y nada más.
|
|
1 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
2 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
3 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
4 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
5 ... en el espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
6 ... son aquellos que en un instante santo del mundo real, habiendo perdonado totalmente a otro, han logrado ver en su fuero interior con la visión de Cristo, el Alma de ese otro que es exactamente igual a La de ellos y, por consiguiente, se han unificado en un reflejo aquí de lo que es el eterno Presente de la Unicidad de Dios…
7 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 2
|
|
LTe.4 (-L251).2 10 El cuerpo8 es el instrumento que la mente hizo en sus esfuerzos por engañarse a sí misma9. 11 Su propósito es luchar10. 12 No obstante, la meta de luchar puede cambiar. 13 Si cambia, ahora el cuerpo se pone al servicio de otro objetivo por el cual luchar11. 14 Lo que persigue ahora está determinado por el objetivo que la mente escogió para reemplazar a la meta del autoengaño. 15 La Verdad puede ser su objetivo tanto como las mentiras12. 16 Si apunta a la Verdad, los sentidos buscarán testigos de lo que es13 verdadero.
|
|
8 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
9 … que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…Ver T27.9 [82]
10 … ante todo por la sobrevivencia que le dicta el instinto según las leyes de la evolución y de la escasez
11 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
12 … dependiendo con quién decida pensar: el Espíritu Santo o el ego?
13 … aquí, realmente, reflejo de lo
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 3-4
|
|
LTe.4 (-L251).3 17 El pecado es la morada de todas las ilusiones14, que representan únicamente cosas imaginadas, procedentes de pensamientos que no son verdaderos. 18 Las ilusiones constituyen la "prueba" de que lo que no posee Realidad15 es real. 19 El pecado "prueba" que el Hijo de Dios es malvado; que el eterno Presente tiene que tener un final y que la Vida eterna tiene necesariamente que morir. 20 Y Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, quedándole sólo la putrefacción para completarse; Su Voluntad derrotada por siempre por la muerte; el Amor asesinado por el odio y la paz perdida para siempre.
LTe.4 (-L251).4 21 Los sueños de un loco atemorizan y el pecado, ciertamente, parece aterrar. 22 Y, sin embargo, lo que16 el pecado percibe no es sino un juego de niños. 23 Puede que el Hijo de Dios juegue a haberse convertido en un cuerpo que es presa del mal y de la culpa17, con apenas una insignificante vida que acaba en la muerte. 24 Pero, durante todo este tiempo, Su Padre ha seguido derramando Su Luz18 sobre Él y Lo quiere con un eterno Amor que las ficciones del Hijo no pueden alterar en absoluto.
|
|
14 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
15 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
16 … la mente afectada por
17 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
18 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 5
|
|
LTe.4 (-L251).5 25 ¿Hasta cuándo, oh Hijo de Dios, vas a seguir jugando a pecar? 26 ¿Acaso ya no es hora de guardar esos juguetes de aristas afiladas? 27 ¿Cuánto tiempo más vas a tardar en prepararte para regresar a Casa19? 28 ¿Tal vez hoy mismo? 29 El pecado no existe. 30 La Creación20 sigue inmutable. 31 ¿Aún vas a querer atrasar tu regreso al Cielo? 32 ¿Hasta cuándo, oh santo Hijo de Dios, hasta cuándo?
|
|
19 Casa, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, casa es el espíritu, la parte de nuestra mente separada que aún se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el ego, es la morada de nuestro cuerpo. Ver T5.5 [42]-[43], T9.8 [65], T10.4 [24], T11 [103]
20 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 251
No necesito sino la Verdad.
|
|
L251.1 1 Muchas fueron las cosas que busqué, y lo único que encontré fue desesperación. 2 Ahora sólo busco una cosa, pues tiene todo lo que necesito y solo lo que necesito. 3 Todo lo que buscaba antes no lo necesitaba, y ni siquiera lo quería realmente. 4 No reconocía mi única necesidad. 5 Pero ahora veo que sólo necesito la Verdad1. 6 En Ella, todas mis necesidades quedan satisfechas, mis ansias desaparecen, mis anhelos se hacen finalmente realidad y los sueños se acaban. 7 Ahora tengo todo lo que podría necesitar. 8 Ahora tengo todo lo que podría querer. 9 Y ahora, finalmente, me encuentro en paz.
L251.2 10 Y por esa paz2, Padre Nuestro, te damos gracias. 11 Lo que nos habíamos negado a nosotros mismos, Tú nos lo has restituido, y eso es lo único que realmente queremos.
|
|
1 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
2 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 22
LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO pár 51-65
|
|
T22.7 [51] 1 ¿Quieren la libertad1 del cuerpo2 o de la mente3? 2 Pues no pueden lograr la liberación de ambos a la vez. 3 ¿Cuál valoran más? 4 ¿Cuál es su meta? 5 Pues si ven a uno de ellos como un medio, verán al otro como un fin. 6 Y, por consiguiente, uno de ellos tendrá que servir al otro y llevarlo a que predomine, realzando así su importancia pero, al mismo tiempo, disminuyendo la suya propia. 7 Los medios sirven al fin, y a medida que se logra el fin, el valor de los medios disminuye, quedando totalmente eclipsados cuando se reconoce que ya no tienen ninguna función. 8 No hay nadie que no anhele la libertad y que no trate de encontrarla. 9 Pero la buscará donde cree que se encuentra y que puede hallarla. 10 Creerá que eso es posible con la mente o con el cuerpo, y hará que la otra parte sirva a la que escogió como el medio de hallarla.
|
|
1 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
2 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. El cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible.
3 En la separación, en minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 52
|
|
T22.7 [52] 11 Cuando se ha escogido la libertad del cuerpo, se usa la mente como un medio cuyo valor reside en su facultad de ingeniar medios para conseguir la libertad del cuerpo4. 12 Pero, dado que la liberación del cuerpo no tiene significado5, eso quiere decir que la mente se ha dedicado a servir a las ilusiones6. 13 Esta situación7 es tan contradictoria y tan imposible que cualquiera que se decida por ella8 no tiene idea de lo que realmente tiene valor9. 14 No obstante, aun en esta confusión —tan profunda que no puede ser descrita— el Espíritu Santo espera amablemente con paciencia10, al estar tan seguro de lo que va a resultar como del Amor de Su Creador. 15 Él sabe que esa alocada decisión11 la tomó uno que es tan querido por Su Creador como el Amor se ama a Sí Mismo.
|
|
4 … y conseguir esa libertad es importante en una primera etapa, pues significa que se ha logrado sobrevivir de forma inteligente y eficaz en un mundo donde todo se come a todo y, donde las cosas buenas ni abundan ni duran. Esa libertad en la realidad del ego es la que va a permitir a la persona cuestionarse a sí misma si es eso solamente lo que quiere de la vida, el primer paso de toda búsqueda espiritual…
5 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
6 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
7 … desde el punto de vista de nuestras Almas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre y Creador en el eterno Presente de la Unicidad…
8 … que es lo que hace la gran mayoría de la humanidad,
9 … en el Cielo, que es Donde realmente estamos…
10 … a que conciencemos la importancia que tienen nuestros impulsos naturales (del Alma) o amorosos que, de vez en cuando, emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía…Impulsos que —por ser reflejos aquí de nuestra verdadera Realidad— constituyen la única realidad de este mundo. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
11 … cuando por medio de tu ego primordial, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 53
|
|
T22.7 [53] 16 No se trastornen pensando cómo puede el Espíritu Santo cambiar tan fácilmente los medios y el fin en lo que Dios ama y quiere que sea libre para siempre. 17 En cambio, siéntanse agradecidos de que puedan ser el medio para servir el fin propuesto por el Espíritu Santo12. 18 Éste es el único servicio que conduce a la libertad13. 19 Para servir este fin, se tiene necesariamente que percibir al cuerpo libre de pecado, justamente porque la meta es la impecabilidad14. 20 La ausencia de contradicción permite que la transición de medios a fin sea tan fácil como lo es el cambio del odio por la gratitud ante ojos que perdonan. 21 Ustedes serán santificados uno por el otro si usan sus cuerpos sólo para servir a lo que está libre de pecado. 22 Y les será imposible odiar lo que presta servicio a lo que quieren curar.
|
|
12 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro;, 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas y eternas —que realmente somos— están unificadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
13 … a la liberación de estar creyendo todo el tiempo con el ego que la única realidad "real" es la del tiempo y el espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez…
14 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 54
|
|
T22.7 [54] 23 Esta relación santa15, bella en su inocencia, poderosa en su fuerza, y resplandeciente con una luz mucho más brillante que la del sol que alumbra el firmamento que ustedes ven, ha sido escogida por su Padre como uno de los medios para realizar Su Propio plan. 24 Siéntanse agradecidos de que no sirva en absoluto para realizar el de ustedes. 25 Nada de lo que se le confíe a esta relación santa podrá ser mal utilizado, nada de lo que se le entregue dejará de ser bien utilizado. 26 Esta relación santa tiene el poder de curar16 todo dolor, sin importar la forma que haya adoptado. 27 Ninguno de los dos, actuando por su cuenta, puede ser útil de ninguna manera. 28 Únicamente en la voluntad conjunta de ustedes17 está la curación18. 29 Pues aquí está la curación de ustedes y aquí ustedes aceptarán el Redimir19. 30 Y en la curación de ustedes la Filiación encuentra la suya, precisamente porque las voluntades de ustedes están unidas20.
|
|
15 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
16 .. en la mente
17 … uno en Cristo
18 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
19 Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
20 … como una, es decir, dejaron de lado sus respectivas voluntades individuales para adoptar el reflejo, aquí, de la Voluntad de Dios.
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 55-56
|
|
T22.7 [55] 31 En lo que se percibe desde una relación santa, no hay pecado21. 32 Ya no se ve la forma del error y la Razón22, unida al Amor, observa tranquilamente toda la confusión, comentando sencillamente: "Eso fue un error". 33 Y luego, el mismo Redimir que ustedes aceptaron en su relación, corrige el error y, en su lugar, deposita un pedazo de Cielo. 34 ¡Cuán benditos son que permiten que se dé este presente! 35 Cada pedazo de Cielo que traen les es dado a ustedes. 36 Y cada lugar vacío del Cielo que vuelven a llenar con la Luz Eterna que ustedes traen consigo, brilla ahora sobre ustedes. 37 Los medios de la impecabilidad23 no conocen el miedo24, porque son portadores únicamente de Amor.
T22.7 [56] 38 Niños de la paz, la luz25 ha llegado a ustedes. 39 La luz que traen consigo no la reconocen, pero la recordarán. 40 ¿Quién podría negarse a sí mismo la visión que lleva a los demás? 41 ¿Y quién dejaría de reconocer el presente26 que, por medio de él mismo, fue depositado en el Cielo? 42 El afable servicio que uno presta al Espíritu Santo, se lo está prestando a sí mismo. 43 Ustedes, que ahora son Su instrumento, tienen que amar todo lo que Él ama. 44 Y lo que traen consigo es el recuerdo de ustedes de todo Lo que es eterno. 45 Ningún vestigio de lo temporal puede permanecer por mucho tiempo en las mentes que sirven a Lo eterno. 46 Y ninguna ilusión puede turbar la paz de una relación que se ha convertido en el instrumento de paz.
|
|
21 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
22 … des Espíritu Santo
23 La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
24 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
25 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
26 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 57-58
|
|
T22.7 [57] 47 Cuando se hayan mirado uno al otro con total perdón27, del que no se hubiese excluido ningún error ni guardado nada oculto, ¿qué error podría haber en cualquier parte que no pudiesen pasar por alto? 48 ¿Qué tipo de sufrimiento podría bloquear su vista28 e impedirles ver más allá de él? 49 ¿Y qué ilusión podría haber que no reconocerían como un error: una sombra que atravesarían completamente impávidos? 50 Dios no permitiría que nada interfiriera en aquellos cuyas voluntades son la Suya. 51 Y ellos reconocerán que sus voluntades son La de Él, porque sirven Su Voluntad, y La sirven con agrado. 52 Siendo así, ¿cómo podría Ella no ser la voluntad de ellos? 53 ¿Y acaso podrían ellos demorarse mucho en recordar lo que son realmente?
T22.7 [58] 54 Cada uno verá su valía a través de los ojos del otro y cada uno se libera cuando ve en el otro a su salvador29 en lugar del agresor que pensó estaba ahí. 55 Mediante esta liberación, el mundo es liberado. 56 Ésta es la parte que les corresponde para traer la paz. 57 Pues ustedes han preguntado cuál es su función aquí, y se les ha contestado. 58 No intenten cambiarla ni substituirla por otra meta. 59 [Esta función fue la que se les dio, y sólo ésta]. 60 Acéptenla y sírvanla de todo corazón, pues lo que el Espíritu Santo haga con los presentes que ustedes se dan uno al otro, a quién se los va a ofrecer, dónde y cuándo, es cosa Suya. 61 Los dispensará allí donde sean recibidos y se les dé la bienvenida. 62 Utilizará cada uno de ellos en pro de la paz. 63 Y ni una leve sonrisa o disposición de pasar por alto la más diminuta equivocación se perderá para nadie.
|
|
27 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
28 … interior, la visión de Cristo,
29 Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 59-61
|
|
T22.7 [59] 64 ¿Qué otra cosa que una bendición universal es mirar con caridad lo que el Padre de ustedes ama? 65 Extender el perdón es la función del Espíritu Santo. 66 Déjenla en Sus manos. 67 Ocúpense únicamente de entregarle lo que puede extenderse. 68 No guarden secretos oscuros que Él no pueda usar; antes bien, ofrézcanle los pequeños presentes que Él pueda extender para siempre. 69 Él tomará cada uno de ellos y lo convertirá en una potente fuerza a favor de la paz. 70 No dejará de bendecir ni uno solo ni los limitará de ninguna manera. 71 Les añadirá todo el poder que Dios Le ha conferido, a fin de hacer de cada uno de ellos una fuente de curación para todos. 72 Cada pequeño presente que ofrecen al otro ilumina el mundo. 73 No se preocupen por la oscuridad; no la sigan mirando, sino mírense uno al otro. 74 Y dejen que la oscuridad sea disipada por Aquel Que conoce la luz y la deposita afablemente en cada una de las apacibles sonrisas de fe y confianza con las que se bendicen uno a otro.
T22.7 [60] 75 Del aprendizaje de ustedes depende el bienestar del mundo. 76 Y es sólo la arrogancia lo que quisiera negar el poder de la voluntad de ustedes. 77 ¿Acaso creen que la Voluntad de Dios es impotente? 78 ¿A esto le llaman humildad? 79 No se dan cuenta de lo que esta creencia ha causado. 80 Se ven a sí mismos vulnerables, débiles, fáciles de destruir y a merced de innumerables agresores mucho más fuertes que ustedes. 81 Examinemos de frente cómo surgió este error, pues aquí se encuentra enterrada la pesada ancla que parece mantener vigente el miedo a Dios, inamovible y sólido como una roca. 82 Y mientras esto perdure, así parecerá ser.
T22.7 [61] 83 ¿Quién puede atacar al Hijo de Dios y no atacar a su Padre? 84 ¿Cómo podría ser el Hijo de Dios débil, frágil y fácil de destruir, a menos que su Padre también lo fuese? 85 No te das cuenta de que cada pecado y cada condenación que percibes y justificas constituye un ataque contra tu Padre. 86 Y es por eso que el ataque realmente no ha sucedido ni podría ser real. 87 Tampoco te das cuenta de que ésa fue tu intención, porque crees que el Padre y el Hijo están separados. 88 Y tienes necesariamente que pensar que estás separado, porque tienes miedo. 89 Pues parece más seguro atacar a otro o a ti mismo que atacar al gran Creador del Universo, Cuyo poder tú realmente conoces.
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 62
|
|
T22.7 [62] 90 Si fueses Uno con Dios y reconocieses esa Unicidad, sabrías que Su poder30 te pertenece. 91 Pero no podrás recordar esto mientras creas que el ataque —de la clase que sea— tiene algún significado. 92 No se justifica en ninguna forma, porque no significa nada. 93 Sólo podría justificarse el ataque si cada uno estuviese realmente separado del otro, y todos estuviesen realmente separados de su Creador. 94 Pues sólo entonces sería realmente posible atacar una parte de la Creación31 sin atacarla toda; atacar al Hijo sin atacar al Padre; atacar a otro sin atacarte a ti mismo, o herirte sin que otro sintiese dolor. 95 Y todo esto es lo que tú quieres creer. 96 Pero ¿dónde reside el valor de esta creencia, sino en el deseo de atacar impunemente? 97 El ataque no es ni seguro ni peligroso, 98 porque es imposible32. 99 Y esto es así porque el Universo33 es Uno. 100 No decidirías atacar su realidad34 si no fuese esencial atacarla para verla separada de su Creador. 101 Y así pareciera como si el Amor pudiese atacar y volverse temible.
|
|
30 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
31 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
32 … en la eterna Unicidad de Dios, en la Que realmente está el otro, conjuntamente con todos los demás (incluyéndote a ti) como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre y Creador (Esto es algo que —tenemos que repetirlo una y otra vez— nunca podremos entender ni aceptar con nuestro conocimiento científico y razonamiento de ego, ya que justamente, según nos enseña el Curso, en la separación, soñamos que, como el único Hijo de Dios, nos separamos de Dios y, para justificarlo y olvidar a Dios, hicimos el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen.
33 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
34 … la realidad del reflejo aquí de la Unicidad del Universo,
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 63
|
|
T22.7 [63] 102 Sólo los que se consideran diferentes de los demás pueden atacar. 103 De ahí ustedes concluyen que, dado que pueden atacar, tienen necesariamente que ser diferentes. 104 No obstante, el Espíritu Santo explica esto de otra manera. 105 Dado que realmente no son diferentes, les es imposible atacar. 106 Cualquiera de esas dos posturas constituye una lógica conclusión, si sólo los que son diferentes pueden atacar. 107 Cualquiera de ellas puede aceptarse, pero nunca ambas a la vez. 108 La única pregunta que necesita contestarse a fin de decidir cuál de las dos tiene necesariamente que ser verdad, es si ustedes son realmente diferentes. 109 Desde el punto de vista de lo que entienden35, parece que lo son, y, por consiguiente, que pueden atacar. 110 De las dos alternativas, ésta parece la más natural y la más afín a la experiencia de ustedes36. 111 Por eso es necesario que tengan otras experiencias, más afines a la Verdad37, para enseñarles lo que realmente es natural y verdadero.
|
|
35 … con el razonamiento, la lógica y el sentido común del ego
36 … según las leyes de la evolución y escasez…
37 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
|
|
T22.7 LA LIBERTAD Y
EL ESPÍRITU SANTO
pár 64-65
|
|
T22.7 [64] 112 Ésa es la función de su relación santa. 113 Pues lo que uno piense, el otro lo experimentará con él. 114 ¿Qué quiere decir esto, excepto que sus mentes son realmente Una38? 115 No miren con miedo este hecho feliz, ni piensen que les impone una carga pesada. 116 Pues cuando lo hayan aceptado con alegría, se darán cuenta de que su relación es un reflejo aquí de la Unión que existe entre el Creador y Su Hijo. 117 Entre mentes amorosas no hay separación. 118 Y cada pensamiento de una trae alegría a la otra porque sus pensamientos son iguales. 119 La alegría es ilimitada porque cada pensamiento que irradia Amor extiende su existencia, creando así más de sí mismo. 120 No hay diferencia alguna en la mente de ustedes que es una39, pues cada pensamiento es como el mismo Amor.
T22.7 [65] 121 La luz que los une brilla a través del universo, y debido a que los une, hace que sean Uno con su Creador. 122 Y en Él, toda la Creación está unida. 123 ¿Lamentarían no poder sentir miedo cada uno por su cuenta, cuando la relación de ustedes les puede enseñar que al estar ahí el poder del Amor, todo miedo es imposible? 124 No traten de conservar un poco del ego junto con este don. 125 Pues se les dio para que lo usen, no para que lo oculten. 126 Lo que les enseña que no se pueden separar, niega al ego. 127 Dejen que sea la Verdad la que decida si ustedes son diferentes o iguales y que les enseñe cuál es la verdadera.
|
|
38 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
39 … reflejo aquí de la única Mente que realmente existe Que es la de Dios,
|
|
Un Curso sobre Milagros – Preliminares
COMPRAR:
or COMPRAR aquí en la tienda CIMS:
|
|
COURSE IN MIRACLES SOCIETY
(Sin ánimo de lucro)
Donar
|
En la actualidad, todos los proyectos CIMS están respaldados por donaciones de tiempo libre, talento y dinero. Si desea apoyar alguna de las actividades de la Sociedad de alguna manera, no dude en ponerse en contacto.
Debido al carácter internacional de CIMS, Internet es nuestro principal medio de comunicación y colaboración.
Para hacer una donación deducible de impuestos en apoyo de las lecciones diarias, haga clic aquí.
Además, por medio de su testamento u otro plan de sucesión, puede nombrar "Curso en la Sociedad de Milagros" como el beneficiario de una parte de su sucesión, o de activos particulares en su sucesión. De esta manera, está honrando a sus seres queridos y al mismo tiempo brinda un apoyo crítico a la extensión de LOVE.
|
|
SHARE THE BLESSING of UCSM!
|
|
|
|
|
|
|