"Te amaré eternamente, como Tú a Mí. Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás existir apartado de Mí"
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T28.7 [59] 42 Que éste sea el acuerdo que tengas con cada uno: que serás uno con él y no vivirás apartado de él. 43 Y él será fiel a la promesa que le hagas porque es la misma que él le hizo a Dios y que Dios le hizo a él. 44 Dios cumple Sus promesas; Su Hijo cumple las suyas. 45 Al crearlo Su Padre le dijo "Te amaré eternamente, como Tú a Mí. 46 Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás existir apartado de Mí". 47 Su Hijo no recuerda haberle contestado: "Sí, Padre", aunque nació en esa promesa.
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UCSM TEXTO
CH 28 DESHACER EL MIEDO
T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
T28.7 LOS VOTOS SECRETOS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? pár 1-5
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LTe.9 (-L301).1 1 La Segunda Venida de Cristo —Que es tan segura como que Dios existe— es sencillamente la corrección de todos los errores y el restablecimiento de la cordura1. 2 Es parte de la condición que reinstaura Lo que nunca se perdió y restablece Lo que es eternamente verdad de toda Eternidad y por toda Eternidad2. 3 Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios3 para que ocupe el lugar de las ilusiones4, la señal de que estás dispuesto a dejar que tu perdonar5 descanse sobre todas las cosas6 sin hacer excepciones y sin reservas.
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1 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
2 Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
3 … al Espíritu Santo
4 … en la mente, en el espíritu en vez del ego: en la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro — subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
5 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
6 En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 2
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LTe.9 (-L301).2 4 Es la naturaleza totalmente inclusiva de la Segunda Venida de Cristo lo que Le permite abrazar al mundo y mantenerte a salvo dentro de Su tranquilo advenir, el cual abarca a todas las cosas vivientes conjuntamente contigo. 5 No hay fin para la liberación que trae la Segunda Venida, pues la Creación de Dios7 tiene que ser necesariamente ilimitada. 6 El perdonar ilumina el camino de la Segunda Venida, porque brilla sobre todos al unísono.
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7 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 3
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LTe.9 (-L301).3 7 La Segunda Venida8 marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el Juicio Final9, en el que el aprendizaje termina con un último resumen, el cual se extenderá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 8 La Segunda Venida es el tiempo en el que todas las mentes se ponen en manos de Cristo10 para que sean regresadas al Espíritu11 en el nombre de la verdadera Creación y de la Voluntad de Dios12.
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8 … en tu mente
9 El Juicio Final es, en mi espíritu —después de haber experimentado a Cristo en el otro al que he perdonado completamente— el proceso de evaluar acertadamente lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Es comprender a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. Es el don de la corrección que Dios depositó sobre todos mis errores; corrección que me libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. Es saber que Nuestro Padre —Quien yo, al igual que Jesús antes de morir— creía que me había abandonado a la injusticia de este mundo, por el contrario, nos dice a todos y a cada uno: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo." Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
10 Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que resuelve el proceso de extender el milagro: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión con el Alma del otro(a) por haberlo(a) perdonado completamente, experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas unificadas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
11 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Ver T5.3 [12], T5.5 [33], T31.6, L97
12 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 4-5
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LTe.9 (-L301).4 9 La Segunda Venida es el único acontecimiento en el tiempo al que el mismo tiempo no puede afectar. 10 Pues a cada uno que alguna vez vino a morir, o que aún ha de venir, o que se encuentra ahora aquí, es igualmente liberado de lo que fue hacedor13. 11 En esta igualdad, Cristo es reinstaurado como una única Identidad14, en la Cual todos los Hijos de Dios se dan cuenta de que todos son realmente Uno. 12 Y Dios el Padre sonríe a Su Hijo, Su única Creación y Su única Alegría.
LTe.9 (-L301).5 13 Ora15 para que esta Segunda Venida llegue pronto, pero no te limites a eso, 14 pues Ella necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 15 También necesita tu voz. 16 Pero, sobre todo, necesita tu disposición. 17 Alegrémonos de poder hacer la Voluntad de Dios y unirnos conjuntamente en Su santa luz. 18 ¡Presten atención!, el Hijo de Dios es realmente Uno con Nosotros, y por eso podemos alcanzar el Amor de Nuestro Padre por medio de él.
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13 … la separación y todas sus secuelas…
14 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
15 La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 301
Y Dios Mismo
enjugará toda lágrima.
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L301.1 1 Padre, a menos que juzgue1, no puedo llorar. 2 Tampoco puedo sufrir dolor o sentir abandono y que el mundo no me necesita. 3 Esta es mi casa2 porque no la juzgo3 y, por consiguiente, es únicamente lo que Tú quieres que sea4. 4 Hoy5 la quiero mirar sin condenarla, a través de mis ojos felices porque el perdón6 la liberó de toda distorsión. 5 Padre, hoy quiero ver7 Tu mundo en lugar del mío8. 6 Y todas las lágrimas que derramé quedarán olvidadas, pues su fuente ya no existe. 7 Padre, hoy no voy a juzgar Tu mundo.
L301.2 8 El mundo de Dios es un mundo feliz. 9 Aquellos que lo miran9 sólo pueden añadirle su propia alegría y, al ser causa en ellos de una alegría aún mayor10, lo bendicen. 10 Llorábamos11 porque no entendíamos. 11 Pero12 hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a mirar al mundo de Dios.
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1 … es decir, que esté pensando "naturalmente" con el ego,
2 … el mundo que mi espíritu —la parte de mi mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo— quiere ver con la visión de Cristo,
3 … al no volver —en este instante santo— a pensar con mi ego,
4 … el sitio donde puedo recordar la canción olvidada, el estado en el que puedo despertar —aunque sólo sea por un momento— del sueño de la separación.
5 … con la fortaleza espiritual que me dan estas palabras,
6 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
7 … aquí
8 … el reflejo de Tu Unicidad en vez de la realidad que mi ego experimenta
9 … con su espíritu mediante la visión de Cristo,
10 … una alegría que no es de este mundo,
11 … pensando con nuestros egos,
12 … al haber aceptado el Redimir para nosotros mismos… Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 28
DESHACER EL MIEDO
T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS
DE MIEDO pár 47-53
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T28.6 [47] 1 ¿Qué es la sensación de estar enfermo, sino la de estar limitado 2 o de estar escindiéndose y separándose de algo? 3 ¿O de una brecha que percibimos entre nosotros y lo que se considera salud? 4 Lo bueno se ve fuera y lo malo, dentro. 5 Y así, la enfermedad separa completamente al yo de lo bueno y conserva lo malo dentro. 6 Dios1 es la Alternativa2 a los sueños3 de miedo4. 7 El que los comparte5, nunca podrá compartir6 con Él. 8 Pero aquel cuya mente se niega a compartirlos, está compartiendo con Él. 9 No hay realmente ninguna otra opción. 10 A menos que lo compartas, nada puede existir realmente. 11 Y Tú7 existes porque Dios compartió Su Voluntad Contigo, para que Su Creación pudiese crear.
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1 … a Quien nadie ha visto; (Juan, 1, 18, NVI, 1999) y en Quien el Autor del Curso nos pide que querremos creer,
2 … en el Cielo
3 … los eventos de esta vida, según el ego, pero que según el sistema de pensamiento del Espíritu Santo son sueños
4 … que cuando los percibes aquí con tu ego, no son sueños sino eventos muy reales, muchos de los cuales te producen el miedo que es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
5 … los sueños —según el Espíritu Santo— o eventos —según el ego—
6 … el reflejo aquí del Cielo
7 Tú, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. En minúscula, tú, decides pensar con el Espíritu Santo y has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
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T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
pár 48
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T28.6 [48] 12 Es el hecho de compartir los perniciosos sueños de odio y maldad, amargura y muerte, pecado y sufrimiento por dolores y pérdidas, lo que los hace reales8. 13 Si no se comparten9, se perciben como insignificantes10. 14 Ya no les tienes miedo porque11 no les diste tu apoyo. 15 Donde el miedo se ha ido el Amor12 tiene necesariamente que venir, porque sólo existen esas alternativas. 16 Donde aparece uno, el otro desaparece. 17 Y el que compartes se vuelve el único que te queda. 18 Te queda el que aceptas, porque es el único que quieres tener. 19 No compartes sueños de maldad si perdonas13 al soñador, y percibes14 que él no es el sueño que hizo15. 20 Por consiguiente, él no puede formar parte de los tuyos, de los cuales16 ambos se han liberado. 21 El perdón separa al soñador del sueño de maldad17 y, así, lo libera.
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8 … los compartimos cuando creemos que son reales, que la realidad del ego es verdad, que tenemos un cuerpo y una mente que le sirve y, a lo mejor, también un Alma…
9 … porque, pensando con el Espíritu Santo, quieres creer que son ilusiones
10 … en el sentido que carecen de Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
11 … en tu mente que decidió pensar con el Espíritu Santo,
12 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
13 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
14 … con el Espíritu Santo
15 …en su mente —que es también la tuya— que empezó … cuando por medio de tu ego primordial, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
16 … gracias a tu perdón
17 … en su mente
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T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
pár 49
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T28.6 [49] 22 Recuerda que, si compartes un sueño de maldad, creerás ser ese sueño que compartes. 23 Y al tenerle miedo, no querrás conocer tu propia Identidad18, porque pensarás que Ella es temible19. 24 Y negarás a tu Yo20, y caminarás por tierras extrañas que tu Creador no hizo, donde parecerás ser algo que realmente no eres. 25 Combatirás a tu Yo, que parece ser tu enemigo, y atacarás a tu hermano como parte de lo que odias. 26 En esto no hay términos medios. 27 O bien eres realmente Tu Yo o bien una ilusión21. 28 ¿Qué puede haber entre la ilusión y la Verdad22? 29 Un lugar intermedio, donde puedes ser algo que realmente no eres tú, tiene necesariamente que ser un sueño y, por consiguiente, no puede ser la Verdad.
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18 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
19 … porque vas a perder tu individualidad, que fue justamente el logro de la separación…
20 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
21 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
22 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
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T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
pár 50-51
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T28.6 [50] 30 Has concebido una pequeña brecha entre las ilusiones y la Verdad para que sea el lugar donde reside tu seguridad, y donde tu Yo está bien oculto debido a lo que has hecho. 31 Aquí se ha establecido un mundo enfermo23, y éste es el mundo que perciben los ojos del cuerpo24. 32 Aquí están los sonidos que oye: para oír esas voces, se hicieron sus oídos. 33 No obstante, lo que el cuerpo puede ver y percibir no tiene significado. 34 Realmente no puede ver ni oír. 35 No sabe realmente lo que es ver ni para qué sirve escuchar. 36 Es tan incapaz de percibir como de juzgar, comprender, o saber. 37 Sus ojos son ciegos; sus oídos, sordos. 38 No puede pensar realmente y, por consiguiente, no puede tener efectos reales.
T28.6 [51] 39 ¿Es que Dios creó algo que pudiera enfermar? 40 ¿Y qué, de Lo que Él creó, no puede ser? 41 No permitas que tus ojos se fijen en un sueño, ni que tus oídos atestigüen a favor de una ilusión. 42 Pues los ojos fueron concebidos para ver un mundo que realmente no está ahí, y los oídos para oír voces que no pueden emitir sonidos reales. 43 Pero hay otros panoramas y sonidos que sí se pueden ver, oír y comprender. 44 Pues los ojos y los oídos son sentidos sin sentido, y lo único que hacen es relatar lo que ven y lo que oyen. 45 Pero no son ellos los que ven y oyen, sino tú25, que ensamblas cada pedazo irregular, cada migaja y fragmento absurdo de prueba, para que den testimonio del mundo que quieres para ti. 46 No permitas que los ojos y oídos del cuerpo perciban estos innumerables fragmentos que se ven dentro de la brecha que imaginaste, ni que persuadan a su hacedor de que las imaginaciones de ellos son reales.
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23 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
24 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
25 … pensando con tu ego
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T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
pár 52
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T28.6 [52] 47 Cuando se crea26, se prueba que la Realidad27 existe porque realmente se comparte la función que Toda Creación28 comparte. 48 No se compone de trocitos de cristal, de un pedazo de madera, o quizá de una hebra o dos, todos ellos ensamblados para atestiguar sobre su verdad. 49 La Realidad no depende de eso. 50 No hay brecha que separe la Verdad de los sueños o de las ilusiones. 51 La Verdad no les ha dejado sitio en ningún lugar o tiempo, 52 pues ocupa todo lugar y tiempo y los hace absolutamente indivisibles.
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26 … aquí: Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y producimos creaciones, son un reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T3.7 [52], T4.2 [18].
27 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
28 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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T28.6 LA ALTERNATIVA A
LOS SUEÑOS DE MIEDO
pár 53
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T28.6 [53] 53 Tú, que crees que realmente hay una pequeña brecha entre ustedes, no te das cuenta de que ahí es donde se encuentran prisioneros de un mundo que29 perciben que existe aquí. 54 El mundo que ves no existe30 porque el lugar donde lo percibes no es real. 55 La brecha se halla cuidadosamente oculta en la niebla, e imágenes borrosas surgen para cubrirla con formas vagas e indefinidas y con siluetas cambiantes, siempre insubstanciales e inciertas. 56 No obstante, en la brecha no hay nada31. 57 Y además, no hay secretos impresionantes, ni siniestras tumbas desde las que el terror surge de los huesos de la muerte. 58 Observa la pequeña brecha, y contemplarás la inocencia y la ausencia de pecado que verás en ti cuando32 hayas perdido el miedo a reconocer al Amor.
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29 … pensando con el ego y creyendo en su realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez,
30 … realmente
31 … realmente, porque no fue creado por Dios
32 … habiéndote decidido a pensar con el Espíritu Santo,
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 28
DESHACER EL MIEDO
T28.7 LOS VOTOS SECRETOS pár 54-59
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T28.7 [54] 1 El que castiga el cuerpo está loco1, 2 pues ve en él la pequeña brecha, aunque realmente no está ahí. 3 El cuerpo no se ha juzgado a sí mismo, ni se ha convertido en lo que no es. 4 No procura hacer del dolor una alegría, ni espera encontrar placer duradero en el polvo. 5 No te dice cuál es su propósito, ni tampoco puede comprender para qué es. 6 No victimiza a nadie, porque no tiene voluntad propia, ni tampoco preferencias o dudas. 7 No se pregunta qué es. 8 Por consiguiente, no tiene necesidad de ser competitivo. 9 Puede ser victimizado, pero no puede sentirse víctima. 10 No acepta ningún papel, pero hace lo que se le dice, sin2 atacar.
T28.7 [55] 11 Constituye ciertamente un punto de vista absurdo atribuir la responsabilidad de lo que ves a aquello que no puede3 ver, y culparlo por los sonidos que te disgustan cuando no puede4 oír. 12 El cuerpo no sufre el castigo que le impones porque realmente no siente nada5. 13 Se comporta tal como tú deseas que lo haga, pero nunca toma decisiones. 14 No nace ni muere. 15 Lo único que puede hacer es vagar sin rumbo por el camino que se le haya indicado. 16 Y si cambias de rumbo, caminará con igual facilidad por esa otra dirección. 17 No toma partido por nadie, ni juzga el camino que recorre. 18 No percibe brecha alguna porque no odia. 19 Puede ser utilizado para odiar, pero eso no lo hace odioso.
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1 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
2 … tener necesariamente que
3 … realmente ver Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
4 … realmente La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
5 … ya que no existe en el eterno Presente de la Unicidad,
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T28.7 LOS VOTOS SECRETOS
pár 56-57
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T28.7 [56] 20 Lo que odias y temes, detestas y quieres, el cuerpo no lo sabe. 21 Lo envías a que busque separarse y se convierta en una cosa separada. 22 Luego lo odias, no por lo que es, sino por la utilización que has hecho de él. 23 Te desentiendes de lo que ve y oye, y odias su fragilidad e insignificancia. 24 Desprecias sus actos, pero no los tuyos, 25 y no obstante tu cuerpo ve y actúa en tu lugar. 26 Oye tu voz. 27 Y es frágil e insignificante porque ése es tu deseo. 28 Parece castigarte, y por eso merece que le odies por las limitaciones que te impone. 29 No obstante, tú eres quien lo ha convertido en el símbolo de las limitaciones que quieres que tu mente tenga, vea y guarde para sí.
T28.7 [57] 30 El cuerpo representa la brecha que hay entre el pedacito de mente que llamas mente6 y todo lo demás, que es realmente tuyo. 31 Lo odias, y no obstante crees que es tu yo, el cual perderías sin él. 32 Éste es el voto secreto que has hecho con cada hermano que quiere caminar solo y separado. 33 Éste es el juramento secreto que renuevas cada vez que percibes que has sido atacado. 34 Nadie puede sufrir si no se ve a sí mismo atacado7 y, además, perdiendo a causa del ataque. 35 Sin que se mencione o se la oiga en el consciente, se encuentra toda petición de enfermarse8. 36 No obstante, ésta constituye la promesa de que otro te va a herir y de que, a cambio, tú vas a atacarlo.
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6 … tu ego, que es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
7 … realmente en el Cielo, lo cual es imposible.
8 … es decir, mantenerse separado de Dios y sufrir todas las consecuencias que la separación ha traído y seguirá trayendo consigo…
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T28.7 LOS VOTOS SECRETOS
pár 58-59
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T28.7 [58] 37 La enfermedad no es sino la ira que se ha descargado contra el cuerpo para que sufra. 38 Es el efecto evidente de lo que se hizo en secreto, de acuerdo con el deseo secreto de otro de vivir apartado de ti, tal como tú quieres vivir apartado de él9. 39 A menos que ambos estén de acuerdo en que ése es el deseo de ustedes, éste no podría tener efectos. 40 Quien diga "Entre tu mente y la mía realmente no hay separación", ha sido fiel a la promesa de Dios y no a su diminuto juramento de ser eternamente fiel10 hasta la muerte. 41 Y, al curarse11, curará a su hermano.
T28.7 [59] 42 Que éste sea el acuerdo que tengas con cada uno: que serás uno con él y no vivirás apartado de él. 43 Y él será fiel a la promesa que le hagas porque es la misma que él le hizo a Dios y que Dios le hizo a él. 44 Dios cumple Sus promesas; Su Hijo cumple las suyas. 45 Al crearlo Su Padre le dijo "Te amaré eternamente, como Tú a Mí. 46 Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás existir apartado de Mí". 47 Su Hijo no recuerda haberle contestado: "Sí, Padre", aunque nació en esa promesa. 48 No obstante, Dios se la recuerda cada vez que él no comparte la promesa de enfermarse, sino que deja que su mente se cure y se unifique. 49 Sus votos secretos12 son impotentes ante la Voluntad de Dios13, Cuyas promesas él comparte. 50 Pues, habiéndose comprometido con Dios, no tiene necesidad de sustituir su voluntad por los votos.
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9 … según las leyes de la evolución y escasez que el pensar primario de la separación ideó…l
10 … al ego
11 … de la separación,
12 … a favor de la separación
13 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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