A él llegan todas las luces del cielo para ser reavivadas e incrementar su alegría.
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T26.5 [27] 21 ¿Qué es el Cielo aquí, sino un canto de gratitud, Amor y alabanza, que todo lo creado canta a la Fuente de su Creación? 20 El más santo de los altares se erige donde una vez se creyó que reinaba el pecado. 21 Y a él llegan todas las luces del cielo para ser reavivadas e incrementar su alegría. 22 Pues en este altar se les restituye lo que habían perdido y todo su resplandor vuelve a unirse en un todo.
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UCSM TEXTO
CH 26 LA TRANSICIÓN
T26.5 EL LUGAR QUE EL
PECADO DEJÓ VACANTE
T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es CRISTO? pár 1-5
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LTe.6 (-L271).1 1 Cristo es el Hijo de Dios Tal como Él Lo creó. 2 Cristo es el Yo1 Que realmente compartimos y Que nos une Unos a Otros, y Todos a Dios. 3 Él es el Pensamiento Que sigue habitando la Mente2 Que es Su Fuente. 4 Él no ha abandonado Su santo Hogar ni ha perdido la Inocencia en la Que fue creado. 5 Él mora eternamente inmutable en la Mente de Dios.
LTe.6 (-L271).2 6 Cristo es el vínculo que te mantiene realmente Uno con Dios y que te garantiza que la separación no es sino una ilusión de desesperanza, 7 pues la esperanza habitará por siempre en Cristo. 8 Tu mente realmente forma parte de La Suya, y La Suya de La Tuya. 9 Él es la Parte de la Mente de Dios en la Que se encuentra la Respuesta de Dios: donde ya se han tomado todas las decisiones y donde se acabaron los sueños. 10 Nunca ha sido tocado por ninguna cosa que los ojos del cuerpo puedan percibir. 11 Pues, aunque Su Padre depositó en Él los medios para tu salvación, no obstante Él sigue siendo el Yo Que, al igual que Su Padre, no sabe de pecado.
LTe.6 (-L271).3 12 Al ser Hogar del Espíritu Santo y sentirse a gusto únicamente en Dios, Cristo ciertamente permanece en paz en el reflejo del Cielo que se encuentra en tu santa mente3. 13 Ésa es la única parte de ti que en Verdad es real. 14 Lo demás son sueños. 15 No obstante, estos sueños Le serán entregados a Cristo para que se desvanezcan ante el reflejo de Su Gloria, y finalmente te revelen a Tu santo Yo, Cristo.
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1 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
2 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
3 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
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P A R T E 2
¿Qué es CRISTO?
pár 4-5
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LTe.6 (-L271).4 16 Desde Cristo en ti, el Espíritu Santo abarca a todos tus sueños y los invita a venir a Él, para ser traducidos en la Verdad. 17 Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. 18 Pues, cuando el perdón repose sobre el mundo y la paz4 haya llegado a cada Hijo de Dios, ¿qué podría quedar para seguir manteniendo las cosas separadas, cuando lo único que quedará por verse es la faz de Cristo5?
LTe.6 (-L271).5 19 ¿Y por cuánto tiempo habrá de verse esta santa faz, cuando no es sino el símbolo de que el período de aprendizaje ha concluido y que la meta del Redimir6 ha sido finalmente alcanzada? 20 Por lo tanto, tratemos de encontrar la faz de Cristo y no mirar nada más. 21 Al contemplar el reflejo de Su Gloria, sabremos que ya no tenemos necesidad de aprender nada, ni de percibir, ni del tiempo, ni de ninguna otra cosa excepto del santo Yo, el Cristo Que Dios creó como Su Hijo.
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4 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
5 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa identificación, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42] Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 279
La libertad de la
Creación1 promete la mía.
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L279.1 1 Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Hijo no ha sido abandonado por el Amor de Dios. 2 Sólo en sueños existe el tiempo en el que parece estar preso y a la espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegar. 3 Pero, en realidad, sus sueños no existen, al haber ocupado la Verdad su lugar. 4 Y, ahora, la libertad2 ya es Suya. 5 ¿Acaso debería seguir esperando en cadenas que han sido cortadas para liberarme, cuando Dios me está ofreciendo ahora la libertad?
L279.2 6 Padre, hoy, aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. 7 Mi Padre ama al Hijo Que creó como Suyo. 8 Padre, ¿vas a negarme los dones Que Me diste?
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1 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
2 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 26
LA TRANSICIÓN
T26.5 EL LUGAR QUE EL
PECADO DEJÓ VACANTE pár 25-29
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T26.5 [25] 1 En este mundo, el perdón1 es el equivalente de lo que en el Cielo es la justicia. 2 Traduce el mundo del pecado a un mundo sencillo2, donde la justicia puede reflejarse desde más allá de la puerta tras la cual hay una ausencia total de limitaciones. 3 No hay nada en el Amor ilimitado que pudiese necesitar perdón. 4 Y lo que en el mundo es caridad, más allá de la puerta del Cielo pasa a ser una justicia sencilla3. 5 Nadie perdona, a menos que haya creído en el pecado y crea aún que hay mucho en él que necesita perdón. 6 Así, el perdón se convierte en el medio por el que aprende que realmente no ha hecho nada que necesite perdón. 7 El perdón siempre descansa en quien lo ofrece, hasta que ve que él mismo ya no lo necesita. 8 Así volverá a su verdadera función de crear4, que su perdón le ofrece nuevamente.
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1 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
2 … el mundo real
3 Los impulsos naturales (del Alma) o amorosos emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía…Impulsos que constituyen la única realidad de este mundo. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
4 Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y producimos creaciones, son un reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T3.7 [52], T4.2 [18]
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T26.5 EL LUGAR QUE EL
PECADO DEJÓ VACANTE
pár 26-27
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T26.5 [26] 9 El perdón convierte5 el mundo del pecado en un mundo de gloria, maravilloso de ver. 10 Cada flor brilla en la luz, y cada pájaro canta a la alegría del Cielo. 11 No hay tristeza ni despedidas, pues todo ha sido perdonado completamente. 12 Y los que han sido perdonados necesariamente tienen que unirse, pues ahora no hay nada que se interponga entre ellos para mantenerlos separados de Dios y apartados unos de otros6. 13 Los que están libre de pecado tienen necesariamente que percibir que son uno, pues no hay nada que se interponga entre ellos que saque al otro fuera. 14 Y, en el espacio que el pecado dejó vacante, se unen como uno, reconociendo con alegría que lo que forma parte de ellos no se ha mantenido apartado de ellos y separado de Dios.
T26.5 [27] 15 El santo lugar en el que te encuentras7 no es más que el espacio que el pecado dejó vacante8. 16 En su lugar, ves ahora alzarse la faz de Cristo9. 17 ¿Quién podría contemplar la faz de Cristo y no recordar a su Padre, tal como realmente es? 18 ¿Quién podría temer al Amor, si está pisando la tierra en la que el pecado ha dejado un sitio para que se erija un altar al Cielo que se eleve muy por encima del mundo hasta llegar más allá del universo y tocar el Corazón de toda la Creación? 19 ¿Qué es el Cielo aquí, sino un canto de gratitud, Amor y alabanza, que todo lo creado canta a la Fuente de su Creación? 20 El más santo de los altares se erige donde una vez se creyó que reinaba el pecado. 21 Y a él llegan todas las luces del cielo para ser reavivadas e incrementar su alegría. 22 Pues en este altar se les restituye lo que habían perdido y todo su resplandor vuelve a unirse en un todo.
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5 … en la mente
6 … unirse en La relación santa, aquí, es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
7 … en tu fuero interno, en el espíritu de tu mente, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo…
8 … el ego, la parte de tu mente que pecaba… En efecto, recuerda que Pecar es estar demente. 2 Es el medio que hace que la mente pierda su cordura y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad. 3 Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está. 4 El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado? 5 ¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto? 6 ¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar? 7 ¿Qué van a querer percibir por los sentidos? 8 Percibir por los sentidos es no conocer. 9 Y la Verdad no puede contener sino el Conocimiento y nada más. Ver T19.3, T19.4, T20.4, T24.4, T26.5
9 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa identificación, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42]
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T26.5 EL LUGAR QUE EL
PECADO DEJÓ VACANTE
pár 28
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T26.5 [28] 23 Los milagros10 que el perdón deposita ante las puertas del Cielo no son insignificantes. 24 Aquí, el Propio Hijo de Dios viene a recibir cada uno de los dones que lo acerca11 más a su verdadero hogar12. 25 Ni uno solo de ellos se pierde, y a ninguno se le atribuye más valor que a otro. 26 Cada don le recuerda el Amor de su Padre como con toda seguridad hacen todos los demás dones. 27 Y cada uno le enseña que lo que teme es lo que más quiere. 28 ¿Qué otra cosa salvo un milagro13 podría hacerle cambiar su forma de pensar14, de modo que comprenda que al Amor no se Le puede temer? 29 ¿Qué otro milagro que éste puede existir? 30 ¿Y qué otra cosa se podría necesitar para que desaparezca15 el espacio entre ustedes?
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10 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y unes tu Alma a La de él en una unión de Amor, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en: LTe.13 (-L341)
11 … en su mente
12 … su espíritu, la parte de la mente separada que aún se mantiene en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo,
13 … que extienda aquí, después de haber perdonado,
14 … con su ego, cambiando a pensar con el Espíritu Santo,
15 … en tu mente y en las mentes de la otra, del otro, de los otros…
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T26.5 EL LUGAR QUE EL
PECADO DEJÓ VACANTE
pár 29
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T26.5 [29] 31 Donde antes se percibía el pecado se alzará un mundo que se convertirá en el altar de la Verdad16, y allí te unirás a las luces del Cielo y entonarás su canto de gratitud y alabanza. 32 Y tal como ellas vienen a ti para completarse a sí mismas, así tú te dirigirás a ellas con el mismo propósito. 33 Pues nadie oye el canto del Cielo17 y se queda sin añadir una voz18 que une su poder al canto, haciéndolo aún más delicado. 34 Y cada uno19 se unirá al canto ante el altar que fue erigido en el ínfimo espacio que el pecado proclamaba que era suyo. 35 Y lo que entonces era minúsculo20, se habrá expandido hasta convertirse en una magnitud de canto en el que todo el universo se habrá unido, pero con una sola voz21. 36 Esta pequeñísima mancha de pecado que aún se interpone entre ustedes22 está demorando la feliz apertura de las puertas del Cielo. 37 ¡Qué pequeño es el obstáculo que les impide acceder a la riqueza del Cielo! 38 ¡Y qué grande será la alegría en el Cielo cuando se unan al imponente coro que canta en alabanza al Amor de Dios23!
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16 La Verdad, con mayúscula, según el Curso —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
17 … por medio de los impulsos amorosos que emergen de lo más profundo del subconsciente, que emergen del residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
18 … es decir, el extender el o los milagros que le esté sugiriendo el Espíritu Santo,
19 … en su mente
20 … las pocas veces que pensabas conscientemente con tu espíritu…
21 … en tu mente, ahora pensando ella la mayor parte del tiempo con el Espíritu Santo…
22 … los pensamiento del ego que necesitamos para sobrevivir mientras nuestro cuerpo se mantenga en vida aquí…
23 … una vez que finalmente abandonemos el cuerpo…
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 26
LA TRANSICIÓN
T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO pár 30-43
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T26.6 [30] 1 Un pequeño obstáculo les puede parecer ciertamente enorme a los que aún no comprenden que los milagros son todos iguales1. 2 No obstante, enseñar esto es la finalidad de este Curso. 3 Ése es su único propósito, pues eso es lo único que hay que aprender. 4 Y lo puedes aprender de muchas maneras. 5 Todo aprendizaje constituye una ayuda o un obstáculo para alcanzar las puertas del Cielo2. 6 Entre los dos no existe otra posibilidad. 7 Solamente hay dos maestros3, y cada uno de ellos señala un camino diferente del otro. 8 Y tú seguirás el camino que te señale el maestro que hayas escogido. 9 Sólo hay dos direcciones que puedes tomar mientras perdure el tiempo y escoger tenga significado4. 10 Pues nunca se construirá otro camino, salvo el que conduce al Cielo. 11 Tú sólo tendrás que escoger5 entre ir hacia el Cielo o alejarte de Él hacia ninguna parte. 12 No hay más nada que escoger.
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1 … porque todos son pensamientos y actos de Amor, del reflejo aquí del Amor con el que Dios nos arropa —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— en el eterno Presente de Su Unicidad.
2 … en tu mente, mediante la experiencia del mundo real —la meta de nuestro viaje con el Curso—.es el estado que se experimenta en un instante santo en nuestro fuero interno, con nuestro espíritu o mente acertada, al haber logrado perdonar completamente a otro y unirnos a su Alma en la experiencia de Cristo, y, por ende, a todas las demás Almas unificadas como Una en Cristo; es "saber", que el Juicio Final de Dios consiste en que Nuestro Padre nos dice a cada uno: "Tú, unido al Alma del otro y a las Almas de todos los demás, sigues siendo Mi Hijo único, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta y regresa a Tu Casa, que realmente nunca abandonaste. Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
3 … el ego con su egoísmo sobrevividor a come dé lugar y, el Espíritu Santo, con su todo abarcador Amor
4 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
5 … en tu mente,
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 31
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T26.6 [31] 13 Nada se pierde que no sea el tiempo, el cual, en última instancia, es [nada]. 14 Sólo constituye un pequeño obstáculo para alcanzar la Eternidad6, obstáculo que es bastante insignificante para el verdadero Maestro del mundo. 15 No obstante, puesto que tú sí crees en [la realidad del] tiempo, ¿por qué deberías desperdiciarlo yendo a ninguna parte, cuando lo puedes utilizar para alcanzar la meta más elevada que permite el aprendizaje7? 16 No pienses que el camino que conduce a las puertas del Cielo es difícil. 17 Nada que emprendas con un propósito firme8 y absoluta determinación9, y lleno de una feliz confianza10, agarrándose la mano uno y otro11, y marcando el paso con el canto del Cielo, será difícil de lograr. 18 Pero lo que sí es difícil, es vagar solo y afligido por un camino que no conduce a ninguna parte, y que no tiene ningún propósito.
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6 … que —como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, en el Alma única del único Hijo de Dios— realmente nunca nos separamos de ella, como nos quiere hacer creer nuestro ego y su realidad del tiempo y del espacio y de todo los que éstos contienen, regidos como están, por las leyes de la evolución y escasez…
7 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
8 … Si, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo, has decidido querer creer en la Verdad que nos propone el Curso y aplicarla —en lo que te sea posible— a tu vida diaria, ella curará en tu mente todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque la sanará de los pensamientos que te aseguraban que todas estas cosas eran reales, y que sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Entonces, si no le pones suficiente atención y cuidado a los pensamientos amorosos que de vez en cuando emergen de tu subconsciente, no solamente le estarás pidiendo demasiado poco a tu vida, sino que además vas a privar a los demás de la paz y la alegría que esos impulsos amorosos traen consigo.
9 … por la fe que te dan las experiencias de perdonar y extender milagros
10 … porque la fe en la que quieres creer se compagina con tus experiencias de amor desinteresado cuando has logrado perdonar y extender los milagros que te hubiese sugerido el Espíritu Santo,
11 … en la relación santa,
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 32
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T26.6 [32] 19 Dios nos dio a Su Maestro para reemplazar al que tú hiciste12, no para entrar en conflicto con él. 20 Y lo que Él quiso reemplazar ha sido reemplazado13. 21 El tiempo tan solo duró un instante en tu mente14 sin causar ningún efecto sobre la Eternidad. 22 Y así ha pasado todo el tiempo, y Todo permanece exactamente como era antes de que se hiciera el camino a la nada. 23 El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el primer error —y todos los demás errores contenidos en él— contenía también la Corrección para ese primer error, y para todos los demás que vinieron con el primero. 24 Y en ese ínfimo instante el tiempo desapareció, pues eso es todo lo que alguna vez fue. 25 A lo que Dios dio Respuesta15, quedó respondido y ya no está.
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12 … por medio de tu yo primario de mi ego que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento —el yo de mi ego primario— se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos. Ver: T27.9 [82]
13 … en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo…
14 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
15 … por medio del Espíritu Santo en tu espíritu…
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 33-36
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T26.6 [33] 26 A ti, que aún crees vivir en el tiempo sin saber que ya desapareció, el Espíritu Santo te sigue guiando a través del laberinto infinitamente pequeño e insensato que todavía percibes en el tiempo, a pesar de que ya hace mucho que desapareció. 27 Tú crees estar viviendo en lo que ya pasó. 28 Cada cosa que ves la viste sólo un instante, hace mucho, antes de que su irrealidad diese paso a la Verdad. 29 Realmente, no queda ni una sola ilusión en tu mente que no haya recibido respuesta. 30 Hace tanto tiempo que la incertidumbre fue llevada ante la Certeza, que ciertamente es difícil seguir guardándola en tu corazón, como si aún estuviese ante ti.
T26.6 [34] 31 Este ínfimo instante que deseas conservar y hacer eterno, se extinguió en el Cielo tan fugazmente que ni siquiera se notó. 32 Lo que desapareció con demasiada rapidez como para afectar al simple conocimiento del Hijo de Dios, difícilmente puede estar aún ahí para que lo escojas como tu maestro. 33 Sólo en el pasado —un pasado inmemorial, demasiado breve como para haber hecho todo un mundo en respuesta a la Creación— pareció surgir este mundo16. 34 Ocurrió hace tanto tiempo, y por un intervalo tan breve, que no se perdió ni una sola nota del canto del Cielo.
T26.6 [35] 35 No obstante, en cada acto o pensamiento en el que no se perdona, en cada juicio que se emite, y en toda creencia en el pecado17, todavía se evoca ese instante, como si se pudiese volver a reconstruir en el tiempo. 36 Lo que mantienes ante tus ojos es un recuerdo ancestral. 37 Y quien vive sólo de recuerdos no puede saber dónde está.
T26.6 [36] 38 El perdonar constituye la gran liberación del tiempo. 39 Es la llave18 que nos permite aprender que el pasado ya pasó. 40 La locura19 ya dejó de hablar. 41 No hay otro maestro, ni otro camino. 42 Pues lo que se deshizo dejó de existir. 43 ¿Y quién puede estar en una playa lejana, y soñar que está al otro lado de un océano en un lugar y tiempo que desaparecieron hace mucho tiempo? 44 ¿Es este sueño un obstáculo real para el lugar donde él está realmente? 45 Pues este lugar es un hecho, y no va a cambiar por cualquier sueño que pueda soñar. 46 No obstante, todavía podría imaginarse que está en otro lugar y en otro tiempo, 47 al extremo de engañarse a sí mismo creyendo que eso es verdad, y pasar de un mero imaginar a creerlo y volverse loco, convenciéndose por completo que donde prefiere estar es donde está.]
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16 En la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
17 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
18 La llave del Curso y de la salvación es el otro, los demás, a quienes vas a perdonar, extender los milagros que te sugiera el Espíritu Santo, y con quienes vas a entablar relaciones santas. Ver 13.7 [62]
19 Locura o demencia, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 37-39
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T26.6 [37] 48 ¿Sería esto un obstáculo para el lugar donde se encuentra realmente? 49 ¿Es cualquier eco del pasado que pueda oír un hecho que haya que oír donde se encuentra realmente ahora? 50 ¿En qué medida pueden sus propios delirios con respecto al tiempo y al espacio modificar el lugar donde él realmente está? 51 Lo que no se ha perdonado es una voz que llama desde un pasado que ya pasó para siempre. 52 Y todo lo que lo señala como real no es sino el deseo de que lo que ya pasó pueda volver a ser real y verse aquí y ahora, en lugar de lo que realmente se encuentra aquí y ahora. 53 ¿Es esto un obstáculo para aceptar la Verdad de que el pasado ya pasó y no te puede ser devuelto? 54 ¿Vas a querer conservar20 ese temible instante en el que el Cielo pareció desaparecer, y a Dios se le temió y se Le convirtió en el símbolo de tu odio?
T26.6 [38] 55 Olvida ese momento de terror que hace ya tanto tiempo se corrigió y se deshizo. 56 ¿Podría el pecado resistir la Voluntad de Dios21? 57 ¿Es que tú puedes decidir ver el pasado y colocarlo en el presente? 58 En realidad, tú no puedes volver atrás. 59 Y todo lo que señala el camino hacia el pasado no hace sino embarcarte en una misión cuya realización sólo podría ser irreal. 60 Ésa es la justicia que tu siempre amoroso Padre se aseguró de que se hiciese contigo. 61 Y te ha protegido de tu propia injusticia contra ti mismo. 62 No puedes realmente extraviarte porque no hay otro Camino22 que el Suyo, y no puedes ir realmente a ninguna parte excepto hacia Él.
T26.6 [39] 63 ¿Iba Dios a permitir que Su Hijo se extraviara por un camino que es sólo el recuerdo de un instante que pasó hace mucho tiempo? 64 Este Curso te enseñará sólo lo que es ahora, en este instante. 65 Un terrible instante de un pasado lejano que ha sido completamente corregido no puede ser motivo de preocupación, ni tiene valor alguno. 66 Deja que lo muerto y lo pasado sean olvidados tranquilamente. 67 La resurrección23 ha venido a ocupar su lugar. 68 Y ahora, formas parte24 de la Resurrección25, no de la muerte. 69 Ninguna ilusión del pasado tiene el poder de retenerte en un lugar de muerte, la bóveda en la que el Hijo de Dios entró por un instante para ser restaurado instantáneamente al perfecto Amor de su Padre. 70 ¿Cómo podría mantenérsele encadenado cuando hace tanto tiempo que se le liberó de las cadenas, desapareciendo éstas de su mente para siempre?
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20 … en tu creencia…
21 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
22 … el que señala el Espíritu Santo,
23 La resurrección 1) es vencer o triunfar sobre la muerte; 2) es un redespertar o renacer; un cambio de parecer con respecto al significado del mundo 3) es aceptar la interpretación del Espíritu Santo sobre el propósito del mundo; 4) es aceptar el Redimir para uno mismo; 5) es el fin de los sueños de aflicción y la alegre concienciación del sueño final del Espíritu Santo; 6) es reconocer los dones de Dios; 7) es el sueño en el que el cuerpo funciona perfectamente, al no tener otra función que servir de medio de comunicación; 8) es la experiencia del mundo real con la que concluye el aprendizaje, pues con la resurrección, éste no sólo termina, sino que es superado; 9) es la invitación a Dios para que dé el paso final; 10) es renunciar a todos los demás propósitos, intereses, deseos, y preocupaciones; 12) es el deseo único del Hijo de estar arropado por Su Padre. Ver las Definiciones en el Glosario y T20, M28
24 … del reflejo aquí
25 … sinónimo aquí de La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 40-41
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T26.6 [40] 71 El Hijo que Dios creó sigue siendo tan libre como Dios Lo creó. 72 Renació en el mismo instante en que decidió morir en vez de vivir. 73 ¿Te negarías ahora a perdonarlo por un error que cometió en un pasado que Dios ni siquiera recuerda y que, por consiguiente, no existe? 74 Ahora oscilas una y otra vez entre el pasado y el presente. 75 A veces, el pasado te parece real, como si fuese el presente. 76 Oyes voces del pasado y luego dudas haberlas oído. 77 Eres como alguien que aún tiene alucinaciones, pero al que le falta convicción en cuanto a lo que percibe. 78 Ésta es la zona fronteriza entre los dos mundos, el puente entre el pasado y el presente. 79 Aquí todavía ronda la sombra del pasado; no obstante, ya se empieza levemente a vislumbrar una Luz26 en el presente. 80 Una vez que esta Luz se ve, nunca puede olvidarse. 81 Y Ella tiene necesariamente que sacarte del pasado y llevarte al presente27, que es28 Donde realmente te encuentras.
T26.6 [41] 82 Las voces de las sombras del pasado no alteran las leyes del tiempo, ni las de la Eternidad. 83 Provienen de lo que ya pasó y dejó de existir, y no obstaculizan la verdadera existencia del aquí y del ahora, en este instante. 84 El mundo real es la contrapartida a la alucinación de que el tiempo y la muerte son reales, y tienen una existencia que se puede percibir. 85 Esta terrible ilusión fue negada en el mismo instante en que Dios tardó en dar Su Respuesta29 a la ilusión para siempre y en toda circunstancia. 86 Y así, esa ilusión desapareció y dejó de experimentarse como si estuviera ahí.
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26 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
27 … del instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos Almas se unen en la experiencia de Cristo en el mundo real, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
28 … el reflejo aquí de
29 … el Espíritu Santo
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T26.6 EL PEQUEÑO
OBSTÁCULO
pár 42-43
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T26.6 [42] 87 Cada día, y cada minuto de cada día, y cada instante de cada minuto, no haces sino revivir ese único instante en el que la hora del terror fue reemplazada por Amor. 88 Y así, morirás cada día para volver a vivir, hasta que cruces la brecha entre el pasado y el presente, brecha que no existe en absoluto. 89 Esto es lo que es toda vida: un intervalo aparente entre nacimiento y muerte, para volver de nuevo a la vida; la repetición de un instante que dejó de ser hace mucho tiempo y que no se puede revivir. 90 Y todo lo que se refiere al tiempo no es otra cosa que la creencia demente de que lo que ya pasó todavía está aquí y ahora.
T26.6 [43] 91 Perdona al pasado y déjalo ir, pues realmente ya pasó. 92 Ya no estás en el espacio que hay entre los dos mundos. 93 Has seguido adelante y has llegado hasta el mundo que se encuentra ante las puertas del Cielo. 94 Nada obstaculiza la Voluntad de Dios, ni hay necesidad de que repitas un viaje que concluyó hace mucho tiempo. 95 Sean amables unos con otros, y observen el mundo dónde la percepción de su odio se ha transformado en un mundo de Amor.
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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