Es el acuerdo en el Pensar de Ellos lo que hace que el Hijo sea un Cocreador con la Mente Cuyo Pensar lo creó.
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T25.8 [53] 34 Justificar uno solo de los valores que el mundo apoya es negar la Cordura10 de tu Padre y la tuya11. 35 Pues Dios y Su Hijo bienamado no piensan de manera diferente. 36 Y es el acuerdo en el Pensar12 de Ellos lo que hace que el Hijo sea un Cocreador con la Mente Cuyo Pensar lo creó. 37 Y si él decide creer en un solo pensamiento opuesto a la Verdad, es porque ha decidido que él no es el Hijo de Su Padre porque el Hijo está loco, y la Cordura tiene que ser ajena tanto al Padre como al Hijo. 38 Esto es lo que tú crees.
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UCSM TEXTO
CH 25 EL REMEDIO
T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es CRISTO? pár 1-5
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LTe.6 (-L271).1 1 Cristo es el Hijo de Dios Tal como Él Lo creó. 2 Cristo es el Yo1 Que realmente compartimos y Que nos une Unos a Otros, y Todos a Dios. 3 Él es el Pensamiento Que sigue habitando la Mente2 Que es Su Fuente. 4 Él no ha abandonado Su santo Hogar ni ha perdido la Inocencia en la Que fue creado. 5 Él mora eternamente inmutable en la Mente de Dios.
LTe.6 (-L271).2 6 Cristo es el vínculo que te mantiene realmente Uno con Dios y que te garantiza que la separación no es sino una ilusión de desesperanza, 7 pues la esperanza habitará por siempre en Cristo. 8 Tu mente realmente forma parte de La Suya, y La Suya de La Tuya. 9 Él es la Parte de la Mente de Dios en la Que se encuentra la Respuesta de Dios: donde ya se han tomado todas las decisiones y donde se acabaron los sueños. 10 Nunca ha sido tocado por ninguna cosa que los ojos del cuerpo puedan percibir. 11 Pues, aunque Su Padre depositó en Él los medios para tu salvación, no obstante Él sigue siendo el Yo Que, al igual que Su Padre, no sabe de pecado.
LTe.6 (-L271).3 12 Al ser Hogar del Espíritu Santo y sentirse a gusto únicamente en Dios, Cristo ciertamente permanece en paz en el reflejo del Cielo que se encuentra en tu santa mente3. 13 Ésa es la única parte de ti que en Verdad es real. 14 Lo demás son sueños. 15 No obstante, estos sueños Le serán entregados a Cristo para que se desvanezcan ante el reflejo de Su Gloria, y finalmente te revelen a Tu santo Yo, Cristo.
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1 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
2 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
3 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
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P A R T E 2
¿Qué es CRISTO?
pár 4-5
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LTe.6 (-L271).4 16 Desde Cristo en ti, el Espíritu Santo abarca a todos tus sueños y los invita a venir a Él, para ser traducidos en la Verdad. 17 Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. 18 Pues, cuando el perdón repose sobre el mundo y la paz4 haya llegado a cada Hijo de Dios, ¿qué podría quedar para seguir manteniendo las cosas separadas, cuando lo único que quedará por verse es la faz de Cristo5?
LTe.6 (-L271).5 19 ¿Y por cuánto tiempo habrá de verse esta santa faz, cuando no es sino el símbolo de que el período de aprendizaje ha concluido y que la meta del Redimir6 ha sido finalmente alcanzada? 20 Por lo tanto, tratemos de encontrar la faz de Cristo y no mirar nada más. 21 Al contemplar el reflejo de Su Gloria, sabremos que ya no tenemos necesidad de aprender nada, ni de percibir, ni del tiempo, ni de ninguna otra cosa excepto del santo Yo, el Cristo Que Dios creó como Su Hijo.
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4 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
5 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa identificación, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42] Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 272
¿Cómo podrían las ilusiones1
satisfacer al Hijo de Dios?
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L272.1 1 Padre, la Verdad me pertenece. 2 Mi casa está realmente establecida en el Cielo por Tu Voluntad y la mía. 3 ¿Es que los sueños pueden contentarme? 4 ¿O las ilusiones aportarme felicidad? 5 ¿Qué otra cosa sino Tu memoria puede satisfacer a Tu Hijo? 6 No aceptaré menos que Lo que Tú me has dado. 7 Estoy rodeado por Tu Amor, por siempre firme, afable y seguro. 8 El Hijo de Dios tiene necesariamente que ser Tal como Lo creaste.
L272.2 9 Hoy dejamos atrás las ilusiones. 10 Y, si oímos a la tentación llamarnos para invitarnos a que nos quedemos y nos entretengamos en un sueño, nos voltearemos al otro lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños, cuando nos podemos decidir por el Cielo2 con la misma facilidad que por el infierno y el Amor3 reemplazará alegremente todo miedo.
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1 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
2 Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
3 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 25
EL REMEDIO
T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA pár 50-62
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T25.8 [50] 1 Y si el Espíritu Santo puede conmutar cada sentencia que te impusiste a ti mismo por una bendición, entonces no puede ser pecado1. 2 El pecado es lo único en todo este mundo que no puede cambiar. 3 Es inmutable. 4 Y de su inmutabilidad depende el mundo. 5 La magia2 del mundo parece ocultar el dolor del pecado a los pecadores, y engañar mediante destellos y astucia. 6 Pero todo el mundo sabe que el costo del pecado es la muerte3. 7 Y ciertamente, lo es. 8 Pues el pecado es una petición de morir, un deseo de hacer del mundo que sus basamentos sean tan firmes como el Amor4, que sea tan digno de confianza como el Cielo y tan fuerte como Dios Mismo. 9 El mundo ciertamente está a salvo del Amor para todo aquel que cree que es posible pecar. 10 Y esto no va a cambiar. 11 No obstante, ¿sería posible que lo que Dios no creó compartiese los atributos de Su Creación, cuando se opone a Ella de todas las maneras posibles?
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1 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
2 La magia, según el Curso y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestra razón, lógica y sentido común. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el Curso añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que, lo que vivimos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real al experimentar a Cristo en el otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
3 Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seremos Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
4 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 51-52
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T25.8 [51] 12 No puede ser que el deseo de muerte del "pecador" sea tan fuerte como la Voluntad de Dios5 por la Vida6. 13 Tampoco puede ser que los basamentos de un mundo que Él no hizo sean tan firmes y seguros como el Cielo. 14 ¿Cómo podría ser que el infierno y el Cielo sean la misma cosa? 15 ¿Y es acaso posible que lo que Él no quiso no se pueda cambiar? 16 ¿Qué es inmutable fuera de Su Voluntad? 17 ¿Y qué puede compartir Sus Atributos que no sea Ella Misma? 18 ¿Qué deseo puede alzarse contra Su Voluntad, y ser inmutable? 19 Si pudieses darte cuenta de que lo único que es inmutable7 es la Voluntad de Dios, este Curso no te resultaría difícil. 20 Pues eso es precisamente lo que no crees. 21 No obstante, no podrías creer otra cosa, si tan sólo te dieras cuenta de lo que realmente es.
T25.8 [52] 22 Volvamos a lo que dijimos anteriormente, y pensemos en ello con mayor detenimiento. 23 Tiene que ser o bien que Dios está loco o que este mundo es un manicomio. 24 Ni uno solo de Sus Pensamientos tiene ningún sentido en este mundo. 25 Y nada de lo que el mundo cree que es verdad tiene significado alguno en Su Mente. 26 Lo que no tiene sentido ni significado ciertamente es demencia. 27 Y lo que es locura no puede ser la Verdad8. 28 Si una sola de las creencias que se tienen aquí en tanta estima fuese verdadera, entonces todo Pensamiento que Dios haya tenido alguna vez sería una ilusión9. 29 Pero si uno solo de Sus Pensamientos es verdadero, entonces todas las creencias a las que el mundo otorga algún significado son falsas, y no tienen ningún sentido. 30 Ésta es la decisión que tienes que tomar. 31 No trates de verla de otra manera, ni de torcerla para que parezca lo que no es. 32 Pues ésta es la única decisión que puedes tomar. 33 El resto depende de Dios, no de ti.
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5 Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
6 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
7 … en el Cielo, Que es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que somos realmente, Uno en Cristo, Su Hijo, a saber que nada existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos
8 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
9 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 53-55
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T25.8 [53] 34 Justificar uno solo de los valores que el mundo apoya es negar la Cordura10 de tu Padre y la tuya11. 35 Pues Dios y Su Hijo bienamado no piensan de manera diferente. 36 Y es el acuerdo en el Pensar12 de Ellos lo que hace que el Hijo sea un Cocreador con la Mente Cuyo Pensar lo creó. 37 Y si él decide creer en un solo pensamiento opuesto a la Verdad, es porque ha decidido que él no es el Hijo de Su Padre porque el Hijo está loco, y la Cordura tiene que ser ajena tanto al Padre como al Hijo. 38 Esto es lo que tú crees. 39 No pienses que esta creencia depende de la forma en que se manifieste. 40 El que crea que de alguna manera el mundo es cuerdo, que algunas de las cosas que piensa están justificadas, o que está sustentado por algún tipo de razón, cree que eso es verdad. 41 El pecado no es real justamente porque el Padre y el Hijo no son dementes. 42 Este mundo no tiene significado13 justamente porque se basa en el pecado. 43 ¿Quién podría crear lo inmutable si ello no estuviese basado en la Verdad?
T25.8 [54] 44 El Espíritu Santo tiene el poder de transformar todos los basamentos del mundo que ves en algo distinto: una base que no sea demente, sobre la que se puedan sentar los cimientos de una percepción sana y desde la que se puede percibir otro mundo. 45 Y un mundo en el que nada se opone a lo que conduciría al Hijo de Dios a la cordura y a la felicidad. 46 Nada da testimonio de muertes ni de crueldades, de separación ni de diferencias. 47 Pues aquí todo se percibe como uno, y nadie tiene que perder para que otro gane.
T25.8 [55] 48 Pon a prueba todas tus creencias a la luz de este único requisito. 49 Y entiende que todo lo que satisface esta única petición es digno de tu fe. 50 Nada más lo es. 51 Lo que no es Amor es pecado, y cada uno de ellos percibe al otro como demente y sin significado. 52 El Amor es la base de un mundo que los pecadores perciben como completamente demente, ya que creen que el camino que siguen es el que conduce a la cordura. 53 Pero el pecado es igualmente demente ante la mirada del Amor, cuyos ojos bondadosos quieren mirar más allá de la locura y descansar pacíficamente en la Verdad. 54 Cada uno ve un mundo inmutable, de acuerdo a como cada uno define la inalterable y eterna Verdad de lo que realmente eres. 55 Y cada uno refleja un punto de vista de lo que el Padre y el Hijo tienen necesariamente que ser para que ese punto de vista sea significativo y cuerdo.
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10 … El Espíritu Santo
11 … cuando piensas y percibes con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo.
12 … Que es Uno
13 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 56-58
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T25.8 [56] 56 Tu función especial es la forma especial en la que el hecho de que Dios no es demente aparece ante ti de la manera más significativa y sensata. 57 El contenido es siempre el mismo. 58 La forma se adapta a tus necesidades especiales, y al tiempo y lugar especiales en los que crees encontrarte, y donde puedes ser libre del tiempo y del espacio y de todo lo que crees que te tiene que limitar. 59 El Hijo de Dios no puede estar limitado por el tiempo ni el espacio, ni por nada que Dios no haya dispuesto. 60 No obstante, si se ve Su Voluntad como una locura, entonces la forma de cordura que la hace más aceptable para los que son dementes requiere una decisión especial. 61 Esta decisión no la pueden tomar los dementes, cuyo problema es que sus decisiones no son libres, y las toman mediante la razón14 a la luz del sentido común.
T25.8 [57] 62 Sería ciertamente una locura poner la salvación en manos de los dementes. 63 Pero, puesto que Dios no está loco, ha designado a Uno15 tan cuerdo como Él, para que presente un mundo de mayor cordura a todo aquel que escoge la demencia como su salvación. 64 El Espíritu Santo puede escoger la forma que más se ajuste al demente: una que no ataque al mundo que éste ve, sino que adentrándose calladamente en ese mundo, le demuestre que el demente es él. 65 El Espíritu Santo no hace sino señalarle una alternativa, otro modo de mirar lo que ha visto antes, y que reconoce como el mundo en que vive, el cual, antes, creía comprender.
T25.8 [58] 66 Ahora, tiene que poner todo esto en tela de juicio, pues la forma de la alternativa es una que no puede negar, pasar por alto, ni dejar de percibir y mirar del todo. 67 La función especial16 de cada uno está diseñada para que se perciba como algo posible, que se desea cada vez más a medida que le demuestra que es una alternativa que realmente quiere para él. 68 Desde esta perspectiva, su pecaminosidad, así como todo el pecado que ve en el mundo, le ofrecen cada vez menos. 69 Hasta que llega a comprender que todo eso le ha costado su cordura y, además, que se interpone entre él y cualquier esperanza que tenga de volver a ser cuerdo. 70 Pero no se le ha dejado sin escapatoria de la locura, puesto que tiene un papel especial en la escapatoria de cada uno. 71 Sería tan inaudito que se le excluyese y se le dejase sin una función especial en la esperanza de alcanzar la paz, como lo sería que el Padre ignorara a Su Hijo y lo dejase de lado sin ningún miramiento.
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14 … del ego
15 … el Espíritu Santo
16 Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 59-60
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T25.8 [59] 72 ¿En qué otra cosa se puede confiar, sino en el Amor de Dios? 73 ¿Y dónde mora la cordura, sino en Él? 74 Aquel que habla por Él puede mostrarte esto en la alternativa que escogió especialmente para ti. 75 La Voluntad de Dios es que recuerdes eso y, así, que emerjas del luto más profundo al reflejo aquí de la perfecta Alegría. 76 Acepta la función que se te ha asignado17 en el Propio plan de Dios para mostrarle a Sus Hijos que el infierno y el Cielo son diferentes, no lo mismo. 77 Y que en el Cielo, Ellos son todos iguales, sin las diferencias que habrían hecho un infierno del Cielo y un cielo del infierno, si tal demencia hubiese sido posible.
T25.8 [60] 78 La extendida creencia de que alguien pueda perder no es sino el reflejo de la premisa subyacente de que Dios tiene necesariamente que estar loco. 79 Pues en este mundo parece que uno tiene necesariamente que ganar justamente porque otro, ha perdido18. 80 Si esto fuese verdad, entonces ¡Dios sí que estaría loco19! 81 Pero ¿qué es esta creencia, sino una variante de la premisa más básica según la cual, "el pecado es real, y por eso gobierna al mundo"? 82 Por cada pequeña ganancia que uno obtenga, otro tiene que perder, pagando el importe exacto con sangre y sufrimiento. 83 Pues, de lo contrario, el mal triunfaría y la destrucción sería el costo total de cualquier ganancia. 84 Tú, que crees que Dios está loco20, sopésalo con cuidado y date cuenta de que necesariamente tiene que ser que Dios es demente o lo es esto, pero sería difícil que ambos lo fuesen.
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17 … por medio de los impulsos naturales o milagrosos o amorosos que de vez en cuando emergen de tu subconsciente: Los impulsos naturales (del Alma) o amorosos emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía…Impulsos que constituyen la única realidad de este mundo. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
18 … según las leyes de la evolución y escasez…
19 … porque se supone que Dios tiene necesariamente que ser equitativo, justo.
20 … porque aceptas que a veces Él pueda ser vengativo y a veces caprichoso,
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 61
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T25.8 [61] 85 La salvación es el renacimiento de la idea de que realmente21 nadie puede perder para que otro gane. 86 Y todos tendrían necesariamente que ganar por igual, si alguien quiere ser un ganador. 87 Con esto queda restaurada la cordura22. 88 Y sobre esta única roca de la Verdad puede descansar la fe23 en la eterna Cordura de Dios con perfecta confianza y en perfecta paz. 89 La Razón24 queda satisfecha, pues con esto quedan corregidas todas las creencias dementes. 90 Y el pecado tiene necesariamente que ser imposible, si esto es verdad. 91 Ésta es la roca sobre la que descansa la salvación, el punto estratégico desde el que el Espíritu Santo confiere significado y dirección al plan en el que tu función especial tiene un papel que jugar. 92 Pues aquí tu función especial se vuelve unida en un todo, porque comparte la función de lo que está unido en un todo.
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21 … en el Cielo, Que es Donde todos estamos realmente,
22 … según el Espíritu Santo
23 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327)
24 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
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T25.8 CONMUTAR
LA SENTENCIA
pár 62
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T25.8 [62] 93 Recuerda que toda tentación no es más que esto: la creencia alienada de que la locura de Dios25 te devolvería la cordura, y te daría lo que quieres para ti; 94 además, que o Dios o tú tienen que perder frente a la locura26, porque los objetivos de ustedes27 no pueden conciliarse entre sí. 95 Por una parte, la muerte exige vida, pero la vida no se puede conservar a ningún costo28; 96 por la otra29, nadie tiene que sufrir para que se haga la Voluntad de Dios. 97 La salvación es Su Voluntad porque tú La compartes realmente con Él30. 98 En efecto, no La compartes sólo para ti, sino para el Yo31 Que es el Hijo de Dios. 99 Él32 no puede realmente perder, pues si pudiese, la pérdida sería de su Padre, y en Él, ninguna pérdida es posible. 100 Y esto es lo cuerdo porque es la Verdad.
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25 … Que estaría haciendo una excepción, un especialismo para ti solamente,
26 … o bien Dios pierde Su Ecuanimidad o para que tú ganes otro tiene que perder,
27 … el Amor y la Justicia iguales para todos y, que tú puedas ganar aunque otros pierdan,
28 … que se quiera pagar
29 … en el Cielo,
30 Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
31 … Cristo, en Quien todos somos realmente Uno,
32 … tu hermano, tú, todos los demás, sin excepción, como Almas Uno en Cristo, el único Hijo de Dios, somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios,
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