Una nube no puede apagar el sol, como tampoco un velo puede hacer desaparecer lo que parece separar, ni atenuar en lo más mínimo a la Luz6, en sí.
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T29.9 [54] 17 Un ídolo es una falsa impresión, o una falsa creencia; una forma de anticristo que constituye una brecha entre Cristo, y lo que tú ves4. 18 Un ídolo es un deseo, hecho tangible al que se le ha dado forma, que se percibe así como algo real y al que se le ve como externo a la mente. 19 No obstante, sigue siendo un pensamiento, y no puede abandonar la mente que es su fuente. 20 Y su forma tampoco está apartada de la idea que representa. 21 Todas las formas de anticristo se oponen a Cristo5 22 y se colocan ante Su rostro como un oscuro velo que parece desconectarte de Él, dejándote solo en la oscuridad. 23 No obstante, la luz está ahí. 24 Una nube no puede apagar el sol, 25 como tampoco un velo puede hacer desaparecer lo que parece separar, ni atenuar en lo más mínimo a la Luz6, en sí.
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UCSM TEXTO
CH 29 EL DESPERTAR
T29.9 CRISTO Y EL ANTICRISTO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? pár 1-5
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LTe.9 (-L301).1 1 La Segunda Venida de Cristo —Que es tan segura como que Dios existe— es sencillamente la corrección de todos los errores y el restablecimiento de la cordura1. 2 Es parte de la condición que reinstaura Lo que nunca se perdió y restablece Lo que es eternamente verdad de toda Eternidad y por toda Eternidad2. 3 Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios3 para que ocupe el lugar de las ilusiones4, la señal de que estás dispuesto a dejar que tu perdonar5 descanse sobre todas las cosas6 sin hacer excepciones y sin reservas.
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1 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
2 Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
3 … al Espíritu Santo
4 … en la mente, en el espíritu en vez del ego: en la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro — subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
5 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
6 En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 2
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LTe.9 (-L301).2 4 Es la naturaleza totalmente inclusiva de la Segunda Venida de Cristo lo que Le permite abrazar al mundo y mantenerte a salvo dentro de Su tranquilo advenir, el cual abarca a todas las cosas vivientes conjuntamente contigo. 5 No hay fin para la liberación que trae la Segunda Venida, pues la Creación de Dios7 tiene que ser necesariamente ilimitada. 6 El perdonar ilumina el camino de la Segunda Venida, porque brilla sobre todos al unísono.
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7 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 3
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LTe.9 (-L301).3 7 La Segunda Venida8 marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el Juicio Final9, en el que el aprendizaje termina con un último resumen, el cual se extenderá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 8 La Segunda Venida es el tiempo en el que todas las mentes se ponen en manos de Cristo10 para que sean regresadas al Espíritu11 en el nombre de la verdadera Creación y de la Voluntad de Dios12.
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8 … en tu mente
9 El Juicio Final es, en mi espíritu —después de haber experimentado a Cristo en el otro al que he perdonado completamente— el proceso de evaluar acertadamente lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Es comprender a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. Es el don de la corrección que Dios depositó sobre todos mis errores; corrección que me libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. Es saber que Nuestro Padre —Quien yo, al igual que Jesús antes de morir— creía que me había abandonado a la injusticia de este mundo, por el contrario, nos dice a todos y a cada uno: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo." Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
10 Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que resuelve el proceso de extender el milagro: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión con el Alma del otro(a) por haberlo(a) perdonado completamente, experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas unificadas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
11 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Ver T5.3 [12], T5.5 [33], T31.6, L97
12 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
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P A R T E 2
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA?
pár 4-5
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LTe.9 (-L301).4 9 La Segunda Venida es el único acontecimiento en el tiempo al que el mismo tiempo no puede afectar. 10 Pues a cada uno que alguna vez vino a morir, o que aún ha de venir, o que se encuentra ahora aquí, es igualmente liberado de lo que fue hacedor13. 11 En esta igualdad, Cristo es reinstaurado como una única Identidad14, en la Cual todos los Hijos de Dios se dan cuenta de que todos son realmente Uno. 12 Y Dios el Padre sonríe a Su Hijo, Su única Creación y Su única Alegría.
LTe.9 (-L301).5 13 Ora15 para que esta Segunda Venida llegue pronto, pero no te limites a eso, 14 pues Ella necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 15 También necesita tu voz. 16 Pero, sobre todo, necesita tu disposición. 17 Alegrémonos de poder hacer la Voluntad de Dios y unirnos conjuntamente en Su santa luz. 18 ¡Presten atención!, el Hijo de Dios es realmente Uno con Nosotros, y por eso podemos alcanzar el Amor de Nuestro Padre por medio de él.
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13 … la separación y todas sus secuelas…
14 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
15 La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 310
Paso este día sin
miedo1 y con Amor.
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L310.1 1 Padre mío, quiero pasar este día Contigo, tal como Tú has dispuesto que deberían ser todos mis días. 2 Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. 3 La alegría que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo2 desde el Cielo. 4 Este día será Tu agradable recordatorio para que Te recuerde, el atento llamamiento que haces a Tu santo Hijo, la señal de que Tu gracia me ha llegado y de que Tu Voluntad es que hoy quede libre.
L310.2 5 Este día lo pasaremos juntos, tú y yo. 6 Y todo el mundo unirá sus voces a nuestro canto de gratitud y alegría hacia Aquel Que nos dio la salvación y nos liberó3. 7 Hemos sido restaurados a la paz y la santidad. 8 Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues hemos dado la bienvenida al Amor en nuestros corazones.
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1 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
2 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
3 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 29
EL DESPERTAR
T29.9 CRISTO Y
EL ANTICRISTO pár 52-60
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T29.9 [52] 1 ¿Qué es un ídolo? 2 ¿Piensas que lo sabes? 3 Pues los ídolos no se reconocen como tales y nunca se ven como realmente son. 4 Ése es el único poder que tienen. 5 Su propósito es oscuro, y son a la vez temidos y venerados porque no sabes para qué son, ni para qué fueron hechos. 6 Un ídolo es una imagen de tu hermano a la que le atribuyes más valor que a lo que él realmente es1. 7 Los ídolos se hacen para reemplazarlo2, sin importar la forma que adopten. 8 Y lo que nunca se percibe o se reconoce es lo siguiente: 9 Trátese de un cuerpo o de una cosa; de un lugar o de una situación; de una circunstancia o de un objeto que se posea o se desee; de un derecho que se exija o de uno que ya se tenga; siempre es lo mismo.
T29.9 [53] 10 No permitas que sus formas te engañen, 11 pues los ídolos no son sino substitutos de tu Realidad. 12 De alguna manera crees que van a completar a tu insignificante yo, y dejarte caminar con seguridad en un mundo que se percibe como peligroso y en el que hay fuerzas que se han agrupado, a fin de quebrantar tu confianza y acabar con tu paz mental. 13 Tus ídolos tienen el poder de suplir tus carencias y proporcionarte la valía que no tienes. 14 No hay nadie que crea en ídolos que no se haya convertido en esclavo de la insignificancia y de la pérdida. 15 Y así, tiene que buscar más allá de su insignificante yo la fuerza necesaria para levantar la cabeza, y apartarse de todo el sufrimiento que el mundo refleja. 16 Ésta es la sanción que pagas por no buscar en la quietud de tu fuero interno, la certeza y la calma que te va a liberar del mundo y permitirte apartarte de él, en3 quietud y paz [ilimitada].
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1 … Cristo, el Hijo de Dios
2 … al Hijo de Dios
3 … el reflejo aquí de la
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T29.9 CRISTO Y
EL ANTICRISTO
pár 54-56
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T29.9 [54] 17 Un ídolo es una falsa impresión, o una falsa creencia; una forma de anticristo que constituye una brecha entre Cristo, y lo que tú ves4. 18 Un ídolo es un deseo, hecho tangible al que se le ha dado forma, que se percibe así como algo real y al que se le ve como externo a la mente. 19 No obstante, sigue siendo un pensamiento, y no puede abandonar la mente que es su fuente. 20 Y su forma tampoco está apartada de la idea que representa. 21 Todas las formas de anticristo se oponen a Cristo5 22 y se colocan ante Su rostro como un oscuro velo que parece desconectarte de Él, dejándote solo en la oscuridad. 23 No obstante, la luz está ahí. 24 Una nube no puede apagar el sol, 25 como tampoco un velo puede hacer desaparecer lo que parece separar, ni atenuar en lo más mínimo a la Luz6, en sí.
T29.9 [55] 26 Este mundo de ídolos es un velo que cubre el rostro de Cristo7 porque su propósito es separarte de tu hermano. 27 Es un propósito tenebroso y temible y, no obstante, es un pensamiento que ni siquiera tiene el poder de cambiar una brizna de hierba de algo vivo en un signo de muerte. 28 Su forma no está realmente en ninguna parte, pues su fuente está en la parte de tu mente de la que Dios está ausente8. 29 ¿Dónde se encuentra este lugar del que se ha excluido y se ha mantenido separado Lo que está en todas partes? 30 ¿Qué mano podría alzarse para obstruir los designios de Dios? 31 ¿De quién es la voz que podría exigir que Él no entrase? 32 Lo que se cree que es "más que todo" no es algo que deba hacerte temblar o acobardarte lleno de miedo. 33 El enemigo de Cristo no está realmente en ninguna parte. 34 No puede adoptar ninguna forma con la que alguna vez pueda ser real.
T29.9 [56] 35 ¿Qué es un ídolo? 36 ¡Nada! 37 Se necesita primero creer en él para que parezca llegar a tener vida, y darle poder para que se le pueda temer. 38 Su vida y su poder son regalos del que cree en él, y esto es lo que el milagro restituye a lo9 que sí tiene Vida y poder dignos del Don del Cielo y de la Paz eterna. 39 El milagro no restaura la Verdad, que es la Luz10, que el velo atravesado no pudo apagar. 40 Simplemente, lo descorre y deja que la Verdad brille sin impedimentos, al ser Lo que es. 41 La Verdad no necesita que se crea en Ella para ser Lo que es, pues ha sido creada y, por consiguiente, es. 42 Un ídolo se establece creyendo en él, y cuando se abandona la creencia, el ídolo "muere".
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4 … cuando estás pensando con tu ego.
5 Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que resuelve el proceso de extender el milagro: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión con el Alma del otro(a) por haberlo(a) perdonado completamente, experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas unificadas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
6 … el Espíritu Santo
7 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa identificación, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42]
8 … la del ego
9 … el Hijo de Dios
10 … el pensar del Espíritu Santo
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T29.9 CRISTO Y
EL ANTICRISTO
pár 57-59
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T29.9 [57] 43 El anticristo es esto: la extraña idea de que hay un poder más allá de la Omnipotencia, un lugar más allá del Infinito y un tiempo que transciende Lo eterno. 44 Aquí, el mundo de los ídolos ha sido establecido por la idea de que ese poder, lugar y tiempo tienen forma, y configuran el mundo en el que ha ocurrido lo imposible11. 45 Aquí, Lo inmortal viene a morir; Lo que abarca todo, a sufrir pérdidas; y Lo eterno, a convertirse en esclavo del tiempo. 46 Aquí, Lo inmutable cambia y la Paz de Dios, que Él otorgó para siempre a toda cosa viviente, da paso al caos. 47 Y el Hijo de Dios, tan perfecto, sin pecado, y amoroso como su Padre, viene por un tiempo a odiar y a padecer y, finalmente, a morir.
T29.9 [58] 48 ¿Dónde hay un ídolo? 49 ¡Realmente, en ninguna parte! 50 ¿Es que puede haber una brecha en Lo que es infinito, un lugar en el que el tiempo pueda interrumpir la Eternidad? 51 Un lugar en tinieblas establecido allí donde todo es Luz, o un nicho lúgubre separado de Lo que es infinito, no tiene un lugar donde existir. 52 Un ídolo está más allá de Donde Dios ha establecido todas las Cosas12 para siempre, y Donde no dejó espacio para nada excepto Su Voluntad13. 53 Por eso, un ídolo necesariamente no es nada ni se encuentra en ninguna parte, mientras que Dios es Todo y se encuentra en todas partes.
T29.9 [59] 54 Entonces, ¿cuál es el propósito de un ídolo? 55 ¿Para qué sirve? 56 Ésta es la única pregunta para la que hay muchas respuestas, dependiendo de a quién se le haya preguntado. 57 El mundo cree en los ídolos. 58 Nadie viene a él a menos que los haya venerado y siga tratando de encontrar uno que todavía le pueda ofrecer un regalo que no existe en la Realidad14. 59 Todo idólatra abriga la esperanza de que sus deidades especiales le darán más de lo que otras personas poseen. 60 ¡Tiene que ser más! 61 No importa realmente de qué más se trate: más belleza, más inteligencia, más riqueza o, incluso, más aflicción y más dolor. 62 Pero para eso es un ídolo, para darte más de algo. 63 Y cuando uno falla, otro viene a ocupar su lugar y tú esperas que te pueda conseguir más de otra cosa. 64 No te dejes engañar por las formas en las que esa "otra cosa" se manifiesta. 65 Un ídolo es un medio para obtener más. 66 Y eso es lo que va en contra de la Voluntad de Dios.
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11 … nuestra separación de Dios.
12 Las Cosas, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
13 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
14 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
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T29.9 CRISTO Y
EL ANTICRISTO
pár 60
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T29.9 [60] 67 Dios no tiene muchos hijos, sino solamente Uno15. 68 ¿Cuál de ellos puede tener más y cuál menos? 69 En el Cielo, el Hijo de Dios no haría sino reírse de la idea de que un ídolo pueda interrumpir Su Paz16. 70 En nombre de ese Hijo habla el Espíritu Santo, y te dice que los ídolos no tienen aquí ningún propósito. 71 Pues no podrás poseer nada que sea más que el Cielo. 72 Y si el Cielo se encuentra en tu fuero interno, ¿por qué ir en pos de ídolos que Lo menoscabarían para darte más de Lo que Dios dispensó a tu hermano y a ti, como Uno con Él? 73 Dios Te dio todo Lo que existe realmente17. 74 Y para asegurarse de que no Lo pudieses perder18, se Lo dio también a toda cosa viviente19. 75 Y así, toda cosa viviente forma realmente parte de Ti20, así como también de Él. 76 Ningún ídolo puede hacer que seas más que Dios. 77 Pero tú nunca estarás satisfecho siendo menos.
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15 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
16 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez.. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
17 … es decir, Su eterna Unicidad, que con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
18 … mientras creas que estás separado,
19 Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad, nuestra única y verdadera Realidad. Ver T24.6 [46]
20 Ti, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula, ti, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
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