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FEBRERO 2024 CARTA MENSUAL
1 Corintios 12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Vemos aquí Pablo enfatizando a la Iglesia de los Corintios la importancia de la unidad dentro del cuerpo. Hubo división dentro de la Iglesia de Corintios, y creo que el Señor nos está hablando hoy, con lo que estamos viendo dentro del cuerpo de Cristo.
1 Corintios 3:3-9 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
Debemos entender realmente, aunque somos muchos miembros, somos un solo cuerpo. El Señor quiere que su pueblo camine en la unidad, ¡esta es su voluntad para nosotros!
Para lograr completamente la voluntad de Dios para nuestras vidas, debemos tener el entendimiento de que somos un solo cuerpo. Aunque somos miembros individualmente, tenemos diferentes funciones, ¡pero somos un solo cuerpo! Lo que nos unifica como un cuerpo es que nacemos de nuevo creyentes, y tenemos un solo espíritu.
Dios ha diseñado esta unidad, y ha designado a la iglesia para hacer su parte como un cuerpo unificado.
La unidad es muy importante en el cuerpo de Cristo. Esta es la única forma en que el Señor logrará su voluntad a través de su iglesia. Si cada uno de nosotros hace su parte en unidad, entonces Dios puede hacer su obra a través de cada uno de nosotros.
Recuerde que el Señor hace sus obras a través de nosotros, no va baja del cielo para lograr la obra del ministerio. Lo hace a través de nosotros, a través de aquellos que entregan sus vidas para ser utilizados por él en cualquier manera que Él desee. Si es un apóstol, profeta, maestro, evangelista o pastor o creyente. Sabemos que no todos los creyentes están llamados a uno de estos dones espirituales, pero todos estamos llamados a hacer nuestra parte en el reino. La administración de estos dones no nos hace mejor o superior que el otro, nadie es más alto que el otro. Recuerde, aunque somos miembros individualmente, ¡somos un cuerpo! ¡Estos dones son para la edificación del cuerpo de Cristo!
El ojo no puede hacer lo que hace la boca, por eso, somos miembros diferentes, sino para lograr un propósito y es hacer su voluntad, ¡las obras del reino! Este es su diseño divino, y nadie puede cambiarlo.
Cuando estamos en sintonía con el Señor, entonces entendemos que, aunque somos miembros diferentes, estamos dispuestos a servirnos unos a otros. ¡Esto es lo que nos unifica como un cuerpo!
Si realmente queremos ver al Señor trabajando a través de nosotros, la carne debe someterse al Espíritu para que Dios haga su trabajo a través de nosotros. Vemos tanta carne en funcionamiento que el Señor no puede lograr su voluntad a través de los que Él quiere usar para su propósito. Es por eso por lo que no vemos mucho cambio en el reino de Dios, debemos avanzar no retroceder. Todo lo que vemos es el hombre en funcionamiento, haciendo lo suyo, "mi visión, mi gente, mi dinero" todo es el "mí, mí, mí", ósea que el yo esta prominente en la iglesia. Así es como sabes quién está en funcionamiento, la carne y no alguien que camina en el espíritu. Sí, ambos tienen sus operaciones, una en el espíritu y otra en la carne. Se oponen unos a otros. Somos personas llenas del espíritu, caminamos en el Espíritu y no en la carne.
Avanzar en el reino significa que progresamos. Nuestras vidas se convierten en una con el Señor, entonces podemos expandir en el reino de Dios y hacer nuestra parte y servirnos unos a otros. No es solo servir al "yo" sino hacer tu parte para servir a los demás. No importa qué posición tenga; ¡Debemos servirnos unos a otros! Esta es la voluntad del Señor para su iglesia. Una vez que realmente entiendas esto en tu corazón, todo lo que haces será para glorificar al Señor con tu vida y ser una bendición para aquellos que el Señor te ponga en tu camino. Tu no eliges a quien tú quieres servir, solo porque tienes tu propia agenda. Debes servir a todos de la misma manera.
Debemos estar en una comunión intima con el Señor para comprender verdaderamente su voluntad para nosotros como un cuerpo. ¡No te engañes! Si no estamos caminando como una iglesia unidad, entonces no estamos haciendo la voluntad del Señor como el cuerpo de Cristo.
El Señor está esperando que nos alineemos con su programa, y veremos en medio de nosotros el mover del espíritu en funcionamiento. ¡Este mover del Espíritu nadie lo puede detener, porque estamos caminando en el Espíritu, siguiendo la voluntad del Señor!
Hay tanta división dentro de la iglesia hoy, es por eso por lo que Dios no puede hacer su plena voluntad a través de nosotros. El Señor quiere hacer mucho a través de su iglesia, muchas cosas buenas en nosotros y a través de nosotros. ¡El Señor quiere ser glorificado en nuestras congregaciones y a través de nuestras vidas! Permitamos que el Señor haga su voluntad en nosotros, caminemos en la unidad del espíritu, aunque seamos diferentes miembros del cuerpo.
El Señor no está en medio de la división; Sabemos quién obra en el medio de la división (el enemigo). ¡El Señor quiere que sus hijos caminen en la unidad! Esta unidad solo puede ser visible si hacemos nuestra parte como miembros individuales, no mirando al hermano como alguien diferente, sino como compañero, trabajando juntos para la obra del reino. ¡Esta es la manera en que podemos avanzar en el reino de Dios!
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo según a Efesios 4:13.
Podemos caminar en la unidad del espíritu, sin importar que parte del miembro del cuerpo cada uno seas. Una vez que nos unimos como cuerpo, el Señor nuestro Padre puede lograr su perfecta voluntad a través de nosotros. ¡Amén!
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